Cap. 6

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Toqué en la puerta un par de veces, esperando a que la mujer que me dió la vida y luego me abandonó, me abriese.

Llevaba tres años sin ver a mi madre, Luke la había visto un par de veces pero nada más. Cuando yo tenía diecisiete, mi madre se fue de casa, nunca supimos porque, simplemente dejó a mi padre a cargo de dos niños con hormonas revolucionadas. Tiempo después, descubrimos que había sido amenazada de muerte si seguía con mi padre.

Ella se mudó a Boston, rehízo su vida y no volvió a llamar. Así que, me pareció una buena idea, volver a verla ahora que tenía la oportunidad.

-¿Tanya?

-Hola, mamá.

-Pasa, siéntate en el sofá, ¿té o café?

-Nada, tengo el estómago revuelto y no creo que me asiente mucho tiempo en el estómago.

-¿Estás embarazada?

-No, no, simplemente algo me sentó mal.

-¿Que tal te va?

-Sin más, ya sabes, fisioterapia y nada más.

-¿Lo sacaste?

-Claro.

-¿Que haces en Boston?

-Estoy trabajando, soy la fisio de One Direction, supongo que oirás algo de ellos.

-¡No! No me lo puedo creer, mi niña es fisio de la boyband más famosa de Inglaterra.

-No es para tanto.

-AND WE DANCE ALL NIGHT TO THE BEST SONG EVER- cantó.

-¡Dios! ¡Noooo! ¿Te gustan?

-No- rió. -Pero a tu hermanastra si.

-¿Te casaste?

-Si, hace un año.

-¿Cuantos años tiene?

-Trece.

-Está en la edad del pavo, y se llama, ¿Cómo?

-Faith.

-Fe, enserio que originalidad- me burle.

-Tanya, comportate, está arriba.

-Lo siento, lo siento.

Estuve dos horas en casa de mi madre, y cogí un taxi de vuelta al hotel, con unos dolores de estómago del demonio.

Cuando Harry volvió del concierto, me encontró en el váter, vomitando lo poco que había cenado.

-Esto no es normal, Tan.

-Si, si, lo es, me pasa a veces. Se pasará en un par de días.

Caminé de vuelta a la cama con su ayuda.

-Siento no ser la compañera guay de habitación- murmure mientras encendía la tele.

-Nos quedan más hoteles en los que dormiremos de dos.

-Te recompensare- le guiñe un ojo.

-No dudo que lo harás.

Me tape con el edredón y me coloqué en posición fetal, moría de frío.

-¿Tienes frío? -preguntó Harry pasado un rato.

-Un poquito.

-Ven, métete aquí conmigo.

Negué con la cabeza, podía con esto sola.

-Vamos- insistió.

Así que, me levanté corriendo y me metí bajo las sábanas de Harry rápidamente.

Fisioterapeuta» N.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora