Transformación

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Corrí hacia el rio y convoqué un hechizo, el cual haría que el rey recibiera la visita de la muerte mucho antes de lo esperado: "La noche tiene mil ojos, el día uno solo; tu súbita luz dejará de brillar al desaparecer la luz de la luna

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Corrí hacia el rio y convoqué un hechizo, el cual haría que el rey recibiera la visita de la muerte mucho antes de lo esperado: "La noche tiene mil ojos, el día uno solo; tu súbita luz dejará de brillar al desaparecer la luz de la luna. Un millar de lágrimas secarán mi alma, pero me traerán súbita belleza". Lo grité varias veces en distintos idiomas, hasta que caí rendida al rio que me arrastró inconsciente, dejándome en la orilla de un puente cercano al castillo.

Me levanté completamente restaurada; al lavarme el rostro en el río, observé mi reflejo: mi pelo se había alisado completamente y su color cambió a un tono rubio; mi piel, mis labios, mis mejillas cogieron color de lo pálidos que estaban; mis senos, al igual que mi trasero, habían crecido y me dolían; casi no sabía caminar, me sentía muy diferente.

Todos pasaban frente a la casa de mi madre y no hacían nada; veían las cosas en la calle y nos les importaba... Solo Shura, mi amigo de la infancia con el que había jugado desde niña y quien había trabajado con mi madre en la panadería estaba allí, viéndome a lo lejos un poco confundido.

Salí corriendo en busca de las cosas que había podido recoger, cuando escucho mi nombre: "¡Mila! ¿Eres tú?". No podía mentirle, no podía escapar; me volteé lentamente quedando frente a él: "Realmente eres tú, ¿qué te pasó?", me preguntó y yo no pude responderle con palabras, solo empecé a llorar sobre él, quien me abrazó fuertemente; en esos pequeños segundos sentí como mi interior cambiaba y se llenaba de oscuridad, provocando que las lágrimas dejaran de caer por mi cara.

Le conté todo lo que había pasado con mi madre, lo que provocó un gran enojo en él, pero le dije que estuviera tranquilo, que yo tenía un plan y por eso había cambiado mi físico. "¿Con qué dinero compraste maquillaje?", preguntó; no podía contestarle con la verdad, así que le dije que lo tomé de una de las cajas de mi madre, él parecía un poco incrédulo, pero continué explicando que, para efectuar mi plan, necesitaba una pequeña ayuda de parte de él.

Mila: "Shura, necesito un último favor: para poder efectuar mi plan necesito que vayas a la tienda de trajes de la esquina y robes varios de ellos; zapatos de alta clase, ropa interior y todo lo necesario, también coge ropa para ti."

Shura: "¡Estás loca! No puedo hacer eso, me descubrirán y me colgarán en la plaza."

Mila: "No te pasará nada, lo prometo; yo estaré allí para defenderte."

Caminamos frente a la tienda; luego de estudiarla y pensarlo, me dijo: "Hagámoslo".

Caminamos frente a la tienda; luego de estudiarla y pensarlo, me dijo: "Hagámoslo"

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La Princesa FalsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora