La Princesa Falsa

La Reina

Todo el pueblo se encontraba en el castillo para celebrar nuestra unión, además de la realeza de los distintos reinos, y entre ellos, la persona más importante: Shura, acompañado de su pareja. Todos observaban asombrados cuando me dirigía al altar con un traje blanco, mi piel brillando con alegría y mi energía interna iluminando por completo el lugar; en el fondo se encontraba el amor de mi vida con una gran sonrisa.

Permanecimos sin apartar nuestros ojos uno del otro durante toda la ceremonia, hasta que, al llegar el momento del beso, ambos nos unimos apasionadamente mientras las personas aplaudían con fuerza. Pétalos blancos caían del techo llenando todo el lugar, todos estaban contentos con nuestra unión.

La princesa falsa, aquella chica que había llegado en busca de venganza, llena de rencor y odio, había desaparecido; ahora era la reina, una soberana enamorada de su rey, acompañada de un gran amigo y totalmente dispuesta a darlo todo por su reino, por Avadeen.

Comencé mi reinado pensando en la situación del pueblo, bajando los impuestos y creando planes de pago para que nadie perdiera su casa o su negocio por estar solo dos días atrasados, nadie volvería a pasar por eso. La economía del reino mejoró con el tiempo y la gente se encontraba en armonía.

Usé magia por última vez para lanzar un hechizo de protección sobre el reino, librándonos de la oscuridad; después de todo lo que habíamos pasado, Nadeen y yo nos encargamos de convertir a Avadeen en lo mejor. Shura, mi gran amigo, fue ascendido a asesor de la corona, y su pareja a capitán, en agradecimiento por todo lo que había hecho por mí.

Dos años después, nos encontrábamos en nuestro lugar especial: la hermosa cascada donde nuestro amor floreció, sintiendo que mis sentimientos por Nadeen crecían cada día más. Shura y su pareja se encontraban comiendo bajo la sombra de un árbol, mientras yo, desde la orilla del estanque, veía a mi amor jugar con nuestros dos hijos: Izabelle y Benvolio; este último con la semilla de la magia creciendo en su interior.

Era la imagen más hermosa que había visto en mi vida: mi rey y mis príncipes riendo juntos, mi hermosa familia disfrutando de mi reino: Avadeen. Entré al estanque y me uní a su juego, deseosa de seguir escribiendo grandiosos momentos junto a ellos.

FIN