Estanque

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Pasamos casi una hora cabalgando hacia las montañas, hasta que llegamos a un lugar hermoso, con una cascada preciosa y un espectacular estanque al final, todo era tan espléndido que no me lo creía

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Pasamos casi una hora cabalgando hacia las montañas, hasta que llegamos a un lugar hermoso, con una cascada preciosa y un espectacular estanque al final, todo era tan espléndido que no me lo creía. "¿Te gusta?", preguntó, con una sonrisa en mi cara le dije: "Estoy sin palabras, Nadeen; me encanta."

Comenzó a subir hacia el tope de la cascada quitándose su camisa, dejando al descubierto algunas cicatrices en su cuerpo; desde la cima me gritó: "Ven", llegué hasta él: "¿Estás loco?", le dije; "Solo un poco; quítate el traje." Me lo quité y agarré con fuerza su mano.

1... 2... 3... Solo sentía el viento en mi rostro y su mano sujetándome al caer, hasta que nos hundimos en el agua que estaba congelada; al salir, no podíamos dejar de reírnos y quejarnos de frío. Con unos simples movimientos de mis manos, entibié el agua para que fuera más placentera.

"Realmente me gusta ser la persona que soy cuando estoy junto a ti, no tengo que mantener formalidades ni protocolos"; no supe que decir al escuchar esas palabras. Puso una sábana en el piso, junto al estanque, y comimos apreciando el aroma a flores y agua que nos brindaba la naturaleza.

De regreso al castillo, todos lo estaban buscando; las princesas que quedaban me vieron llegar con él, pero no lo solté ni por un segundo. Seguíamos completamente mojados cuando la reina nos interceptó en el camino: "¿Dónde andabas, Nadeen? Tenías un itinerario ajustado para conocer a las princesas, ¿y te vas con esta?"

"Permiso, señora; 'esta' tiene nombre. Yo no soy cualquiera, soy la princesa de Phatzia y usted, por más reina que sea, no me va a hablar así", la dejé con la palabra en la boca y me fui a cambiar.

No quería volver con aquella gente falsa, tan diferente a Nadeen quien cada vez me hacía dudar más de mí misma; no podía evitar los encuentros entre el príncipe y las otras princesas, la había pasado tan bien con él, no quería que otra opacara nuestro momento.

Me encontré a Shura, quien ante los ojos de todos era un príncipe y tenía a varías princesas detrás de él, lo que ellas no sabían era que a él le gustaban los hombres, pero lamentablemente tenía que vivir una vida llena de apariencias.

Shura: "¿Dónde estabas?"

Mila: "En una hermosa cascada en las montañas, con Nadeen."

Shura: "Veo que tu plan esta marchando a la perfección."

Mila: "Sí... eso creo."

Cuando iba camino a mi habitación, escuché a la princesa morena, a quien le habían asignado la habitación junto a la mía, decir: "Ese príncipe es horrible, no tiene color en su piel, parece un monstruo; pero necesitamos su dinero para nuestro reino, no tengo más remedio."

Al escuchar eso mellené de furia: yo tenía unos planes para un bien mayor, quería vengar a mimadre y poder ser una reina digna para Avadeen; en cambio, esta puta soloquería dinero. No iba a dejar que lo consiguiera.

 No iba a dejar que lo consiguiera

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La Princesa FalsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora