La Princesa Falsa

Lo Siento

Íbamos cabalgando uno detrás del otro hacia el castillo. En mi pueblo aún estaríamos de luto, pero en la realeza, eso no existía y todo corría rápidamente, además el reino necesitaba una reina, me necesitaba a mí. A escondidas, para evitar a toda la gente, entramos a mi habitación y poco a poco nos fuimos desvistiendo, entramos ambos en la tina cubierta con agua tibia y comenzamos a acariciarnos y enjabonarnos.

Podía sentir en mi espalda su pene erecto mientras él me pasaba el jabón entre las piernas y mi vagina; allí, ambos nos masturbamos, solo escuchando el agua chocar. Él salió primero, yo me quedé unos minutos más, relajándome.

Al salir, estaba él sosteniendo el traje que había tirado debajo de la cama, repleto de sangre y cenizas; en ese instante mi mundo se me vino abajo, su rostro reflejaba tanto dolor como rabia a la vez: "Dime que no es cierto, dime que no fuiste tú; dime que este traje no es tuyo", dijo con voz entrecortada. Descendí la cabeza con mis ojos llorosos, decepcionada de mí misma por lo que le había hecho.

Mila: "Lo siento tanto, Nadeen; todo tiene una explicación."

Nadeen: "¿Explicación? ¡Explicar qué, Mila! Mataste a mi madre."

Mila: "Si no la hubiera matado, tarde o temprano te hubiera matado a ti."

Nadeen: "Pero ¿¡qué dices!?"

Prendí cada vela en la habitación extendiendo mis manos frente a él, para poder explicarle lo de su madre, tendría que contarle toda la verdad; su cara reflejaba asombro y miedo, me dolía que me viera así.

Mila: "Soy una bruja al igual que tu madre. Cuando abandoné tu habitación, pude escucharla hablar en otro idioma y, al abrir la puerta, me la encontré haciendo un hechizo contra ti: estaba envenenando tu mente, tratando de controlarte para que tomaras las decisiones que ella deseara."

Nadeen: "Lo que dices no puede ser cierto, esa no es mi madre."

Mila: "Sé lo doloroso que debe ser para ti, pero no te miento: Toena sabía sobre nuestros sentimientos y no quería que me eligieras, Nadeen."

Cayó sobre la cama tratando de analizar todo lo que le había contado. Intenté acércame, sentarme a su lado, pero dijo que me alejara y tuve que respetar su decisión; me quedé frente a él, explicándole.

Nadeen: "¿Lo que me quieres decir es que mi madre era una cabrona que no aceptaba mis decisiones y que, al encontrarla tratando de apoderarse de mi mente, la mataste por defenderme a mí?"

Mila: "En parte sí, Nadeen, pero aún hay mucho más que tienes que saber... No soy una princesa. Estoy aquí porque tu madre y tu padre mataron a mi madre: mandaron a Raksa a cobrarnos y apuñalaron a mi madre sin ninguna razón."

Nadeen: "Dios mío, esto no puede ser cierto; pero ¿quién eres? ¿Por qué mis padres te hicieron eso?"

Comencé a explicarle todo, sin dejar ningún detalle fuera, mientras él analizaba quienes eran sus padres, quien era yo y lo que había venido hacer hasta aquí.

Nadeen: "Entonces, ¿yo solo soy parte de tu plan de venganza?"

Mila: "Lo eras, Nadeen; al llegar aquí lo único que quería era enamorarte para apoderarme del reino; pero te conocí, vi la clase de príncipe que eres y se me complicaron las cosas... mi corazón poco a poco fue siendo tuyo. Yo te amo, Nadeen..."

Nadeen: "No te creo, no te creo nada; solo me utilizaste... No quiero volver a verte, quiero que te largues ahora mismo si no quieres que le cuente a todos lo que hiciste."

Mila: "Pero, Nadeen..."

Nadeen: "Pero nada. ¡VETE!"