La Princesa Falsa

Tienda

En la oscuridad de la noche, Shura rompió una de las ventanas, consiguió entrar a la tienda y comenzó a darme los trajes más costosos y hermosos del lugar, al igual que zapatos, ropa interior, tiaras y muchas cosas que utilizaba la realeza.

Luego de unos minutos, un perro bajó de la segunda planta de la tienda y comenzó a ladrar como loco; me arrodillé frente a él y dije: "Dormítate Inmediatez". El can quedó acostado en el suelo; sin embargo, sus ladridos habían llamado la atención de un guardia, quien venía alumbrando con una linterna hacia la tienda.

No podía dejar que nos descubrieran, por lo que invoqué un hechizo de doble espejo, que hacía que quien pasara frente a la tienda, la viera intacta, como si no hubiera nadie adentro; "Agáchate", le dije a Shura, quien obedeció y se quedó quieto hasta que el guardia se alejó, entonces salimos corriendo hacia su pequeña casa, donde pasé la noche.

Nos levantamos al escuchar las campanas del castillo que sonaban anunciando la repentina muerte del rey, lo cual provocó una gran sonrisa en mi cara. "Levántate, se nos hace tarde; tenemos que prepararnos", le grité, provocando que diera un brinco en la cama; "Santo dios, ¿pero prepararnos para qué? ¿Las campanas están sonando? ¡¡El rey... el rey murió, Mila!!".

"Tómalo con calma, ese hombre no valía nada. Nos prepararemos para nuestras nuevas vidas; ese cabrón las está pagando en el infierno". Con su cara sorprendida, me dijo: "Wow, no puedo creer que haya muerto; es cierto que se lo merecía, pero aun así me toma por sorpresa. Sabes que no te puedo decir que no, me visto ahora".

Comenzamos a ponernos esos trajes costosos que nunca había sentido sobre mi piel; las prendas eran muy pesadas, pero los zapatos daban la sensación de caminar sobre las nubes. Con un pequeño hechizo alteré algunas cosas para que no supieran que eran cosas robadas.

Frente a mí, tenia a Shura que lucía irreconocible: pantalones en cuero que marcaban sus piernas y un atuendo que hacía resaltar tanto sus ojos verdes como su lunar en la ceja; realmente lucía muy guapo. Me acerqué y arreglé su pelo marrón que lo tenía despeinado; realmente parecíamos de la realeza, las personas que éramos antes habían desaparecido.

Solo nos faltaba un carruaje; no podíamos llegar a pie, y sabía que por la muerte del rey varias personas vendrían de otros reinos, por lo que solo tenía que interceptar un carruaje y hacer a quienes la ocupaban desaparecer. Por el bosque venía de camino uno hermoso; con mis manos provoqué viento de bruja e hice que cayera un tronco en el camino, haciendo que se detuviera abruptamente.

Salí corriendo hacia el carruaje antes que las personas de adentro salieran y comencé a decir: "Bajarán a toda prisa, desorientados y sin recordar nada; regresarán a su reino y no regresarán". No estaba acostumbrada a usar magia tan seguido y no conocía tantos hechizos, pero me sentía emocionada; sin embargo, continuaba escuchando la voz de mi madre diciéndome que no la utilizara.

Le dije a Shura que estarían bien cuando vio a las personas desorientadas caminando por la senda de regreso a su hogar; él se sentó adelante, dirigiendo los caballos, mientras que yo me monté en la cabina del carruaje, diciendo en voz alta: "Llegó la hora, la princesa falsa va de camino a hacer justicia."