La Princesa Falsa

Gran Entrada

Eran varios los carruajes que venían de otros reinos debido a la muerte del rey Cesar de Avadeen; Shura y yo nos hicimos pasar por los príncipes de Phatzia. Entramos luciendo nuestros trajes de luto y todos se nos quedaron mirando; Shura no podía creer donde estaba, yo solo observaba de reojo. Ingresamos al gran salón, en el cual se encontraba el ataúd del rey, además de todas las personas de la alta sociedad, en espera de la reina y el príncipe.

Mientras esperaba, caminé entre las personas de la realeza, estudiándolos; había muchas personas de diferentes reinos: diferentes colores, idiomas, incluso el olor era tan diferente al que estaba acostumbrada, todo olía a nuevo, todo estaba limpio, brilloso; de repente, sonaron las trompetas anunciando la llegada al gran salón del príncipe y la reina. Todos hicieron silencio al verlos entrar con los ojos aguados.

Los invitados comenzaron a presentar sus respetos, hasta que llegó nuestro turno: "Shura & Mila Blumane: príncipe y princesa de Phatzia", anunciaron los guardias; el apellido lo había sacado de mi libro favorito de niña: "Blue".

Me acerqué a ellos con una gran satisfacción en mi interior: "Siento mucho su pérdida", le dije a la reina, quien tenía un semblante forzado, no sabía si sufría o se alegraba. Cuando caminé frente al príncipe, noté que era un chico guapo, alto, rubio, con ojos azules; descendí mi cabeza y continué hacia los demás. Al darme la vuelta, él se encontraba mirándome fijamente, analizándome por completo; desde ese momento supe que él sería mi objetivo.

La reina dio un discurso soltando falsedades del rey, pura mierda, por lo que, con tan solo mover mi mano, hice que se atragantara y así dejara de hablar; riéndome internamente, veía como le traían un vaso con agua. Se llevaron el ataúd rápidamente para ser enterrado en una gigantesca lápida en el castillo; la basura que era el rey no había querido ser paseado por su reino.

Luego hubo una gran recepción llena de comida y licor que nos permitimos disfrutar, cuando siento que alguien toca mi hombro; era él... el príncipe Nadeen. Quedé asombrada de momento, pero era lo que necesitaba para permanecer aquí.

Mila: "Príncipe, lamento mucho lo sucedido."

Nadeen: "Gracias, nadie se esperaba la tan repentina muerte de mi padre."

Mila: "Lo entiendo completamente; recientemente perdí a mi madre y fue muy doloroso."

Nadeen: Wow, lo siento mucho, ¿Qué le paso?"

Mila: "Un animal invadió nuestro castillo y la asesinó; ahora el rey, mi padre, quedó viudo y me ha obligado a buscar un esposo para la estabilidad del reino. Me mandó aquí como excusa."

Nadeen: "Me sorprende tu sinceridad, eres muy diferente a las princesas que vienen por acá, ¿De dónde provienes?"

Mila: "De Phatzia, un pequeño reino más allá del océano, rodeado de agua y con una vegetación hermosa; al enterarnos, navegamos toda la noche hasta aquí."

Nadeen: "Me alegra mucho que hayas venido, princesa."

Permanecí junto a él el resto de la velada, hasta que, ya casi concluida la recepción, y al ser la única manera de llamar la atención y permanecer aquí, me desmayé. Lo agarré fuertemente del brazo y me tiré al piso; lo único que escuchaba era: "Princesa... princesa", mientras en mi mente: "Si tan solo supiera quien soy, de dónde vengo y realmente qué hago aquí..."