Healed Heart

Hearts 11:

¡Hola a todos!

Les vengo a dejar este capitulo que tiene toque de dulzura (si la misma autora lo admite es por algo (?) ).

Que disfruten el okikagu n.n

Los derechos de Gintama le pertenece al Gorila Sorachi.

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Hearts 11:

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Terminaron castigado en el momento en que llegó aquel profesor de cabellera permanente, ese mismo que ahora estaba observando a aquel par arreglando el casino después de regañarlos y darle un golpe en la cabeza.

— Haber si con esto tratarán de ser más civiles, par de mocosos – soltó el profesor Ginpachi mientras leía el último tomo de la Jump.

— ¿Como lo eres con Hijikata-san? – No era un secreto la enemistad que tenía su vago profesor con su cuñado, a tal punto que antes unían fuerza para hacerle la vida imposible al hombre adicto a la mayonesa.

— Eso es cosa aparte, Sofa-kun. Tu más que nadie debe saber lo fatal que hace su presencia al ambiente – Sougo no pudo evitar darle razón el del permanente entre tanta indiferencia.

El castaño pudo darse cuenta como aquella alumna nueva observaba con extrañeza a lo que decían, suponiendo que no entendía de quien hablaba. Aquello solo hizo que sonriera llena de burla como venganza, y que ella le lanzará la escoba que estaban usando en esos momentos.

El profesor Ginpachi impide la segunda pelea, recibiendo un golpe en la cabeza cada uno como advertencia.

Habían logrado terminar su castigo sin tanto contra tiempo gracias a la intervención del profesor en sus casi peleas. Gintoki se había ido rápidamente al pachinko, tras darse cuenta que había terminado la hora del castigo.

— ¡Oye! – el castaño miró desde a la dueña de aquella molestias voz. Al mismo tiempo que cerraba su casillero donde se guardaba las zapatillas que usaba dentro de la escuela.

— ¿Qué quieres ahora? – pregunto con fastidió, no quería involucrarse más con aquella chiquilla. No quería que ella abriera la boca y soltara aquel incómodo momento que tuvieron ayer en la azotea.

No quería hablar de aquello, ni admitir en voz alta lo mucho que anhelaba a tener a su querida hermana a su lado.

— ¿Qué relación tienes con gin-chan? – simple y concisa era su pregunta. Sin embargo, aquello no era lo que le llamaba la atención al castaño, era aquel tono que el usaba cuando quería proteger a su difunta hermana de algún hombre sospechoso.

Era como si ella estuviera protegiendo a ese bueno y para nada que tuviera de profesor de él.

— Eso no te importa, y si quieres saber preguntaré mejor a él – aguanto su ganas de reírse en la cara de ella y le dio aquella respuesta de total desinterés. No le importaba la relación que tuviera esa chiquilla con el profesor, ni siquiera le importaba si el adulto en cuestión terminaba en la cárcel por si tenía una relación amorosa con una menor.

Sin más previo aviso empezó su caminata, dejando sola a esa molesta chiquilla. Sin embargo, no esperaba que ella fuera rápida en ponerse los zapatos y corriera hacia a él; lista para darle una patada en el trasero.

Había sido suerte darse tiempo de sus intenciones y esquivarla.

— Por cierto, se me olvidó decirte algo – sus palabras repentina habían despertado la curiosidad del castaño que la miró curioso, deteniendo su contraataque a tiempo. Notando una sonrisa lleno de satisfacción empezaba a adorna en la cara de la chica de cabello bermellón — Me alegro que ya no seas tan patético como ayer. Aunque tu verdadero personalidad es una mierda... pero te conviene mejor, sip.

La voz de la bermellón mostraba una gran sinceridad y alegría que dejaba completamente anonadado al castaño, sin poder decirle alguna palabra. Kagura no espero su respuesta, simplemente se fue como si nunca le hubiera dado ánimo con esas frases.

Sougo no puedo evitar pensar lo rara que era.

Se fue a su casa sintiéndose extrañado y confuso por lo vivido hoy con aquella chica de peculiar cabello bermellón y ojos azulados, tan claro como el cielos.