Healed Heart

Hearts 5:

¡Hola! ¡hola!
A que no lo esperaban 7u7
Sinceramente, no lo iba a publicar pero me dio la gana así que les traigo este capitulo que sería el mas largo del momento xD

Bien aquí se vera ya el rompimiento entre Soyo y Sougo, aquí veremos las reacciones de Sougo y estamos mas cerca a que la china aparezca en la vida de nuestro amado sádico. Como también la aparición de Soyo empezara a ser mínimo dentro de la historia.

Espero que le guste el capítulo y como siempre advierto, no me hago responsable si terminan llorando.

Los derecchos de Gintama le pertenece al gorila Sorachi

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Hearts 5:

[Fin del okisoyo]

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— Ya no quiero ser tu novia, Sougo-kun... - le escuchó decir en el momento en que pasearon por una plaza para ir al cine. La miró sorprendido e incrédulo, observo como ella tenía la mirada agachada intentando ocultar la tristeza que sentía en esos momentos.

— Debe ser una broma.

— No es una broma, Sougo-kun... - aquellos ojos marrones lo miraban como si hubiera sido traicionada por él, sintió un dolor en su pecho por esos ojos que lo acusaban de algo que no comprendía.

— ¿Por qué?... ¿Acaso ya no me amas? – preguntó fríamente, logrando controlar sus emociones que querían salir en esos momentos.

— Porque ya no puedo con esto, Sougo-kun – soltaba en medio del llanto la azabache. Sougo quiso acercarse ella y abrazarla para demostrar sus sentimientos por ella, aferrarse de que todo fuera un malentendido. No obstante, ella se había alejado de él; como si fuera la peor persona del mundo.

Solo ahí entendió lo que podía haber pasado.

No pudo evitar reír con una gran ironía, al ver que aquella maldita de ojos amatista había logrado su cometido. Ella debió hablar con Soyo en algún momento y decirle alguna mentira para que se comportara de esa forma.

Su pecho dolía tanto.

— ¿Qué fue lo que te dijo? ¿Cuál fue su maldita mentira? – ¿Había hablado con tristeza o con rabia? Él no podía definir bien cuál sentimientos era que lo controlaba en esos momentos. Solo pudo ver como aquella chica que dijo confiar en el ahora desconfiara tan fácilmente de él, retrocedía por su pregunta.

— Tu ya deberías saberlo, Sougo-kun... no, Okita-kun – dijo firmemente mientras las lágrimas caían en sus blanquecina mejillas. —. Ayumi-chan no me mentiría con algo así.

El castaño no pudo evitar sentir indignación de que fuera ella la que llorará, cuando era a él a quien estaban lastimando en estos momentos.

Se acercó a un árbol y le dio un golpe para liberar todas sus frustraciones. Provocando que Soyo lo mirará asustada.

— Lo que dijo esa maldita perra fue una mentira – soltó con veneno, sin importarle la reacción que tenía Soyo en esos momentos — ¿Acaso le crees más a ella que a mí? ¿Qué paso con todas esas palabras de que confiaba en mí?... ¿Fueron solo puras mentiras? – hacia todo lo posible para controlar sus emociones, no iba a permitir que la azabache lo mirará con lástima.

— ¡Ella no es la que se ha distanciado de mí! – soltó en defensa de aquella maldita que tenía de amiga —. ¡Aquí el único que ha sido infiel eres tú!... Yo creía que esos rumores que decían de ti eran mentira, pero veo que no fue así... - en su voz mostraba el dolor que sentía en esos momentos la azabache.

Sougo no pudo evitar sonreír con ironía al reclamo que le estaba dando Soyo.

— ¡Esas son puras mentiras! – soltó enojado con la chica que tenía en frente de ella ¿Qué pasó con esa confianza de niñez que se tenían antes? Todo parecía ser una falsa.

— ¡ME FUISTE INFIEL, OKITA-KUN! – soltó con total seguridad la azabache. Ni siquiera le daba un voto de duda para defenderse a las mentiras que ella había caído — ¡TERMINAMOS, NO QUIERO QUE TE ACERQUES A MÍ NUNCA MAS!

Y con aquellas palabras la azabache se fue sin darse cuenta el daño que le hacía al castaño. Sin percatarse del dolor que sentía Sougo en esos momentos.

No sabía cómo había llegado a su casa, cuando se dio cuenta estaba ya en la puerta abriéndola. Vio tan vacía las casa mientras iba a su cuarto, la soledad empezaba a apoderarse de todo su ser, su querida hermana no estaba para recibirlo con una sonrisa y sabía que en cualquier momento la perdería para siempre. Y ahora había terminado con quién era la segunda mujer más importante en su vida.

Las lágrimas empezaron a aparecer en aquellos ojos rojizos que normalmente no mostraba ninguna emoción.

Sougo sentía como su mundo se destruía de a poco y él no podía hacer nada para impedirlo.

Esa noche de soledad se permitió llorar.