Healed Heart

Hearts 9

¡Hola a todos!

Les vengo a traer el capitulo de este fic, como una conmemoración al día del Okikagu (5/9).
Por fin, después de tanta espera y tortura tendrá su aparición nuestra adorada chaina. Desde aquí inicia el Okikagu.

Sin mas que decir espero que le guste :'3

Los derechos de Gintama les pertenece al gorila Sorachi.

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Hearts 9:

[Inicio del Okikagu]

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— ¡Okita-kun! Me alegro que volviera – ¿Es que acaso no podía dejarlo tranquilo? ¿Cuántas veces tenía que rechazarla para hacerle saber que no le interesaba?

Ignoro a aquella chica de ojos amatista, como si fuera un mosquito más en el ambiente. Siguió su caminata hacia su puesto, podía sentir la mirada llena de lástima por parte de su ex; provocando que gruñera por lo bajo por el malestar que sentía ¿Acaso no se daba que no la quería cerca de su vida después de haber terminado su noviazgo? Solo esperaba que se mantuviera alejada de él y no viniera con su hipocresía.

Estuvo ignorando las miradas que llegaba hacia su persona. Sin embargo, decidió saltarse de las clases cuando sonaron la campana para la tercera hora de clases, no quería sentir como todo el mundo lo miraba con lástima. Así que optó por ir a la azotea, sabiendo que podía descansar tranquilamente.

Se sentó en la pared de la azotea, cerca de la puerta para saber cuándo alguien venía o no al lugar. Observo las nubes que paseaban tranquilamente por aquel cielo, como si el tiempo pasará tan lentamente y sin ningún tipo de preocupaciones. No podía evitar sentir envidia de aquellas nubes que tiempo lo había llenado de paz cuando los veía ante de tomar su siesta, sentía que era injusto que fuera él quien estuviera en un estado de ánimo tan deplorable.

La imagen de Mitsuba sonriéndole y diciéndole que todo estaba bien llegó a su pensamiento.

Aquello había logrado que las lágrimas volvieran a aparecer y recorrer su rostro sin restricción alguna. Sintiendo el dolor que aún no desaparecía ni disminuía, a pesar del tiempo que había pasado desde aquel fatídico día; sintiendo que nunca iba a sanar su corazón.

¿Cómo podía estar tranquilo y feliz sin su hermana? ¿Por qué se había llevado a alguien tan dulce y fuerte como lo era Mitsuba? No podía pensar en lo injusto que era la vida con él.

Abrazo sus piernas y ocultó su cara, en busca de consuelo.

Estaba tan centrado en liberar aquel dolor a pesar de haberlo hecho durante una semana, que no se dio cuenta cuando alguien había llegado a aquel lugar y lo escuchaba en la puerta de la azotea.

Ni siquiera se dio cuenta cuando esa persona camino hacia él de forma silenciosa y se sentó a su lado; mirando aquel cielo que el antes había presenciado anteriormente.

No se dio cuenta de que había alguien escuchando sus lamentos.

Solo cuando se calmó y se limpió las lágrimas que habían quedado se dio cuenta de aquella presencia. No sabía cómo enfrentar a esa extraña persona que estaba ahora a su lado, aquella chica que poseía un llamativo cabello de color bermellón y era adornada por aquellos adornos chinos; como también su ropa era orientada a aquel país vecino.

No necesito abrir su boca para decirle alguna palabra crueles para espantarla. Ella se había levantado al darse cuenta que ya no lloraba, y se fue sin decir ninguna palabra por lo que había presenciado. Ni preguntándole el motivo de su llanto.

Dejándolo solo en aquel tranquilo y con una sorpresa adornada en su cara.