Hearts 20

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¡Muy buenas a todos!

Les traigo el capitulo de esta semana. Debo pedir por el poco Okikagu que hay, pero me motive y pues... decidí profundizarlo en el siguiente capitulo en tema que tengo planeado para los dos XD

Sin nada mas que decir, espero que le guste n.n

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Hearts 20:

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— ¿En dónde estabas? Ya estaba por ir a buscarte Sougo - fue lo primero que escucho al entrar a su casa y ver a su cuñado tomando sus llaves, demostrando con hechos sus palabras llena de preocupación.

Sougo se detuvo por unos segundos, por primera vez podía notar esas bolsas en los ojos del azabache. No necesitaba ser un genio para saber el motivo de dichas bolsas, ¿Por qué se estaba dando cuenta de esos detalle ahora? aunque también era algo que no deseaba involucrarse por ningún motivo. Ninguno era capaz de hablar del dolor que había dejado la perdida de aquella mujer que fue el tesoro más preciado para los dos.

— Vengo de la casa de una compañera - contestó simplemente mientras dejaba su mochila en el sillón más cercano, evitando el contacto visual para controlar su impulso de querer huir.

El castaño no se dio cuenta como una leve sonrisa apareció en su rostro por unos segundos, gracias al recuerdo que tenía de la visita de la bermellón de ojos azulados y como se sentía algo dichoso de pensar en Kagura como su amiga. Ni siquiera se daba cuenta del rostro lleno de sorpresa de su cuñado.

— Oi, Sougo - fue en ese mismo momento en que se dio cuenta de la expresión del azabache. De cómo sus ojos abierto estaban bastante abierto y su cigarro medio con colgado por la impresión.

— ¿Sucede algo Hijikata-san? - estaba demasiado confundido por la expresión del azabache y ojos azulados.

— Así que... ¿fuiste a la casa de una compañera? - en su voz se notaba que le dificultaba procesar aquella información que le había dado el castaño.

— Fui mandado por el jefe a que fuera a dejar unos apuntes, simplemente fue solo eso - no quería profundizar aquella conversación, de lo que descubrió y acepto en esa visita. Por eso, para evitar más pregunta de esa índole, el castaño se fue a su habitación para encerrarse.

Hijikata dejo que se fuera, comprendiendo en sus actos que no quería hablar de aquello y lo acepto. Sin embargo, una sonrisa adorno en el rostro del azabache.

Cada día estaba más preocupado por el castaño, de ver cómo seguía con esa distancia con los demás. De ver cómo varias veces se deprimida con tan solo verlo o ver una foto de Mitsuba, ¿Cuándo fue la última vez que lo vio sonreír? Aún tenía en su mente la última vez que fue aquello, como el castaño le había dado esa sonrisa a Mitsuba, esa que tenía exclusivamente para ella un día antes de la tragedia.

Incluso pensó y temió que pasaría un buen tiempo para verlo con una sonrisa, por eso se alegraba de saber cuál equivocado que estaba. Feliz de saber que había alguien que estaba ayudando a Sougo en superar esa tristeza en que se había sumergido.

Un deseo de conocer a esa persona creció en Hijikata, quería hablar con esa persona y agradecerle por ese gran favor que le estaba haciendo. De hacer que los deseos de su amada esposa se cumpliera en su cuñado.

¿Qué es lo que le pasaba a su compañera ahora? ¿Qué era esos movimientos extraño que hacía? Sougo estaba solo unos metros de la entrada del colegio, observando junto con los demás el comportamiento llamativo de su compañera de cabello bermellón, con su celular en la mano estaba grabando ese extraño espectáculo.

Solo cuando vio que se empezaba a golpear la cabeza con la pared es que decidió acercarse, sin importar el ambiente de peligro que rodeaba a la bermellón.

— ¿Por qué te estas golpeando? ¿Acaso ya perdiste los pocos tornillos que te quedaba, china? - a pesar que se divertía a costa de la bermellón, también sentía algo de curiosidad. No podía evitar recordar sus gritos en chino mandarín cuando fue a su casa el día anterior, preguntándose si estaba relacionado con su extraño comportamiento.

Estaba preparado para escuchar esos gritos molestos que ella daba, de sus insultos y golpes. Por eso le tono sorpresa ver cómo Kagura se tensaba y lo miraba como si fuera la última persona que quisiera ver, aunque lo que más destacaba era su rostro sonrojado hasta la oreja.

— ¡Todo es tu culpa! – Proclamó la bermellón de forma repentina.

El castaño estaba tan confundido por tal declaración que no logro defenderse del golpe en la cara que le había dado la bermellón. Con la mano en su rostro para aliviar el dolor, observó molesto cómo la bermellón huía de su crimen entrando al colegio.

Cuando entro a la sala pudo observar como ella desviaba su mirada hacia otra dirección, él la dejo pasar con cierto aburrimiento. Decidió mejor verificar su puesto, encontrándose que no había ninguna broma hecha por su compañera. La molestia se volvió en preocupación y la confusión crecía en él.

No podía concentrarse en clases, su vista estaba en Kagura. Atento a cada movimiento que estuviera haciendo, preparado para cualquier broma que fuera dirigido para su persona a pesar de la distancia que había entre sus puestos.

"De seguro aún está enferma..." se dijo a sí mismo para evitar de sentir aquella preocupación por su rival. Encontrándose con una mirada burlona del profesor Ginpachi, sin siquiera darle una respuesta al pensamiento que estuviera teniendo aquel profesor decidió tomar una pequeña siesta al ponerse su máscara para dormir; olvidándose de que estaba en medio de clases.

En su sueño, una mujer vestida de blanco sonreía dulcemente estaba rodeada de flores, lo miraba con una expresión que no reconocía; como si le quisiera decir o transmitir algo. La presencia de esa mujer le daba una terrible tranquilidad y del que estaba tan familiarizado.

En el momento en que se despertó y sintiendo su máscara algo húmeda, se preguntaba cuál es el motivo para que la imagen de su querida hermana no se mostrara con claridad.

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Sorry not sorry por el sueño (?)

Healed HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora