TWELVE

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Salí de la habitación llorando, ya lo echaba de menos, pero tenía que evitar a toda costa que matara a otra persona. Yo le amaba, pero él estaba cegado por conseguir dinero para protegerme.
Marc estaba preparando la cena, así que me limpie las lágrimas y le saludé.
-Hola Marc.- el se limitó a mirarme, y levanto una ceja.
-Porque has llorado.-me pregunto mirando a lo que estaba cortando, su rostro se parecía al de un muerto, estaba pálido, y su rostro no emitía la más mínima atención.
-Bueno, echo de menos a mis padres.- le dije, y recordé que mi novio los había matado, o al menos a mi padre.
En el momento en el que lo dije me cayeron dos lagrimas por mi rostro, rápidamente me las limpie.
Él me miraba, yo creía que iba a volver a hacer lo que estaba haciendo antes, pero se acercó a mí y me abrazo, yo lloré sin fin en su hombro, en ese momento, no podía pensar en mí novio, solo en Marc, y en aquel abrazo tan intenso y tan dramático. Aunque no me hubiese matado, en el fondo era víctima, por todo este sufrimiento, mis padres muertos, mi piel manchada de sangre que las heridas habían producido, y ahora yo estaba enamorada del causante de heridas y muertes, pero no con el autor del sufrimiento, supe que lo encontraría, aunque me costara la vida.
Me separé de Marc, él se acercó a mí lentamente con intenciones de besarme, yo también, pero me acorde de él, y me separé rápidamente y levanté la mirada.
-No me busques más, no me presiones, porque morire en el acto, déjame y viviré- le dije él me miró con una cara extraña, yo sabía que no sabía lo que significaban mis palabras, yo no esperé a que lo descifrara, cogí mi maleta y salí por donde había entrado con esperanzas de quedarme y me fui con esperanzas de no volver, no sabía a donde dirigirme ahora, solo buscaba venganza y felicidad.

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