THIRTEEN

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Me fui, para no volver. ¿Fingiría otra vez mi muerte? No lo sabía, pero el autor del sufrimiento lo pagaría bien caro...
¿Que pasó en aquella noche del campanario?
Se acercó a mi, su rostro era...
Perfecto, sus ojos azules, su pelo era castaño claro, era simplemente perfecto.
-Pensé que no vendrías, he estado observándote siempre, tienes mucho potencial para ser uno de nosotros. Podrías unirte...-
-Quítate esa idea de que me una, porque no pienso matar a nadie, eres un asesino, mataste a mi madre y a más personas, y ahora vas a matarme a mi, soy la segunda-le dije
-Espera que, no pienso matarte, quiero que te unas para encontrar al que mueve las muertes, yo tampoco quiero matar a nadie, pero él controla los pensamientos y al final lo acabas haciendo.-me dijo y se fue acercando a mi poco a poco.
-Me harás daño verdad, te puede controlar ahora mismo.-estábamos tan cerca que podía sentir su respiración.
-Nunca te haría daño, eres el futuro Victoria, tu   le haces falta a tu familia, te necesitan, aunque me controlaran lo sería capaz de matarte.-
-Eras tú el de el entierro, eras tú el del baño.-le pregunté con lágrimas asomándose por mis ojos azules.
-Si, pero antes no te veía como te veo ahora, antes eras una más, ahora eres especial para mí, te necesito.-cuando me lo dijo una gran sensación inundó mi interior.
-No me conoces, es imposible que sea especial.-
-Claro que te conozco, te he estado observando muchos años.-me dijo
-¿Le vas a hacer daño a Marc?-le pregunte ya llorando.
-Nunca si también te lo hace a ti-
-Gracias-le dije y después le abracé, necesitaba consuelo.-Te puedo pedir un favor-
-Lo que sea por ti-
-Sabes como fingir una muerte, necesito desaparecer-le pedí.
-Pues claro, te unirás-
-Pues claro-

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