El sentirse solo es algo natural en un ser inmortal, el deambular de aquí para acá y de pasar de un ser existente a una leyenda, es muy común en los mortales, efímeros, casi imperceptibles y se la pasan luchando sobre su existencia y ser recordados por su generaciones futuras como héroes cuando eran de la peor calaña o en el caso contrario tratados peor que una mierda por tratar de defender lo único que los hacía sentir vivos.
Te preguntaras ¿Por qué me estas contando esto?, ¿Por qué menosprecias la vida?, pues déjenme decirles que no soy como ustedes, que solo actúan según el "espectáculo de marionetas" les dicte, siguen como corderos al pastor, sin pensar que su desgracia esta con él, y que los que quieren ver la verdad y contradecir al pastor, lo consideran raro y de fácil sacrificio.
Les contare una historia, quiero que oigan con detalle y verán que lo que digo y expreso es verdad, erase una vez un joven condenado a vagar el resto de su eterna vida en soledad, solo pro querer ayudar a su pueblo y al final ellos lo condenaron a la más terrible pobreza en sillas de oro, en un día decidió ver aquel bosque, en el cual se sentía seguro y que no había a quien temer si eres el "él", a medida que caminaba me encontré con un grupo de niños, grupo que agredía a un pequeño, era de un color peculiar, era de color verde, como el bosque que lo rodeaba.
-inútil, dame tu mesada, si no quieres salir golpeado- decía un chico rubio como la gran mayoría de ahí –No, esto es para un libro, no me lo quites Katsuki- imploraba el pequeño con todas sus fuerzas, aunque fueron ignoradas, con un solo golpe derribo al menor quitándole el dinero y de ahí se retiraron.
Recogiendo unas flores de ahí el chico en sus susceptibles susurros y lamentos imploraba que su madre se recuperara y que no le cuestionara los golpes, en un giro el sujeto que le denominaremos señor "t" hizo su aparición en escena - ¿Qué haces con mis flores?, pregunto el señor, el niño temeroso al ver su faceta soltó las flores y corrió pero a una velocidad así para un ser como el señor t era fácil de alcanzar.-Te pregunte ¿qué haces con mis flores?, so...so... solo quiero dáselas a mi mami, es que está enferma y quiero darle algo para que se recupere- en un mar de temblores se encontraba el chico.
En un suspiro el señor t recogió la flores y se las dio.- espero que se mejore...
En este tiempo que yo les estoy contando paso algo muy grave que ustedes conocen como la peste negra, algo que era muy raro que sobrevivieran, y que mejor que el niño le diera algo a su madre mientras esta aquí ya que el señor t, nunca pudo despedirse de su madre al tratar de ser un héroe en una guerra que casi ni existía.
Al pasar una semana al pequeño se encontraba llorando desconsoladamente y con peores golpes, el señor t le hizo compañía y creo que fue la primera vez que tanto el niño como el señor t, no se sentían como extraños
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Paso alrededor de tres años, y una costumbre del chico era adentrase al bosque para encontrarse con el señor t, y de alguna manera tanto como el señor como el niño quisieron aprovechar el tiempo, y así es como su corta edad, podía leer el francés como al escribir fluido unos versos escritos con tal complejidad.
