Capítulo 2.

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Un chico bastante alto con corto cabello teñido de rubio claro y una sonrisa encantadora llegó temprano al edificio de apartamentos en el cual vivía su amigo Se Hun. Detrás de él, muy a la fuerza, venía otro joven más bajo, con cabello castaño lacio y corto, y una mirada de pocos amigos.

El rubio se acercó a la puerta principal, donde un guardia lo atendió a él y al otro casi de inmediato.

—Buen día, caballeros. ¿Puedo ayudarlos?

—Buenos días —sonrió con amabilidad—. Estamos buscando a Oh Se Hun, el pelinegro del tercer piso.

—Bien. ¿Cuáles son sus nombres? —Preguntó el guardia, tomando una lista y un bolígrafo para anotarlos.

—Park Chan Yeol y Byun Baek Hyun.

—Gracias.

Tras haber anotado los nombres, los dejó pasar. Sin embargo, incluso dentro del elevador, Baek Hyun seguía quejándose. ¿Por qué a Chan Yeol le costaba tanto entender que él no quería visitar a Se Hun? Después de la muerte de Lu Han, era la persona a la que menos deseaba ver.

—Ya cambia esa cara. Sólo vamos a asegurarnos de que Se Hun se encuentre bien, Baek Hyun. Supe que hace un par de semanas no quería ni comer.

—No es necesario que lo veamos, una llamada telefónica sería suficiente —cruzó los brazos—. No sé por qué me trajiste.

—Se Hun también es tu amigo.

—¡No, no lo es! No desde que Lu Han falleció por su culpa.

—¡Baek Hyun! —El más alto frunció el ceño—. ¿Cuándo vas a dejar de decir eso? Tú sabes muy bien que lo que pasó fue un accidente. Se Hun está tan afectado como nosotros, él también sufre desde esa noche.

En realidad, aunque no lo dijera en voz alta, Baek Hyun se encontraba atrapado entre dos sentimientos: la furia y la tristeza. Estaba molesto, le echaba la culpa a Se Hun casi todos los días y aseguraba que jamás lo podría perdonar. No obstante, también estaba triste, pues extrañaba mucho a Lu Han.

El ascensor se detuvo en el tercer piso y abrió sus puertas, dejando que ambos chicos salieran. Caminaron hacia la izquierda hasta la puerta marcada con el número 14 y tocaron el timbre.

Se Hun se tardó un poco en ir a abrir, pero finalmente lo hizo, suspirando al ver a Chan Yeol y a Baek Hyun ahí, apartándose de la puerta sin decir nada, sólo para dejarlos pasar.

—Buenos días, Se Hun —lo saludó Chan Yeol con una sonrisa de lado—. ¿Ya desayunaste?

—No —respondió—, acabo de despertar.

—¿Te despertamos? —Preguntó Baek Hyun—. Si quieres dormir más, adelante. Chan Yeol y yo nos podemos ir ya.

—No se preocupen —suspiró Se Hun—. No quería empezar el día tan tarde, así que su visita en realidad estuvo bien.

—¿Qué tal si salimos a algún lado y almorzamos juntos? —Ofreció el rubio.

—No tengo muchas ganas de salir hoy...

—Bueno, Chan Yeol, ya lo escuchaste. No tiene ganas de salir —habló el castaño, encogiéndose de hombros segundos después—. Hiciste lo que pudiste. Vámonos.

—No seas así, Baek Hyun —Chan Yeol lo regañó suavemente—. Por favor...

—Baek Hyun, ¿puedo saber qué estás haciendo aquí? —Se Hun volteó a verlo—. Se nota que quieres salir corriendo.

—Oh, ¿acaso crees que vine por gusto? —Bufó—. Chan Yeol me obligó a venir con él. Cree que todavía somos amigos, pero tarde o temprano tendrá que entender que ya no es así.

—Así como tarde o temprano tú tendrás que dejar de culparme.

—¿Y cómo quieres que deje de hacer eso, Se Hun? —Se acercó a él—. ¡Tú y tu estúpida escenita de celos mataron a Lu Han! ¡Jamás te voy a perdonar!

Se Hun retrocedió un par de pasos, llevándose una mano a la cabeza. Le dolía demasiado recordar cómo había terminado ese día, cómo había sostenido a Lu Han en sus brazos durante sus últimos momentos, cómo todo pareció perder sus colores en un parpadeo...

—Ya basta, Baek Hyun —Chan Yeol se paró en medio, intentando evitar que se pelearan—. Te hemos dicho muchas veces que lo sucedido aquella noche fue un accidente, tienes que aceptarlo. El único que en verdad tuvo la culpa fue el conductor que se pasó el semáforo en rojo.

La expresión molesta en el rostro de Baek Hyun pronto se convirtió en una de tristeza. Con los ojos llenos de lágrimas de un momento a otro, se abrazó a Chan Yeol fuertemente y se soltó a llorar.

El más alto lo recibió entre sus brazos, dándole un par de palmadas en la espalda y haciendo todo lo posible por tranquilizarlo.

—Yo... Yo lo amaba, Chan Yeol —se le escuchó decir—. Amaba a Lu Han, mucho más que Se Hun. Si él hubiera estado conmigo aquella noche, ¡aún estaría aquí con nosotros!

El pelinegro sintió ganas de gritar que aquello no podía ser verdad de ninguna manera, pero al final prefirió quedarse en silencio. Sabía que él no era el único sufriendo después de la muerte de Lu Han, así como sabía acerca de los sentimientos de Baek Hyun.

El castaño debió pasarla mal viendo cómo Lu Han elegía a Se Hun todo el tiempo. Sin embargo, Se Hun no podía renunciar a Lu Han, pues sentían lo mismo el uno por el otro.

—Lo siento, Baek Hyun —se le escuchó decir al pelinegro en voz baja.

Después de un par de minutos envueltos en un silencio de lo más incómodo, Baek Hyun salió del apartamento, murmurando algo como que necesitaba tomar aire fresco y que esperaría a Chan Yeol en la entrada del edificio.

Chan Yeol suspiró, viendo cómo caía a la basura otro plan más por salir a almorzar con Se Hun y ayudarlo a que se distrajera durante un rato.

En la noche, Se Hun salió a una tienda de conveniencia y compró unas botellas de refresco, un par de tazones de fideos instantáneos y una bolsa grande de frituras. No podía dejar de hacerlo. Incluso si Lu Han ya no estaba ahí, seguía consiguiendo dos de cada cosa o algo para compartir.

Detuvo sus pasos en una calle que estaba llena de recuerdos dolorosos para él, viendo hacia el punto en el cual su amado había terminado después de que el frente de un auto lo golpeara.

—Debió haberme golpeado a mí... —Susurró—. Lu Han... ¿Por qué corriste a empujarme? —Preguntó con un nudo en su garganta.

Continuará.

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Tal vez se estén preguntando "¿Cómo habrá HunHan si Lu Han está muerto?", pero la única respuesta que puedo darles por ahora es "Esperen un poco más, por favor".

¡Muchas gracias por leer! No olviden decirme qué les está pareciendo esta historia.

Bye-bye.

Otra oportunidad [HUNHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora