Capítulo 5.

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Al salir de la escuela, Lu Han se despidió de Se Hun con un beso cargado de cariño y prometió que después de su trabajo regresaría al apartamento con algo delicioso para cenar. Aunque el pelinegro no quería separarse de su novio, lo dejó ir tras un par de besos más y el recordatorio de lo mucho que lo amaba.

Se Hun también debía irse a trabajar, y así lo hizo, pero sin dejar de pensar en su situación. Tenía todo un mes para salvar a Lu Han de su muerte, ser mejor para él y demostrarle que no era un loco que se dejaba consumir por sus celos todo el tiempo.

Tardó unos quince minutos en llegar al centro de la ciudad, caminando por las calles hasta un enorme museo llamado Golden Expression*, que era su lugar de trabajo.

No era fácil ser documentalista, pero en verdad le gustaba mucho. Analizar obras, almacenar toda la información que pudiera obtener o recuperar acerca de las mismas, descubrir cosas interesantes para compartir... Aquello era lo máximo para Se Hun.

Sin embargo, también tenía mucho trabajo en el departamento de conservación de las colecciones, pues su labor no consistía únicamente en almacenar y catalogar; del mismo modo, tenía que estar al pendiente de las solicitudes de préstamos de las obras, mismas que llegaban casi todos los días, y a veces debía asesorar a los que estaban a cargo de ofrecer el servicio educativo a turistas o grupos escolares.

No era sorpresa que llegara agotado al apartamento que compartía con su novio después de un largo día.

Aun así, nada podía borrar el gran cariño que el pelinegro le tenía a ese sitio. Después de todo, ahí había conocido a su amado Lu Han años atrás. El recuerdo seguía bastante claro en su mente, tal y como si hubiera ocurrido el día anterior...

Lu Han le había parecido hermoso desde el primer instante en el cual sus ojos lo encontraron. Tenían sólo diecisiete años, pero ambos estaban seguros de lo que querían para su futuro, y pudieron hablar de eso durante toda la tarde.

"Estudiaré para ser un historiador de arte", le había contado Lu Han con una gran sonrisa después de caminar un poco por el museo en compañía del otro. "Me gustaría ser restaurador de obras y tener un trabajo en un lugar tan bonito como éste".

Se Hun también estaba sonriendo, más que nada contagiado por Lu Han, y le dijo al mismo que sin duda podría conseguir trabajo ahí. Lo curioso fue que, años más tarde, el pelinegro sí fue contratado, pero su novio no.

Lu Han trabajaba como restaurador, sólo que estaba en otro museo más pequeño que Golden Expression. Incluso si negaba estar desanimado por ello, a veces le era imposible ocultarlo, y entonces Se Hun le ofrecía hablar con el director del museo. No obstante, Lu Han siempre rechazaba la idea y decía que quería ser aceptado sin tener que recibir la ayuda de otra persona.

—¡Se Hun! —La voz de su amigo Chan Yeol lo sacó de sus pensamientos repentinamente—. ¿Qué tal?

Chan Yeol se acercó a él y chocó su mano contra la del más bajo.

—Hola.

—¿Cómo estás? ¿Cómo te va en la maestría?

—Puedo contestar "Bien, gracias" a ambas preguntas, qué cosas... —Sonrió de lado.

—A veces pasa —se encogió de hombros—. ¿Cuánto te falta para terminar?

—Mucho. A diferencia de ti, yo acabo de llegar.

—No, tonto —Chan Yeol soltó una risa suave—. Yo estaba hablando acerca de tu maestría.

—Ah... —No pudo evitar sentirse estúpido, pues había pasado exactamente lo mismo un mes atrás y no lo había recordado hasta ese momento, cuando ya era muy tarde para cambiar las cosas—. Medio año —respondió por fin.

—¿Y qué planes tienen Lu Han y tú para después?

—Seguir trabajando, pero ganar un poco más, si la suerte se pone de nuestro lado —dijo con simpleza—. Y cuando tengamos suficiente dinero... ¡Adiós, Corea! ¡Nos vamos de vacaciones a Francia!

—Ah, el sueño de Lu Han.

—Así es —sonrió con cierta ternura al pensar en el más bajo—. Mi Lu y yo aún tenemos que hacer muchas cosas, ¿no crees, Chan Yeol?

—Por supuesto que sí.

Se Hun iba a usar a su favor todo lo que pudiera para evitar que se repitiera la más grande tragedia de su vida.

Comenzó por esa noche.

Llegó al apartamento más o menos treinta minutos antes que Lu Han, pero cuando supo que lo vería regresar acompañado de Baek Hyun, hizo el primer cambio.

Recordaba lo mucho que se había molestado con su novio aquella vez, dejando que los celos se comunicaran por él, gritándole a un muy asustado Lu Han que Baek Hyun no tenía por qué traerlo hasta la puerta del lugar.

—¡No te hagas el inocente! ¡Tú sabes muy bien qué es lo que Byun Baek Hyun siente por ti, Lu Han! —Gritó, rechazando la cena que su novio había traído y tirándola al suelo en un movimiento brusco—. ¡Y aun así dejas que se acerque a ti y que venga contigo hasta acá! ¡Estoy harto! ¡Ya ni siquiera quiero cenar!

Se escuchaba a sí mismo en sus recuerdos y no podía evitar sentir ganas de meterse un golpe fuerte en la cabeza. Tenía suerte de que Lu Han lo hubiera perdonado, incluso si no le dirigió la palabra para nada durante el resto de aquella noche y habían dormido en habitaciones diferentes.

Esa noche no ocurriría lo mismo. Se Hun sabía que no pasaba nada entre Baek Hyun y Lu Han, que ellos dos eran sólo amigos aunque Baek Hyun quisiera otra cosa. Confiaba en su novio, no tenía que preocuparse por nada ni reaccionar de manera agresiva.

—Lu Han y Baek Hyun están por llegar... Sé amable y ya, Se Hun, sé amable y ya —se dijo en voz baja.

—¿Amor? —Escuchó la voz de Lu Han justo después del sonido de la puerta abriéndose—. ¡Ya estoy en casa!

—Bienvenido, Lu —el pelinegro se acercó a él y le dio un beso corto en los labios—. ¿Qué traes ahí? Huele delicioso.

—¡Oh! ¡Gracias por notarlo, Se Hun! Es mi nueva colonia —bromeó Baek Hyun.

—¡Baek Hyun! —Lu Han comenzó a reír—. Qué tonto... —Negó un par de veces y volteó a ver a su pareja, extendiendo después una bolsa de plástico hacia él—. Es comida china. Te prometí que regresaría con algo delicioso para la cena, ¿recuerdas?

—¡Claro que lo recuerdo! —Empezó a caminar hacia el comedor—. Me imagino que tu nueva colonia y tú se quedarán a cenar con nosotros, Baek Hyun.

—¡Sí! ¡Muero de hambre! —Exclamó—. Sólo espero no incomodarlos, par de periquitos de amor.

—¡No digas tonterías! —Lu Han le dio un leve golpecito en el hombro y Se Hun tuvo que hacer un gran esfuerzo por no soltar una carcajada en ese momento.

No iba a admitirlo en voz alta ni a dedicarle mucho tiempo al pensamiento, pero le estaba dando gusto ver así a Baek Hyun otra vez. Antes de la muerte de Lu Han, las cosas estaban bien entre ellos, eran amigos a pesar de estar enamorados del mismo hombre, y esperaba que las cosas pudieran seguir de esa manera.

—Bueno —habló Se Hun mientras acercaba la caja de comida china que le correspondía y la abría sonriente—, cenemos ya.

Continuará.

*Golden Expression significa "Expresión dorada" en inglés.

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Espero que les haya gustado este nuevo capítulo.

No se había mencionado, pero sí, aquí Se Hun es documentalista en un museo, mientras Lu Han es historiador de arte y trabaja como restaurador en un museo más pequeño (pero muere de ganas por trabajar donde trabaja su novio).

¡Hasta luego!

Otra oportunidad [HUNHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora