Capítulo 6.

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Cenar con Lu Han y con Baek Hyun había sido agradable, mucho más que pasar una noche completamente solo y molesto en el sofá de la sala, sin poder abrazar a su novio y sin tener el valor suficiente de ir a buscarlo para ofrecer disculpas y admitir que había sido un idiota celoso. En esos momentos, el pelinegro agradecía haber podido cambiar aquello y dejar lo que había pasado antes como nada más que un mal recuerdo.

Baek Hyun regresó a su casa poco después de las once de la noche, asegurando que no era necesario pedir un taxi ni nada por el estilo. Se Hun entonces se sentó en el sofá y encendió la televisión rápidamente. Si su memoria no le fallaba, estaban por pasar una película que le gustaba a su pareja.

—¡Oh! ¿Está empezando la película de los detectives que intentan resolver el mismo caso y al inicio no se soportan? —Preguntó el más bajo, acercándose.

—Sí, parece que así es.

—¡Me encanta esa película! Es muy divertida.

—Lo sé —Se Hun palmeó el espacio vacío junto a él en el sofá un par de veces, como si le hiciera una invitación a Lu Han—. Ven, vamos a verla.

—¿No estás cansado?

—Sólo un poco —confesó mientras se acomodaba mejor en el largo sofá—, pero no como para negarme a un rato relajante contigo.

El castaño se sentó junto a él de inmediato, mirando hacia la pantalla, pero recargándose contra Se Hun y sonriendo por la cercanía que compartían. El más alto se tranquilizó un tanto con sólo ver a su novio así.

Unos treinta minutos más tarde, Lu Han estaba sentado sobre las piernas de Se Hun mientras ambos disfrutaban de la película. El pelinegro lo abrazaba por la cintura y dejaba besos suaves sobre el cuello ajeno de vez en cuando, sonriendo de lado al escuchar algunos suspiros escapar de los labios del más bajo.

—Se Hun...

—Dime —recargó su frente contra el hombro de Lu Han.

—¿Sabes? Tuve un día muy duro en el trabajo... —Le empezó a contar—. Tal vez te parezca una tontería, pero...

El pelinegro casi sentía cómo una flecha se clavaba cada vez más en su pecho, cayendo en una sensación de culpabilidad muy grande. Esa misma noche, un mes atrás, Se Hun no había escuchado a su novio para nada, y recién se enteraba de que había tenido un día difícil.

—No, claro que no. No es ninguna tontería, Lu —aseguró—. ¿Te gustaría desahogarte?

—Es sólo que mi jefe me está presionando para que termine de restaurar una pintura, pero me está tomando más tiempo porque en verdad quiero que quede perfecta. No sé qué hacer, presiento que me va a despedir —explicó—. Es una obra preciosa, todavía no está lista para que el mundo la vea. Debería comprenderlo.

—Debes decirle eso a tu jefe, amor.

—Ya lo hice, pero es como si no quisiera escucharme —soltó un suspiro, luciendo desanimado—. Ha de pensar que soy un tonto porque creo que esa obra es mágica.

—¿Mágica? —Preguntó Se Hun, volteando a verlo con curiosidad.

—¡Sí! —Respondió Lu Han al instante, con una gran sonrisa en sus labios—. La pintura se llama "Otra oportunidad", se desconoce quién la hizo, pero es realmente hermosa. Hay un chico llorando en la pintura, aunque sus lágrimas brillan como si fueran estrellas y... —Suspiró con cierto aire soñador—. Deberías verla, Se Hun, el único problema es que... creo que me tardaré como un mes más en terminar con la restauración.

—Un mes más... —Susurró pensativo.

—Sí, por lo menos —contestó, pues lo había escuchado debido a lo cerca que estaban el uno del otro.

—Iré a verla cuando esté lista —prometió—. Pero dime una cosa... ¿Por qué crees que es mágica?

—Esas lágrimas brillantes son tan bonitas que, con sólo verlas, siento que todo estará bien —le contó—. Me regalan la sensación de que cualquier deseo puede hacerse realidad si lo pides desde el fondo del corazón —besó la mejilla de Se Hun con todo el amor que le tenía—. Siendo así, tal vez deba volver a enviar mi currículum vitae y mi solicitud de empleo a Golden Expression, ¿no crees? —Cuestionó medio en broma, medio en serio, mirando al pelinegro.

—Oh, sí. Sí que deberías —fue lo que respondió Se Hun, picando una de las costillas de su pareja de manera juguetona.

—Ya —se removió un poco—. Lo estoy considerando.

—No tardes demasiado.

—No lo haré, no lo haré.

Después de la película, Lu Han bostezó y dijo que se sentía muy cansado, por lo que se alistaría para dormir de una vez. Se Hun lo siguió con la mirada y, una vez que desapareció por la puerta del dormitorio, suspiró. Se había enterado de muchas cosas que antes, por puros celos, había terminado ignorando.

Lo que más llamaba su atención en ese instante era la obra que su novio había mencionado, aquella con el título "Otra oportunidad". Si él estaba ahí una vez más era precisamente gracias a una lágrima brillante.

—Tengo que ver esa pintura... —Pensó en voz alta.

Continuará.

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Hola. Aquí les dejo un capítulo más de este fanfic, espero que les guste a pesar de que me quedó algo cortito.

No olviden votar y comentar, que me hace muy feliz y me motiva a seguir escribiendo.

A este fanfic ya se le está acercando el momento de explicar varias cosas, jeje.

¡Hasta la próxima actualización!


Otra oportunidad [HUNHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora