Capítulo 11.

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Trabajó sin parar durante un par de horas y, tras darse cuenta de que ya casi se ponía al día, decidió acostarse en el sofá. Parecía que no iba a ser capaz de mantener los ojos abiertos por mucho más tiempo, aunque una parte de él deseaba tratar de avanzar con su investigación para ayudar a Lu Han.

Sin saber de dónde sacó fuerzas suficientes para incorporarse, lo hizo y abrió el navegador en su computadora portátil, empezando así a buscar toda la información que pudiera existir acerca de la pintura que su novio estaba restaurando. Aunque estaba harto de encontrar mitos y un sinfín de artículos que exhibían fraudes, pensar en Lu Han y en la emoción del mismo lo convencía de no darse por vencido.

—Tiene que haber algo... —Susurró.

Fue así como el pelinegro llegó finalmente a una página que no había visitado antes. Debía reconocer que se veía profesional y auténtica, cosa que lo llevó a quedarse ahí un poco más de tiempo, buscando entre la larga lista de obras. Por suerte para él, éstas se encontraban en orden alfabético.

Se alegró un poco al encontrar las palabras "Otra oportunidad" con un enlace, pero prefirió no cantar victoria tan rápidamente, pues no podía descartar la posibilidad de no encontrar nada bueno al dar clic. Ya había tenido varias malas experiencias, después de todo.

Se llevó una agradable sorpresa al ser redirigido hasta un artículo que contaba la historia detrás de la pintura y mostraba un par de fotografías de la misma, aunque algo pequeñas. Aun así, aquello no parecía una trampa; no era para nada como las cosas que había leído antes y cada segundo hacía que ansiara más contarle todo a Lu Han.

El artículo lo dejó paralizado. Tenía un gran parecido con lo que a él le había sucedido.

Después de la cena, Baek Hyun acompañó a Lu Han hasta el frente del edificio en el cual vivía, se despidió de él con un beso en la mejilla que puso un poco incómodo al contrario, y se marchó hacia su casa.

Lu Han intentó no pensar demasiado en lo que había ocurrido y simplemente subió al piso correcto, no sin antes saludar al guardia. Estaba agotado, sólo quería llegar a los brazos de su novio y dormir durante el resto de la noche.

—Ya regresé —anunció su llegada al abrir la puerta del apartamento—. ¡Por fin! —Dijo antes de soltar un suspiro—. ¡Oh! El bulgogi estaba delicioso, no te lo imaginas. Es una lástima que no haya podido traer ni un poco porque el restaurante no empaca las sobras. Tenemos que ir juntos la próxima vez, ¿sí?

Se Hun apenas y había escuchado lo que el más bajo había dicho. No era que no quisiera prestarle toda su atención, sino que estaba entre emocionado y asustado debido a su nuevo descubrimiento.

—¡Amor! ¡Encontré algo! —El pelinegro exclamó alegremente, concentrándose más en la parte que no tenía miedo, corriendo hacia el contrario y estrujándolo entre sus brazos.

—¡Se Hun! —Intentó quejarse al sentir que se podría quedar sin aire, pero fue difícil hacerlo porque aquello que hacía el más alto le causaba más risa que otra cosa—. ¿De qué estás hablando?

—¡La pintura, Hannie! ¡La pintura que tú estás restaurando! —Contestó a la vez que lo soltaba—. En realidad, cuenta una leyenda, ¡cuenta una historia de amor!

—Hunnie, ¿qué te pasó? —Preguntó sin poder ocultar su preocupación—. Tienes ojeras, te ves demasiado cansado y... ¿Acaso has estado...?

—¡No te distraigas! —Le pidió—. Ya conozco la historia detrás de la pintura llamada "Otra oportunidad", Lu.

—De acuerdo, te escucho. Es sólo que me preocupé —suspiró—. Dime, ¿en dónde la encontraste?

—El creador, que permanece anónimo, escribió un documento al respecto —volvió a la sala, tomando asiento en el sofá.

—¡¿En serio?! ¿Y cuál es la historia? —Se sentó a su lado, dejando que toda su curiosidad saliera a la superficie—. Dijiste que era de amor, ¿verdad?

—Así es —asintió—. Según lo que leí, la historia es acerca de un chico que se enamoró de otro, pero sus sentimientos nunca fueron correspondidos. Sólo podía quedarse parado y ver cómo su ser querido le entregaba todo su amor a otra persona, cómo se unía cada vez más a ella —comenzó a contar—. Con el corazón roto y con los ojos tapados por los celos, ese chico intentó separarlos, pero falló.

—¿Y después? —Lu Han estaba completamente atento.

—Sucedió una tragedia. En ella, su ser querido perdió la vida, y sufrieron tanto él como la otra persona que recibía su amor. Lloraron sin parar durante días, no podían hacer nada más que desear que volviera a la vida... —Suspiró—. A pesar de que el chico podía asegurar que se había enamorado, la otra persona fue la única capaz de darle otra oportunidad de ver a su ser querido. Una noche, mientras ésta lloraba y suplicaba, sus lágrimas comenzaron a brillar.

—¡Oh! ¡Debe ser el chico que aparece en la pintura!

—Aquellas lágrimas brillantes le dieron la oportunidad de regresar en el tiempo, volver a encontrarse con su ser querido y evitar su muerte. El tenerlo de vuelta era algo bueno para las dos partes, pero el protagonista comprendió que su amor no era tan auténtico y fuerte como había creído en un inicio. Por eso dejó que su ser querido fuera verdaderamente feliz con la otra persona, y siempre recordó las lágrimas brillantes de su "rival".

—Eso es muy dulce... ¡Ahora quiero terminar con la restauración más pronto! ¡Y también quiero saber más!

—Te ayudaré —sonrió—. Seguiré investigando.

—Ya has hecho bastante —le agradeció con un beso corto, pero muy tierno, en los labios.

—Puedo hacer más —sonrió tras el beso.

Continuará.

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Quiero terminar este fanfic, pero no quiero terminar este fanfic. ¿Entienden mi problema?

Según yo, le quedaba poquito, pero parece que me equivoqué. Le queda más de lo que pensé.

¡Hasta luego!

Otra oportunidad [HUNHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora