Halloween.

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Hoy sería una de esas noches.

Una de las incontables noches en las que ambos se dejarían llevar por sus deseos…

Ciertamente no había nada malo en ello, después de todo, eran una pareja jóven y sana… … Ciertamente, él quizá podría tener demasiado libido o fue ella la causante de su desenfreno debido a su jugoso traje de Halloween…

Sea cual sea el motivo, estaba claro que él no era de hierro… Lo cual era algo contradictorio si tomamos en cuenta lo duro que era a la hora de pelear. 

Sin embargo, si se trataba de ella… Oh si se trataba de ella...; automáticamente se convertía en arcilla moldeable a sus manos y era muy probable que ella lo supiese, pues con ese atuendo definitivamente estaba a sus malditos pies.

Aún así, ¿Si quiera importaba pensar en ello tan profundamente estando en la posición en la que estaba?

Todavía estaba algo molesto, tenía motivos muy válidos para estarlo…

¡Es decir... Ella era hermosa, muy hermosa, demonios! Era demasiado hermosa y sexy, lo suficiente para sentir celos solo de pensar en las miradas que iba a captar por ese maldito traje.

No sabía desde cuando empezó a odiar Halloween concretamente, pero el sentimiento estaba allí y no se iba a ir en un largo tiempo...

Y es que su novia era tan… Tan caliente. No importaba, de verdad, no importaba  qué maldito traje se probase; si su líbido reaccionaba ¿Qué seguridad tenía que el de los otros hombres no…?

Por ese motivo todavía no habían ido al gremio, lugar en donde sería la fiesta.

— No me gusta. —Que mentira.

Era obvio que le gustaba, le encantaba… De hecho, se estaba deleitando con el mini desfile que ella le daba con los múltiples trajes que se iba probando…

No era tonto, sabía perfectamente que tenía ganas de hacerle aquello, esto otro y un poco de eso… ¡Pero no!

No sabía porqué exactamente, pero se estaba resistiendo a hacerlo.

No tenía miedo ni mucho menos, ya lo habían hecho una cantidad absurda de veces desde que se habían puesto en pareja, de hecho.. Tampoco es que se haya cansado de ella o algo así… ¡JA! Eso era muy absurdo.

Su respiración agitada, los dulces y apetecibles labios, la fina y suave voz que le mencionaba entre gemidos, su suave y blanquecina piel...

— ¿Q-Qué opinas de este…? —Mierda.

Podía jurar que el pantalón negro estaba más apretado que cuando se lo puso en un principio...

— S-Si… … ¡E-Es decir no! Ejem'... No. —Titubeó un poco en la respuesta.

Obviamente estaba bien, más que bien, ¡Joder! Que lo parta un rayo del maldito Laxus si decía que no.

— Moo~... P-Por favor Natsu, llevamos así más de dos horas; Erza-san nos matará si llegamos más tarde de lo que ya estamos... —Su tono exasperado, el como inflaba sus mejillas tiernamente mientras arrugaba el entrecejo; estaba molesta y lo sabía, pero incluso así lo único que podía destacar era lo tierna que se veía debajo de esa capa impermeable de sensualidad.

Sin poder soportarlo, Natsu apretó suavemente las mejillas hinchadas de la muchacha, logrando que el aire se escapé de sus labios graciosamente.

— Te ves adorable así hehe~...

— Eres un i-idota..—Él hacía mímica, tomándose el pecho dramáticamente; como si las palabras de ella doliesen como cuchillas.

— Tu idiota, al fin y al cabo... —Le sonrió.

Y en ese mismo momento no pudo soportarlo más; no cuando ella lucía tan tierno y hermoso sonrojo.

— ¡¿Nat-¡Haah~...! —Suave fue su gemido al sentir la respiración cálida en su oreja.— ¿Q-Qué crees que haces…?

— Quiero hacerlo, Yukino...

Y eso fue suficiente para que su rostro se tiña de rojo por completo… 

Natsu no pudo evitar carcajearse por lo tierna que se veía en ese momento.

— P-Pero si llegamos tarde, Erza-san va… ¡Nng'-haaah~...!

— Ya no me importa Erza… Estuve aguantando por estas tres horas, creo que fue suficiente castigo, ¿No es así? —Sin el consentimiento de ella, Natsu la había aprisionado contra la pared de la habitación…

Yukino podía sentir algo demasiado grande y duro rozando sus muslos, y estaba completamente segura que no era una varita mágica…

Lo que Natsu no supo fue que ella también se estaba conteniendo por demás...

El hecho de que el traje de su pareja sea una especie de pantalón negro al cuerpo y una camisa blanca ajustada… Le excitaba.

Un simple traje de mago le excitaba ¿Y qué? No había vergüenza en ello, no si era su hombre quien lo llevaba; resaltando cada músculo, cada abdominal exquisito que ella moría por tocar… ... Pero aún así no podía simplemente decirle a Natsu que quería ser penetrada por su "varita mágica" una y otra vez en esta noche de Halloween… … Al menos no hoy…

¡Pero por favor!

Él mismo se lo estaba pidiendo y, aunque su cabeza le repetía mil veces que no debían llegar tarde, su cuerpo le importaba lo contrario...

… Y es que le encantaba, le encantaba cuando su pelirrosa se ponía dominante y agresivo… La ponía tan húmeda...

— No podemos… Nats-¡Mmn! —Más sin embargo, sus palabras murieron en aquel candente beso.

No podía evitarlo más...; llevó sus suaves manos hasta los hombros de él, acercandole más a su cuerpo. Ambos se rozaban entre sí, podía sentir la respiración caliente en su rostro cada vez que se detenían para tomar aire.

En ese lugar no había una cama, solo un sillón… Un simple sillón que fue suficiente para ambos.

Natsu, aún dando estímulo a la boca de ella con la suya propia, la alzó por encima de su cintura; sosteniendo su trasero en el acto.

La llevó hasta ese sillón de color rojo y se sentó en ese lugar con Yukino encima de él...

Al final, el traje de conejita había sido el detonante de esa tormenta de lujuria que los consumió a ambos son piedad alguna...

~__~( ͡° ͜ʖ ͡°)~__~

— ¿Aún no llegan…?—Era Gray quién preguntaba.

— No… A-Aunque tampoco creo que lo hagan… —Levy, quién tenía a su Gajeel de la mano, había respondido; se la notaba algo incómodo a simple vista

— ¿A qué te refieres?

— B-Bueno… Ellos estaban… Y-Ya sabes… —Trataba, de verdad trataba de decirles lo que vio aún si su atómico sonrojo se lo impedía.

— ¿Estaban…? —Y Gray que no lo captaba.

— Salamander y Yukino estaban teniendo sexo. —Respondió de forma simple Gajeel, para mayor vergüenza de una pobre Levy que se había escondido en el pecho de este.

— Oh… V-Vaya...

Sin duda, pronto habría una masacre… Pero no importaba, al menos no para Natsu y Yukino.

Al fin y al cabo, ellos decidieron pasar Halloween a su manera...
















































Nasho-Sama•

Las Aventuras De Nasho (Natsux)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora