Promesa.

1.2K 52 34
                                    

Todo a su alrededor se había detenido...

Sin quererlo, lágrimas se amotinaron en sus bellos ojos jades…; Su cuerpo comenzó a temblar y, en un intento por calmar la angustia creciente en su pecho, se mordió el labio inferior con desesperación…

Edo-Lucy veía atónita, sin palabras, aquella escena.

Quería, él en verdad quería levantarse e ir a abrazar aquella persona, pero sus piernas no lo permitían… La conmoción fue tanta que le privó de fuerza en sus piernas… Sin embargo estaba feliz, enormemente feliz de haberla visto luego de tanto tiempo...

¿Cuánto había pasado ya...?

Incluso se hacía cuentas, si se detenía a pensarlo un momento y encontraba la respuesta, aquello ya no importaba…

No importaba su sufrimiento, las lágrimas que había soltado por su nombre en el pasado… Ya nada de eso importaba pues estaba allí; parada en medio del Gremio igual o más impactada que él.

Mirándola fijamente pudo notarlo, seguía igual que siempre; su corto cabello blanco, el cual a la vista parecía ser tan suave y sedoso… Necesitaba volver a tocarlo, definitivamente lo requería; volver a sentir su fragancia, aquel aroma que tanto le tranquilizaba de más joven…

Su rostro, a pesar de estar mojado por las lágrimas que inútilmente ella trataba de controlar, no perdía su delicadeza; tan pálido, de facciones perfectas y piel tan suave y tersa… Aún recordaba lo suave que era al tacto de su áspera mano, en aquellos días cuando ambos se daban caricias nada más que amistosas…

Sus ojos, los cuales a pesar de soltar aquellas lágrimas, seguían siendo hermosos… Portaban ese color azul profundo que lo ahogaban, lo arrastraban de la orilla a un mar de sensaciones incontrolables.

Todo parecía ser un sueño, un hermoso y agradable sueño...

No quería ser preso del engaño. Si bien ella estaba ahí parada, frente a él, no quería volver a llorar… No quería volver a vivir la misma situación que lo implicaba a él despertando de un sueño que jamás podría ser realidad…

Respiro profundamente.., Captando, analizando su esencia.

Más lágrimas se deslizaron de sus ojos… ... Era ella, no cabía duda, su olor… Su embriagante aroma, era igual al de ella.

No.

Ese olor era irreemplazable; era ella, definitivamente tenía que ser ella...

— ¿L-Lisanna…? —Se deslizó lentamente de la llave que Edo-Lucy le aplicó hace momentos, fue sencillo pues ella estaba tan confundida y distraída como los demás integrantes del Gremio que presenciaban la escena.

— O-Oe… ¿Natsu…?.—Lucy se veía confundida, atónita, más que los demás incluso.

¿Era necesario tanto dramatismo…? Él había salido hacía apenas una hora y prometió volver en tres.

Definitivamente había algo que se estaba perdiendo.

— D-De verdad eres tú… —Caminó lentamente hacia ella, hacia Lisanna.

Aún no lo encontraba posible, no podía creer que esto fuera real y no otro maldito sueño.

Lisanna por su parte lo sabía, ella comprendió que se trataba de su Natsu; el único Natsu con el que había formado un lazo inquebrantable… Aquél de sonrisa y actitud encantadora, tan valiente y cabeza dura. Lisanna sabía que él era Natsu de EarthLand, toda duda que le quedaba se esfumó al ver la pequeña cicatriz en su cuello, la característica sólo de él...

— Nat-

Quiso hablar, derramar todos sus sentimientos de una sola vez, pero antes de siquiera poder intentarlo fue callada por un gran abrazo.

— De verdad te extrañe.

Ya no importaba nada más, ni siquiera el hecho de que todos los miraban asombrados; algunos conmovidos por tal escena…

Pero no, ellos nunca sabrían lo que esos dos sí… Porque para ellos, el verlos a los dos de rodillas, aún abrazados y con lágrimas sólo era un exagerado reencuentro. Pero para Natsu y Lisanna era un sueño, un suceso que habían estado esperando por tanto, tanto tiempo...

Happy, quien hasta entonces se había mantenido al margen, tratando de poner sus pensamientos en orden, ya no dudó un segundo más y se lanzó como un cohete hacia los brazos de aquellos que podría llamar padres…

Allí, los tres, acurrucados en el calor, las lágrimas y el inmenso cariño que sus corazones exigían brindar… … Finalmente, luego de una larga espera, la familia estaba completa otra vez y… Era cierto, había demasiadas cosas por explicar, pero ahora no tenía importancia.

Lo único que sí importaba ahora mismo era disfrutar del calor del otro, del amor que ambos se daban.

Ahora solo importaba aquella promesa que se había quedado en el olvido, pero que por azares del destino, había vuelto con más fuerza y fortaleza;

'Hey Natsu ¿Sabes...? Cuando seamos mayores, quiero casarme contigo…'












































Nasho-Sama•

Las Aventuras De Nasho (Natsux)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora