Capitulo 2 - Créeme

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                                                                              Créeme

“Una creencia no es simplemente una idea que la mente posee, es una idea que posee a la mente” ―Robert Bolt.

            Shannon soltó un siseo de dolor al sentir el algodón humedecido en alcohol impregnar la herida abierta que tenía en su codo izquierdo. El médico que había subido a la habitación del hotel donde se hospedaban se tomaba un buen rato revisando todas sus heridas y limpiándolas apropiadamente y con detenimiento bajo la mirada inquisitiva de un Jared molesto y los ronquidos de un Tomo repantigado en un mueble de una plaza, que al ser sacudido por el vocalista de la banda se enderezó con rapidez murmurando un “Estoy despierto”.

            Las cosas no habían salido como lo planeado, la grabación del nuevo vídeo musical se canceló y la horda de fans que los esperaron en la entrada cuando llegaron no facilitó las cosas, especialmente por las cortadas y moretones de Shannon. Por si fuera poco Jared  cruzó como un “puñetazo de loco” sin ver a los lados la entrada y ahora; cuarenta y cinco minutos después en la serenidad de la pequeña sala de estar en su mente solo pensaba una cosa: que los periodistas estarían haciendo una comidilla de todo aquello y ni siquiera él tenía una respuesta para lo sucedido.

      Tomo durante el viaje en camioneta del convento al hotel intentó interrogar a Shannon, sin éxito, este solo le dijo «“Les explico luego, a solas”» y de allí  se sumió en un silencio sepulcral con la mirada en el exterior del vehículo; incluso ahora, no decía palabra alguna.

― Listo, solo necesitará usar un cabestrillo en ese brazo por un par de días y quedará como nuevo. ―explicó el médico con un indiscutible acento italiano mientras guardaba sus medicinas y ungüentos, para luego quitarse los guantes con maestría.

― Muy bien ―asintió Jared y le estrechó la mano para acompañarlo a la puerta― Gracias por venir tan pronto.

― Descuide, es mi deber ―sonrió el hombre con cortesía, despidiéndose con un ademán de los otros para luego dejar la habitación.

Jared se giró sobre sus talones luego de cerrar la puerta y clavó su mirada en Shannon que aun estaba sentado en el mueble.

― ¿Y bien? ―preguntó este, iracundo esperando una explicación.

― Creo que deberíamos dormir un poco todos y luego hablar, son casi las  8:00 am y por lo que se ninguno ha dormido nada desde ayer― respondió Shannon con voz plana y el mentón alzado, dispuesto a ponerse en pie.  

― No ―siseó― en la camioneta dijiste que nos explicarías cuando estuviéramos a solas, ya lo estamos, así que quiero una explicación del por qué desapareces toda la noche y llegas golpeado y la quiero ahora, no dentro de diez ni veinte horas. ―exclamó Jared que comenzaba a perder la poca paciencia que le quedaba para entonces.

       Tomo miró a ambos hermanos y sintió como el ambiente se tensó, ellos nunca discutían y cuando uno de los dos lo intentaba el otro cedía y se perdía de la habitación hasta que los ánimos se calmaran; pero este no era momento para perderse  y él lo sabía, aunque prefirió quedarse como observador. Lo último que deseaba en esos instantes era ser el locutor entre ellos y tener en la posibilidad de quedar mal parado si decía lo que no debía.

Pasaron unos segundos que se hicieron eternos.

― Hay alguien encerrado en la cripta del monasterio― soltó Shannon, mientras los otros dos hombres se descolocaban ante tal confesión, una que ninguno se esperaba.

Club Wonderland - 30 Seconds to MarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora