Capitulo 16 - Invierno

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                                                                Invierno

“Hay algo de mi sombra en tu sombra, hay algo de mi sueño en tu sueño, hay algo de mi frío en tu invierno”. ―Carmen Naranjo

― ¡Vamos Loba! ¡Date prisa! ―apresuró Dominic, tomando la mano de la chica para que avanzara a su paso.

Todos los alrededores de la Abadía de Santa María del Monte estaban cubiertos por una gruesa capa de nieve, eran  finales del mes de diciembre y el invierno estaba lejos de terminar.  Tanto Dominic como su acompañante iban cubiertos con túnicas color blanco, mimetizándose en el paisaje, uno compuesto de un brillo particular por la luz de la luna al filtrarse en la escarcha, que se había posado sobre los sembradíos en la helada de la noche anterior.  

― Voy lo más rápido que puedo ―protestó Genevieve forzando su andar entre la lodosa nieve― Y deja de llamarme loba. ―gruñó intentando agarrar con su otra mano el borde la túnica, impidiendo que se hundiera junto con sus pies a cada paso.

― Lo eres ―rió el joven de cabello negro y ojos grises que se había detenido a observarla un instante― Mírate gruñir. ―le dio un toquecito a la punta de su nariz con su dedo índice y luego volvió a reír, esta vez con más fuerza. 

Genevieve sintió como sus mejillas se calentaban a pesar del extremo frío del lugar, por suerte su amigo se giró lo suficiente rápido para que no lo notara. Cruzaron los largos viñedos hasta llegar al almacén, una gran cabaña donde guardaban el vino en barriles de roble. Dominic soltó la mano de la joven para abrir la puerta de madera y una vez adentro se hizo a un lado para dejarla entrar, cientos de barriles estaban apilados en un sistema de solera, líneas de criaderas se extendían por todo el almacén rectangular hasta el fondo en forma de pirámides, los que estaban más abajo eran los vinos más viejos y  estaban almacenados en barriles más grandes y gruesos, los de encima, los más jóvenes con menos tiempo de añejado.

El chico corrió hasta uno de los pasillos y luego se giró con los brazos abiertos.

― La taberna es toda nuestra esta noche mi Loba. ―apremió antes de irse al área de envasado.

― ¿Qué hacemos aquí? Si el Prior nos descubre…―miró por encima de su hombro como si este pudiera aparecer en cualquier momento.

― No lo hará ―respondió tranquilo― Y si lo hace no podrá decirnos nada porque mi padre es el dueño de esto ―señaló la caja de madera que acababa de depositar sobre una mesa y que tintinó en su interior al hacerlo.  Rodó la tapa superior de guillotina para abrirla y cuatro botellas de vino tinto relucieron como la noche en su interior, tomó una de ellas con cuidado y la alzó a la altura de sus ojos para leer la etiqueta― Vino Tinto Barolo de El Piamonte…Cosecha 1991. Un excelente año ¿no crees?

Genevieve tomó la botella en sus manos y acarició la etiqueta a la altura de la fecha, sabia cual era ese año pero no estaba segura si fue excelente.

― 1991, el año en que nací. ―susurró más para sí que para su compañero― ¿Quién te lo dijo?

― Mi padre por supuesto. ―tomó otra de las botellas y cerró la caja, llevándola de regreso a donde estaba― Salgamos de aquí ―dijo tomando de nuevo la mano de Genevieve que no opuso resistencia, sabía que después de la media noche enviaban a un monje a hacer el recorrido de vigilancia  y podría encontrarles allí.

Club Wonderland - 30 Seconds to MarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora