1.- ¿Qué diablos pasa?

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- Bueno ¿Qué diablos pasa ahora?- Gritó Lauren Jauregui desde su habitación. Estaba tratando de vestirse y en la última hora había recibido tres llamadas de ventas y un número equivocado.

Ante el sonido del timbre de su puerta, echando humo se dirigió a través de la casa y se lanzó a abrir la puerta.

- ¿Qué demonios estás haciendo aquí?-

- ¿Saludas a todas tus amantes con esta rudeza?-

- Tú no eres mi amante Vanessa- Gruñó Lauren con frustración.

Varios meses atrás ella y Vanessa Smith habían pasado un largo fin de semana entre las sábanas, lo que Lauren difícilmente podría clasificar como convertirlas en amantes. Habían salido por un par de semanas pero cuando Vanessa comenzó a hacer demandas, incluyendo el derecho a tener a Lauren de forma exclusiva ella lo había terminado. Y Vanessa no se lo había tomado demasiado bien.

- Podríamos remediar eso muy fácilmente Lauren. Sabes que yo estoy más que dispuesta a continuar donde lo dejamos.-

Esta invitación fue acentuada por un examen lento del cuerpo de Lauren mientras se acercaba un paso más a ella. Lauren bloqueó la puerta.

- Estaría más que feliz de seguir donde lo dejamos. Si no mal recuerdo, yo te decía que todo lo que tengas que decirme a mí se lo puedes decir a mi abogado.-

Nunca había querido que su desacuerdo fuera tan lejos como para involucrar abogados pero el comportamiento errático de Vanessa en los últimos meses le había obligado a actuar así. Emociones conflictivas batallaban en su cabeza. No sabía si estaba furiosa porque esta mujer se negaba a aceptar el hecho de que su relación había terminado o porque estaba aquí de pie en su porche. Se decidió por lo primero.

- ¿Qué quieres Vanessa?-

Lauren observó con cierta disociada fascinación como la actitud de Vanessa cambió en un instante de utilizar el atractivo sexual como una incitación, a usar el sexo como un arma. Desde el momento en que conoció a Vanessa percibió peligro pero una mirada al perfecto cuerpo frente a ella, había arrojado su precaución al viento. Ese no era un error que cometiera en los negocios. Había pasado los últimos tres años llegando a la cima por ser buena juez de las personas y de los riesgos. El hecho de no haber hecho caso a sus propios instintos con Vanessa la hacía sentir como una idiota, y peor aún, una idiota que todavía podría tener la tentación de tocar la llama que la estaba quemando.

Irritada, se obligó a apartar la mirada de la división que mostraba la provocativa blusa de Vanessa y se recordó a sí misma las decenas de llamadas telefónicas que había recibido de la manipuladora morena que tenía ahora adelante. Vanessa lo había intentado todo, desde las tímidas bromas sexuales a suplicar para verla de nuevo y últimamente a las amenazas directas si seguía rechazándola.

Ahora un destello de triunfo en los ojos de Vanessa dejaba en claro que había atrapado a Lauren mirándola. Con su confianza creciendo cada vez más, dijo con una sonrisa sensual.

- Sé lo que quieres cariño.-

- No te engañes.- replicó Lauren con frialdad. -Tú no sabes nada de lo que yo quiero.-

- Tal vez eso sea cierto. Pero sé lo que no quieres. Tú no quieres que todos sepan que eres rara. Y por trescientos mil dólares no tienen que saberlo.-

- No te estoy siguiendo.-

- Estoy diciendo que trescientos mil harán que me vaya.-

- Eso es más o menos cincuenta mil dólares el polvo.- dijo con un deje de diversión. -No sé con quién has estado hablando Vanessa pero tu definitivamente no lo vales.-

Ven A Buscarme (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora