11.- Sin concesiones

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- ¿Estás dónde?- Camila se incorporó y buscó a tientas el interruptor de la lámpara, cambiando su teléfono de una oreja a la otra.

- Estacionada fuera de tu casa.- Apartándose el cabello de la cara, Camila pasó las piernas sobre el lado de su cama y caminó por la habitación para mirar por la ventana. Ciertamente, Lauren estaba de pie apoyada en su coche, mirando a su casa.

- Te veo.-

- Te veo también.- Lauren saludó.

- ¿Qué estás haciendo aquí? Son las dos y media de la madrugada.-

- ¿Está bien si entro? ¿Afuera hace frío?- Había un toque de ironía en la pregunta.

- ¿Es eso un doble sentido?-

- ¿Te gustaría que lo fuera?- Preguntó Lauren en voz baja.

- Nos vemos en la puerta.-

Tiró el teléfono sobre la cama, se puso una bata, y se apresuró a salir de su habitación. Lauren estaba en su casa en medio de la noche y le hablaba como si hubiera algo entre ellas, o tal vez eso era simplemente la expresión de sus deseos. A veces Camila tenía la impresión de que Lauren flirteaba con las mujeres de forma automática. Ahora que pensaba en ello con un poco de perspectiva, casi parecía como una manera agradable de evitar una conversación más significativa.

Al bajar las escaleras y acercarse a la puerta principal, comprobó su bata y luego cogió la manija.

- Gracias.-

Lauren lucía más desarreglada de lo que Camila la había visto nunca, en pantalones vaqueros y camisa arrugada, con el pelo despeinado y aun así seguía siendo la más sexy mujer viva.

- Por favor. Entra.-

- Siento mucho esto.- dijo Lauren mientras caminaban a la sala de estar. -Necesito hablar contigo.-

- Estoy escuchando.- Camila se sentó en un sillón, invitando a Lauren a hacer lo mismo.

Se sentó en la esquina del gran sofá, lo más cercano que pudo a Camila. No se le escapó que Camila había elegido un sillón para sentarse sola.

- Es difícil saber por dónde empezar.-

- Lo siento, no te ofrecí nada. ¿Quieres un trago? O puedo hacer chocolate caliente o café.-

- No, pero gracias. No quiero alargar esto.- Tan pronto como habló, se dio cuenta de que su comentario había herido a Camila. Los suaves ojos marrones miraron hacia otro lado y los hombros de la morena se encogieron lo suficiente para alterar los pliegues de su bata. Lauren no podía pasar por alto el contorno de su cuerpo debajo del satén pesado. Era tan hermosa que era una tortura no extender la mano y tocarla.

- Lo que quiero decir es que es tarde, y yo sé que deberías estar durmiendo. No estaría aquí si no fuera importante.-

- Vale.-

- Lo qué pasó en la recaudación de fondos... es algo que necesito explicar.-

- No necesitas explicarme nada a mí.-

- La mujer que me dio una bofetada es Vanessa Smith. Tuve una breve aventura con ella un tiempo atrás. Los últimos dos meses, ha estado tratando de extorsionarme.-

Esta vez una emoción perceptible agitó la suave perfección de la cara de Camila. Sus ojos se agrandaron y su boca se abrió en estado de shock.

- ¿Chantaje?-

- Sí. Cuando me negué a pagar, me amenazó con una demanda. Puedo mostrarte los papeles.-

- No tienes que hacer eso. Creo lo que me estás diciendo.-

Ven A Buscarme (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora