Capitulo XI

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Ains:

No recuerdo casi nada de la noche anterior...solo que estaba con Mei...
Trataba de moverme pero esto me era imposible, supuse que sería por sintomas contínuos a la fiebre, pero no era eso, tenía a Alice abrazada a mi, ¿Se abrá preocupado tanto?, me quedé viendola y acariciando su cabello un momento, se veía tierna y frágil al dormir, era mi pequeña muñeca de porcelana. Minutos más tarde decidí despertarla

- Alice despierta...

- Hmm...- solo se quejó y siguió durmiendo-.

- Pequeña despierta, no puedes dormir todo el día

- No...quiero...

- Vamos Alice porfavor

- No...

Aún si la movía Alice no quería despertar, me causaba risa su manera de quejarse cuando trataba de despertarla, en todo caso el castigo era peor para mí; ya que si Alice no me abrazaba más fuerte, enterraba sus uñas en mi pecho...

Solo dejé pasar el tiempo, cuando sentía que de a poco me soltaba, veía como luchaba con ella misma por tan solo seguie durmiendo...

- Despierta...

- Estoy...en eso...- dijo mientras abría sus ojos lentamente-.

- Buenos días

- Buenos...días...

- ¿Ahora si vas a soltar mi brazo Alice?

- ¿Eh? Lo...siento...

- No pasa nada, pero para la próxima trata de evitar herirme con tus uñas...

- Lo siento...puedo cortarlas si quieres...

- No hace falta- toqué su cabeza suavemente-.

- Je, je- Alice sonrió gentilmente-.

- Ven, vamos a cambiarnos y luego a desayunar

- Esta bien

Nos vestimos y nos dirigimos a desayunar, Mei estaba en la cocina preparando Tostadas Francesas, realmente le quedaban deliciosas.
Sirvió las tostadas en dos pequeños platos junto a dos vasos con jugo de naranja, siendo sincero me gustaban los desayunos que preparaba Mei, eran simples, pero deliciosos.

Nuestro día pasó como cualquier otro, Alice recorría la casa, mi padre se encerraba en su estudio para trabajar tranquilo, Todd organizaba libros en la pequeña biblioteca, a Clara por alguna razón le gustaba limpiar los espejos de la casa, Mei trataba las plantas del invernadero y yo como siempre, me sentaba en el patio o jugaba con Demi y su cachorro, mi pobre Demi, desde que Khay murió no es la misma, a pesar de que fueros criados juntos como hermanos se volvieron una pareja, iban a todos lados juntos...

En fin, el ocaso se apoderaba del cielo y las estrellas se hacían cada vez más visibles, faltaban 2 semanas para Navidad, no sabía que regalarle a Alice, por lo cual antes de dormir me dediqué a hablar con ella

- Alice...

- ¿Sí?

- ¿Hay alguna cosa que desees? Como zapatos, ropa, joyas o bolsos...

- Pues nada de eso me llama mucho la atención, me gusta la poca ropa que tengo, además de esta pijama que Todd me dió cuando llegué aquí.

- ¿Pero de verdad no hay algo que desees? Algo que soñaste, pero no haz tenido...

- Pues...ahora que lo mencionas, de niña siempre quise una mascota...

- Bien...

- ¿Sucede algo?

- ¿Eh? No es nada tranquila

- Si tu lo dices...

Nuestra conversació terminó ahí, ahora sabía que a mi pequeña le podía regalar una mascota, así no se sentiría tan sola...

Nos fuimos a dormir, pensaba en los regalos que tenía que dar, también pensé en que Mei nunca había viajado a ninguna parte para alguna celebración, todas las fiestas las ha pasado con nosotros hasta ahora...

Como sea, de cualquier forma me dormí y no pude evitar tocar la mejilla de Alice antes de hacerlo, mi pequeña muñeca de porcelana, tan frágil como una figura de cristal...

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Desperté tarde, Alice ya se había levantado y ya había bastante movimiento en la casa, ¿Pasará algo? Las preguntas invadían mi cabeza, a tal punto que me preocupé por la seguridad de Alice.
Me vestí y salí de la habitación rápidamente, al estar en el pasillo pude escuchar un grito desde el fondo de este.

- ¡Cuidado Ains!

Miré en la dirección de donde provenía la voz...
Era increíble, mi padre, Alice y Mei cargando cajas, ¿con qué? No tenía la menor idea hasta unos minutos más tarde.

- ¿Qué tienen esas cajas?- le pregunté a Mei.

- Estas cajas mi querido príncipe, tienes adornos navideños.

- ¿Adornos?, ¿No se supone que rodas las navidades viajamos?

- Pues este año será diferente, la señorita Alice quería celebrar una navidad en casa, por lo cual su padre ordenó que nos pusieramos a decorar y armaramos el árbol.

- No creí que tuvieramos uno de esos...

- Pues la verdad si tenemos uno, en perfecto estado.

- Excelente.

Nuestra conversación se vió interrumpida cuando un grito provenía del segundo piso.

- ¡Ahh!

- ¡Alice!- corrí hasta donde estaba y ver que le había pasado, cuando llegué pude ver que estaba a punto de llorar

- ¿Que sucede pequeña?

- Trataba...de sacar...una caja con...adornos...y al subir...me caí y...ahora ni tobillo...me duele...- al terminar de hablar Alice me miró con sus ojos cristalizados debido a las lágrimas.

- Tranquila, te llevaré con Mei para que atienda ese tobillo

- No puedo...caminar Ains...

- Eso no es problema, te cargaré igual que a una princesa

- Solo no hagas mucho...esfuerzo si no puedes...

- No es problema para mí, además no es que peses mucho para alguien como yo.

Al terminar de hablar tomé a Alice en mis brazos, al hacerlo ella cruzó sus brazos por mi cuello, podía notar como se avergonzaba por tal acto, pero aún así la llevé con Mei.

Al verla Mei dijo que no era nada grave, por lo cual colocó un bendaje en su tobillo, también colocó algo de hielo antes, lo bueno fué que horas más tarde mi pequeña muñeca ya podía caminar, con dificultad, pero lo hacía ♡.

Tú y Yo, AliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora