Capitulo XIII

15 1 1
                                    

A la mañana siguiente todo fue normal, Alice seguía abrazada a mi brazo derecho y Cori seguía dormida sobre mi pecho...
Al ver a Alice noté que esta tenía una frágil sonrisa en su cara, me alegraba verla feliz, quizás era por su sueño o quizás era por los regalos, de todas formas me encanta verla feliz.
Minutos más tarde decidí despertar a Cori para poder moverme y despertar a Alice.

- Cori despierta...- toqué su pequeña cabeza con mi dedo indice.

Al parecer no le inportó mucho, pues siguió durmiendo aún si le insistía, cuando me aburrí de despertarla la tomé con mi mano libre y la dejé en el pequeño espacio que había entre Alice y yo, al dejarla, Cori comenzó a moverse dejando sus pequeñas patitas afuera, luego de eso me dispuse a despertar a mi pequeña.

-Alice despierta...- acaricié su cabeza.

- 5 minutos más...

- Vamos pequeña debemos ir a desayunar y comprar cosas para Cori...- al decir eso Cori puso una de sus patas en la mejilla de Alice y comenzó a lamer su nariz.

- ¡Oye me haces cosquillas!- Alice rió suavemente- Esta bien me levantaré pero deja de lamer mi nariz...

Cori dejó de lamer la nariz de Alice quien al instante se levantó, se veía bastante alegre, realmente me alegraba tenerla así de contenta, mi pequeña muñeca de porcelana...
Unas horas después, pasada la hora del almuerzo, decidimos salir a comprar las cosas necesarias para que Cori pudiera ser un gato sano y fuerte.

- Señorita Alice si va a salir con este frío será mejor que use su abrigo y una bufanda- Todd apareció con el abrigo en sus manos.

- Esta bien, pero no estoy acostumbrada a eso...

- Eso no importa, si no quiere agarrar un resfriado será mejor que se abrigue.

Todd ayudó a Alice a abrigarse, ese abrigo le venía bien al ser de un color azul que resaltaba sus hermosos ojos...

Salimos de casa, había comenzado a nevar y el frío aumentaba a medida que pasaba el día.

- Alice...

- ¿Sí?

- Toma mi mano, no quiero que nos separemos estando aquí afuera...

- ¿Eh? S-si...

El color subió hasta sus mejillas, tomó mi mano con un poco de vergüenza pero aún así la notaba feliz, yo también estaba contento de que pudieramos salir los dos, minutos más tarde llegamos al centro de la ciudad, decidimos ir caminando para que Alice pudiera conocer un poco sus alrededores.
Entramos a una pequeña tienda de mascotas, compramos lo básico para la mascota de Alice; una bolsa con alimento, una pequeña cama, un cepillo y un pequeño collar con un casabel que apenas era visible pero sonaba bastante fuerte.

Al salir de la tienda decidimos pasear un poco más por la pequeña plaza que había, la mayoría de las personas nos miraban y solo decían "Felicidades príncipe Ains" ahí estaba esa palabra otra vez, no sabía el por que era un "príncipe" para ellos pero no podía hacer nada para hacerlos cambiar de opinión, aún así me gustaba el como me decían...

Con Alice entramos a un pequeño café, le dije que solo tomaríamos algo para pasar el frío y luego nos iríamos, nos dirijimos al gran mesón para ordenar lo que queríamos.

- ¿Que desea príncipe Ains?

- Pues...creo que esta vez pediré un Cappuccino...¿Y tú Alice?

- Una taza de té esta bien para mi...

- Entonces un Cappuccino y una raza de Té, en un momento estarán listos.

Nos fuimos a sentar a una de las mesas que estaban cerca del gran ventanal, ese tenía vista a la plaza en donde se podían ver algunos niños jugando con la nieve, aunque al parecer a mi Alice no le importó mucho ya que solo se dedicó a mirar los adornos que estaban dentro del café, desde el techo hasta el piso.

Cuando llegaron nuestras cosas nos pusimos a beber, Alice solo cerró sus ojos y disfrutó su té, no nos dirigimos la palabra todo ese tiempo. Debo decir que me incomoda un poco cuando hay silencio entre nosotros dos.

Terminamos de beber y nos pusimos a caminar hasta casa, al salir y caminar un par de minutos nos encontramos con Lumiria, una niña hija de un amigo de mi padre, era una niña bastante simpática, cada vez que su padre iba a nuestra casa ella lo acompañaba solo para ir a vernos a mi y a Todd, somos como sus hermanos mayores.

Hermano Ains!- Miro hacia atrás y veo a Lumi, llevaba un vesrtido color burdeo con encajes dorados, sobre este tenía un abrigo negro y una bufanda blanca en su cuello, su cabello iba amarrado en una cola de caballo igual que siempre y un pequeño gorro se hacía parte de su cabeza-.

- Lumi, ¿Qué haces por aquí?

- Mi padre y yo fuimos a tu casa y el tío Richard dijo que no estabas, entonces le dije a papi que vinieramos a buscarte.

- Ya veo, pero no era necesario, estoy bien, no necesito que me lleven.

- Pareces un burro de carga con todas esas bolsas...

- Pues no lo soy, solo estoy siendo caballero con mi dama...

- ¿Qué dama?

- Ella...- Me moví un poco logrando hacer que Lumi viera a Alice, quien estaba un poco incómoda.

- ¿Quién eres tú?- preguntó Lumi algo confundida.

- S- Soy Alice...

- ¿Qué haces con mi hermano Ains?...

- Solo vinimos a comprar unas cosas...

- No tienes derecho a estar con mi hermano, es mío.

- ¿E- Eh?

- Te digo que no puedes estar con el.

Luego de esas palabras Alice no volvió a hablar, la ví triste por lo cual tomé su mano y la llevé a casa, no me importó que Lumi se quedara ahí, me importaba más mi pequeña, sabía que quizás le dolieron aquellas palabras, quería hacerla sentir mejor, quería verla feliz otra vez.

Al llegar a casa Todd nos recibió, pero fue directamente a Alice.

- Señorita Alice, dejeme ayudarla.

- No me toques.

- ¿Sucede algo señorita?

- No quiero que me toques, puedo yo sola.

- Oh...

Solo miré como Alice se quitaba el abrigo y la bufanda, cuando terminó dió unos pasos y giró su cabeza para mirarme, estaba llorando, mi pequeña estaba heridaotra vez... Al mirarme solo salió corriendo hacia la habitación, trate de tomar su mano pero no lo logré...

- ¿Qué hiciste Ains?- preguntó Todd confundido.

- No fuí yo...

- ¿Entonces?

- Nos encontramos con Lumi cuando veníamos de vuelta a casa...

- ¿Y?

- Le presenté a Alice y le dijo que no tenía derecho a estar conmigo...

- No debiste hacerlo, sabes que a esa niña la estan educando como a una princesa, nisiquiera nosotros podemos soportarla cuando viene...

- Lo sé, y me arrepiento de hacerlo...

- Será mejor que hables con ella, pero antes llevale un postre por si no quiere perdonarte.

Miré a Todd y luego me dirigí a la cocina a buscar algun postre, había gelatina de Fresa, la serví en un platillo y fuí con el hasta la habitación donde creí que estaría Alice...

Tú y Yo, AliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora