CAPITULO VIII

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Desperté antes de lo habitual, eran las 7:30 am, mi padre aún no había despertado, como era Viernes no tenía nada que hacer asi que esos días dormía hasta tarde. Me moví un par de centimetros en la cama, luego me dí cuenta de que Alice no estaba, ¿Estará en el baño?, decidido a averiguar me levanté para buscarla.

- ¿Alice?

Toqué la puerta del baño pero no había nadie dentro, tampoco estaba en la sala, el patio o la bodega. Al estar cerca de la cocina pude darme cuenta de que un olor dulce provenía de ella...

- ¿Alice?- pregunté una vez más esperando que ella me contestara-.

- Aquí estoy...

- ¿Qué haces en la cocina tan temprano?

- Debo cocinar si voy a ser una nueva empleada de esta casa...

- Alice no serás una empleada, viniste aquí por otra razón, apaga eso y ven conmigo, aún es temprano vamos a descansar.

- Si tú lo dices...

Alice apagó la cocina y lo que parecieron ser manzanas dejaron de hervir en aquella olla, debo admitir que me gustaba el olor que provenía de aquella comida, pero no quería que Alice ensuciara más sus manos o se convirtiera en una empleada más.
Volvimos a mi habitación y volvimos a acostarnos, la cama aún estaba tibia, Alice sin perder oportunidad, volvió a hacerme la misma pregunta que la noche anterior.

- ¿Por qué me trajiste aquí?

- Alice...

- Solo dime, quiero saberlo...

- Pues...si te soy sincero...

- Solo dilo...

- Te traje aquí por que quiero que seas mi esposa...

- ¿Yo?- suena un tanto sorprendida-.

-

- ¿Por qué yo? Había otras dos chicas en la mansión...

- Lo sé, pero la que más me llamó la atención fuiste tú, sé todo lo que sufrias en esa casa por culpa de tu padre y tus hermanas, pero ahora estoy aquí para protejerte, conmigo estarás segura, Alice...

- Eres tan bueno...supongo que solo debería confiar en tí...

- Puedes confiar en cualquier persona de esta casa, todos te ayudaremos Alice- la abracé pegandola un poco más a mi...

- Ains...

- ¿Si?

- Gracias por salvarme...

- Es lo mejor que podía hacer por una bella dama, ahora, ¿Quieres seguir durmiendo?

- ¿Podemos dormir así?

- ¿Así como? ¿Abrazados?

- Sí, me gusta como se siente el cariño...

- Está bien, vamos a dormir así

Alice fue la primera en quedarse dormida, se veía bella y frágil, igual que una muñeca de porcelana, su cabello castaño, sus mejillas un tanto rojas, quizás era la chica perfecta, estoy feliz de tenerla a mi lado, y haré todo lo posible por hacerla sentir toda una princesa...
Desperté horas después, eran las 12:57 pm, sentía que mi brazo derecho estaba dormido, era por Alice quien tranquilamente aún dormía abrazada a mí, estaba feliz de que por lo menos no sientiera miedo de mí.

- Alice, despierta ya es tarde.

Al ver que no despertaba decidí usar mi brazo libre para seguir tratando de despertarla.

- Alice, despertia...- toqué su mejilla suavemente-.

- 5 minutos más...

- No puedes dormir más Alice, son las 1 pm...

- Me lavantaré...solo dejame dormir 5 minutos más...

- Solo 5 minutos...

Minutos después mi padre entró a la habitación.

- ¡Buenos días dormilones!

- Buenos días padre

- Buenos - da un pequeño bostezo- días...

- ¿Durmieron bien?

- Si...

- Como... nunca...

- ¿Sucede algo Alice?

- No...es solo que extrañaba dormir en una cama tan comoda...

- Pues ahora sabes que puedes dormir comodamente ahí

- Si...Ains es muy comodo para dormir, además es como un osito de peluche

- Siempe fue así desde niño, su madre decía lo mismo de el...

- Bien, basta de charlas mías, quiero llevar a Alice a conocer la ciudad.

Quería que Alice supiera un poco más de su mundo, lo poco y nada que llevaba en la casa la hacia tener miedo hasta de entrar al baño, quizás nunca salió de esa casa...

Tú y Yo, AliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora