CAPITULO IX

23 1 0
                                    

Al final, la tarde pasó normal, mi padre me dijo que no sacara a Alice aún, que tenía que lograr que ella tuviera más confianza en mi y en su entorno. Asi que le hice caso, decidí no sacarla, en todo caso Alice se veía feliz en casa, me hacía feliz ver que podía sonreir cuando algun cuadro o adorno de la casa le llamaba la atención, incluso se disculpó con Mei por lo que había pasado la noche anterior.
A las 7 pm nos sentamos a cenar, todos pareciamos felices, en especial mi padre ya que dejo a las sirvientas y al mayordomo sentarse con nosotros, cosa que casi nunca pasaba...

- ¿Ains?...

- ¿Si?

- Gracias por la cena, estaba deliciosa...

- No deberias agradecerme a mi, deberias darle las gracias a Rossy y Mei

- Comprendo...

- ¿No vas a querer postre?

- No gracias

- Esta bien

-  ¿Tienes alguna libreta con hojas blancas y lapices negros?

- Creo que hay libretas en el estudio, y lapices negros hay en mi habitación

- ¿Podrías ayudarme?

- Si claro, dame un minuto

Al parecer Alice queria escribir o algo por el estilo, las libretas en casa ya no rondaban mucho, y las que hay solían ser de mi madre, le encantaba dibujar.
Fuí con Alice al estudio de mi padre.

- Si no me equivoco las libretas están...

- Encontré una.

- ¿Donde?

- En el estante que está a tu derecha...

- Es verdad, bueno vamos a sacarla

- No podría alcanzarla...

- Tu no pero yo si puedo

Me paré te puntillas para alcanzar la libreta que Alice había encontrado, estaba intacta, cada hoja blanca, sin ningún doblés o mancha en ellas...

- Aquí tienes Alice

- Gracias

- ¿Que planeas hacer con la libreta?

- Quiero intentar dibujar, lo hacía en el sotano al que llamaba "mi habitación"

- Está bien, los lapices están en el segundo cajón pequeño de mi closet

- Esta bien, gracias

- Avisame si necesitas algo

Alice y yo salimos del estudio, caminaba a paso lento hacia el comedor mientras veía como Alice subía las escaleras hasta mi habitación, cuando la ví desaparecer entre al comedor, mi padre seguía con los empleados en la mesa al parecer estaban bebiendo ya que había dos botellas de vino sobre la mesa.

- ¿Que hacen?- pregunté un poco confundido-.

- Todd y yo decidimos beber un poco de vino- contestó mi padre un poco borracho

- Padre no estás en condiciones de beber a estas horas, mañana tienes cosas que hacer.

- Tranquilo Ains lo tengo todo bajo control, además Mei aún está sobria

- Pues alguien que no te siga la corriente cuando se trata de beber.

- Relajate, si no quieres beber con nosotros puedes irte, estaremos bien.

- Eso espero, Mei avísame cualquier cosa

- Entendido Príncipe Ains.

Salí del comedor y me dirigí al baño, ya ahí me miré al espejo y pude darme cuenta de que mis mejillas estaban rojas, ¿Será por el calor o por vergüenza? Aunque lo del calor no lo veía bastante lógico ya que estabamos en pleno invierno...Me sentía más cansado de lo normal, tenía demasiado sueño asi que decid8 ir a mi habitación en donde estaba Alice.
Entré derrepente por lo cual Alice pegó un pequeño salto debido al susto.

- ¿Sucede algo?...

-  Me siento más cansado de lo normal...estaba en el baño y pude ver que mis mejillas estaban coloradas...

- Ven aquí

Comencé a acercarme a Alice lentamente, mis piernas se sentían pesadas, de un momento a otro me desplomé sobre ella, estaba muy cansado no podía mover bien mi cuerpo, en eso Alice toca mi frente

- Estás hirviendo...

- ¿Crees que sea malo?...

- Ains tienes fiebre, obviamente es malo

- Llama...a...Mei...

- Espera aquí iré por una fuente con agua fria y un paño...

- Hugh...

Sentí como Alice me dejó en la cama con las pocas fuerzas que tenía, se notaba que estaba preocupada con mí, no sabía el porqué ni como me dió fiebre, no me he sentido mal en los últimos días. Unos minutos más tarde sentí que Alice entró a la habitación, se sentó a un lado de la cama y comenzó a mojar lo que al parecer era una pequeña toalla.

- Con esto te bajará un poco la fiebre

- Gracias...

- No me agradezcas nada aún, ¿Tienes fuerzas como para ponerte pijama?

- Creo...que sí

- Trata de hacerlo, mientras tanto iré por Mei

- Esta bien...

Alice salió de la habitación otra vez, y siguendo sus instrucciones comencé a ponerme pijama, cuando por fin terminé me tapé y traté de acomodarme en eso entran Alice y Mei a la habitación.

- ¿Se siente bien Príncipe Ains?

- No lo sé...mi cabeza...da vueltas...

- Necesito que se siente para poder hacer que la fiebre baje de a poco, señorita Alice necesito que salga un momento

- ¿Eh? Si, seguro...

Alice salió de la habitación, luego Mei me miró y puso su mano derecha en mi frente y comenzó a decir palabras extrañas, de a poco sentía como el sueño se apoderaba más de mí y de un momento a otro caí dormido.

Tú y Yo, AliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora