Capítulo 1: La nueva Potter.

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Marzo, 1965

El humo que generó la explosión de magia en la antigua y casi destruida casa hacía que fuese imposible determinar que quedaba de aquel desastre. Cuando los primeros aurores que aparecieron, con Alastor Moody en la cabeza comenzaron a adentrarse en lo que fue la ancestral casa de los (actualmente) Fortbront, con las varitas en alto y siempre alerta a cualquier movimiento ingresaron por el Hall de paredes semi destruidas y el suelo lleno de polvo.
—Este lugar está completamente destruido —susurró un auror al lado de Moody—. Nada puede sobrevivir a esto.
—Busquen a los Fortbront arriba, ahí fue la explosión, tienen una niña, busquenla también. Estén alertas, yo estaré aquí abajo —gruñó Moody. El casi nunca inspeccionaba el primer piso, pero esta vez lo haría, su instinto de auror se lo pedía.

Llegó a una sala llena de papel quemado que en su momento debieron ser libros, encontró un collar con forma de gato que resplandecía frente a una puerta de un mueble Moody se acercó con cautela, hizo levitar el collar y abrió la puerta con cuidado, las bisagras sonaron con un quejido dejando ver a la figura pequeña que se escondía.
Moody se quedó expectante esperando algún movimiento.
Un lumos hizo la diferencia para que Alastor viera a la pequeña bruja de cabellos oscuros tendida inconciente, su respiración era casi imperceptible, estaba en casi perfectas condiciones, llena de polvo, rasguñones e inconciente. "Mucho mejor de lo que cualquier persona se encontraria tras ese desastre" pensó Moody viendo que la parte trasera del mueble estaba destruida, junto con la pared.
Moody escuchó un sonido, como un click en su cabeza «La hija de Jenny» la tomó en brazos mientras guardaba el collar en el bolsillo de su chaqueta. Salió de la sala, escuchó a sus compañeros gritar desde arriba:
—¡Señor Moody, encontramos a los Fortbront! —gritó Scrymell, bajaba los escalones y cualquier comentario que fuese a agregar murió en su garganta al ver a Moody con la niña, en su lugar murmuró con la voz quebrada:
—¿Está...
—Viva —terminó el hombre mientras le respondía a la joven.— Avisa a San Mungo, toma a la niña, voy a subir.

Scrymell, la nueva aurora del equipo tomó a la niña de sus brazos y miró a Moody. —Tenga cuidado haya arriba, escuché que Jennifer Fortbront era su amiga —le susurró, Moody no le respondió, subió las escaleras dejando a Scrymell sola con la niña, ella por su parte mandó un patronus de emergencia a San Mungo, le acarició los cabellos oscuros a la niña mientras pensaba en lo sola que se iba a sentir la pobre criatura después de esta noche.

Alastor subió las escaleras con el corazón en la garganta, sabía lo que había allí arriba, era jodidamente consciente de ello, pero no estaba preparado, él podía ser un hombre que estaba alerta 24/7. Un hombre dispuesto a morir cada día, pero mientras subía la escalera sintió miedo, o algo como ello. Su mejor amiga, Jennifer. Ella no podía estar muerta.
Los aurores le miraron, el ocultó sus pensamientos mientras se dirigía donde dos cuerpos descansaban inmóviles, vio a Joseph quemado con los ojos cerrados y una fea expresión en su rostro, «él también fue un buen amigo» pensó Moody. Dirigió finalmente su vista a la mujer que yacía con los ojos abiertos y perdidos mirando al techo, una parte de Moody murió con esa visión, los ojos claros de Jennifer estaban vacíos, su piel pálida maltratada y sus oscuros cabellos quemados y enredados.

—¿Qué fue exactamente lo que ocurrió? —preguntó apartando la vista. Un auror se acercó.
—Una poción mal hecha, se supone, pero también hay evidencias que llevan a un ataque. Tal vez un grupo de anti-puristas extremistas.
«anti-puristas extremistas» pensó Moody, claro, esos grupos que iban en contra de las familias nobles, los Fortbront si bien no estaban en la lista de los 28 sagrados por tener sangre mágica de todas partes del mundo -lo cual los volvía mucho más poderosos y puros que cualquier familia inglesa- eran sin duda el mayor blanco para está clase de grupos, teniendo en cuenta su extrema pureza de sangre, ya que entre los "puros" no se les consideraba traidores como los Potter.

Cambiaremos El Destino. «Era De Los Merodeadores»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora