𝙴𝙿𝙸́𝙻𝙾𝙶𝙾

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Cinco años después del casamiento, una Hyun Hee de veinticinco años se encontraba correteando a una pequeña por toda la casa, ya exhausta

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Cinco años después del casamiento, una Hyun Hee de veinticinco años se encontraba correteando a una pequeña por toda la casa, ya exhausta. TaeHyung era pésimo ayudando y poniendo control en la casa, pero nada le podía hacer.

—¡Sakura! No rompas los juguetes de tu hermana —suspiró y le quitó los juguetes—. Eso no se come, con eso se juega.

Se sentó en el sofá y empezó a jugar con ella, mientras que TaeHyung lo único que podía hacer era consolar a Haruka, quien lloraba porque su hermana menor le había roto un juguete.

Las gemelas, de un año, eran todos unos monstruos, cualquiera que se quedara con ellas, no duraría ni un segundo; pero sus padres sí, pues eran iguales a ellas. Sakura tenía el cabello rubio, como ambos lo habían tenido, ojos color café oscuro, como TaeHyung, y labios un poco gruesos, como TaeHyung. Era divertida, extrovertida, un poco llorona, tierna y destructora. Mientras que Haruka, ella tenía el pelo rubio, igual que ambos; tenía labios finos, como Hyun Hee, y ojos verdes, como Hyun Hee. Era tímida, callada, tierna, y divertida.

Varia gente decía que eran unos mounstros, y lo eran, pero sólo cuando sus padres no estaban. Juntas podían ser muy traviesas, pues se llevaban muy bien. Aunque Haruka era unos minutos más grande que Sakura, eso no les impedía llevarse de lo mejor, pues eran hermanas gemelas.

Hyun Hee se levantó y miró a su alrededor, Sakura y Haruka jugaban tranquilamente con las muñecas. Sonrió satisfecha, al fin había logrado que las cosas se calmaran en esa casa.

—Son tan tiernas —dijo TaeHyung, abrazando a su, ahora esposa, por la espalda; apoyando su mentón en el hombro de ésta.

Hyun Hee rio, la verdad es que sí eran tiernas, pero también eran unos monstruos.

—Sí, lo son —sonrió mientras miraba a las niñas—. Los chicos llegarán pronto, vamos a preparar la cena.

TaeHyung asintió, soltando la cintura de Hyun para dirigirse a la cocina junto a ella. Comenzaron a cocinar, pero fueron interrumpidos por dos ángeles.

—Mami, papi, queremos cocinar con ustedes —Haruka, para tener un año, hablaba muy bien.

—Pero claro —TaeHyung cargó a Haruka, y Hyun Hee a Sakura, y juntos comenzaron a preparar la cena.

Cuando terminaron, las niñas guardaron los juguetes y todos se pusieron a esperar a que los tíos llegaran.

Mientras esperaban comenzaron a ver cosas en la tele. La verdad es que Haruka y Sakura podían ser pequeñas, pero sabían muchas cosas debido a que les gustaba escuchar libros que sus padres les leían.

La teleserie fue interrumpida por el timbre sonando. Las gemelas se miraron, sintiendo sus ojos brillar mientras sonreía.

—¡Yo voy! —gritó Hyun Hee, dirigiéndose a la puerta y abriéndola—. ¡JiMin Oppa! —chilló y lo abrazó.

𝑨𝑴𝑶𝑹 𝑵𝑶 𝑪𝑶𝑹𝑹𝑬𝑺𝑷𝑶𝑵𝑫𝑰𝑫𝑶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora