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—A ti te encanta fastidiar. ¡Lo disfrutas! —chilló, a lo que TaeHyung rio y asintió—. Eres un malcriado —arrugó su nariz. Se llevó los cafés a la mesa con TaeHyung y tomó asiento frente a él.
Se encontraban en la cafetería, y TaeHyung con Hyun Hee hablaban de cosas triviales y se reían, como hacía tiempo no hacían.
JeonGguk pasó por su lado, llamando la atención de Hyun Hee, quien le sonrió y le saludó. El pelinegro miró a TaeHyung, haciendo una reverencia y saludándole, presentándose, pero el contrario no parecía querer devolver el gesto.
Una vez se fue, Hyun Hee miró a TaeHyung, quien estaba muy serio y con el ceño fruncido.
—Es un-... —TaeHyung iba a insultarlo, pero él no era esa clase de persona. ¿Desde cuándo se ponía celoso con Hyun Hee? Él siempre había sido alguien que no le gustaba presumir lo que era suyo. Sí. Esa pelirubia era suya.
No, Dios, no lo es, no es un puto objeto.
A veces odiaba tener esas pequeñas peleas internas consigo mismo.
—¿Decías? —Hyun Hee lo sacó de sus pensamientos—. Por cierto..., ¿hiciste el trabajo de ciencias? —se apoyó en el respaldo de la silla y se cruzó de brazos, tomando su un poco de su café; sabiendo que TaeHyung negaría.
—Síp —Hyun escupió un poco de café—. No es para tanto —TaeHyung sonrió y frunció el ceño. Hyun lo ofendía.
—No lo puedo creer —soltó una risita mientras se limpiaba un poco de café. El timbre sonó—. Vámonos —dejaron el dinero y salieron de la cafetería.
Llegaron al salón y se sentaron. Hyun había notado que TaeHyung y Lisa andaban distantes, de alguna forma se sentía culpable, pero le gustaba que Lisa ya no les molestara tanto como antes. Sabía que estaba mal, pues la chica podría estar pasándolo mal, pero ella no había obligado a TaeHyung a nada.
Su atención se la llevó el profesor al entrar.
—Buenos días, alumnos —dijo con voz firme, como siempre.
—Buenos días, profesor Lee —dijeron todos los estudiantes al unísono e hicieron una reverencia.
—Como ya sabrán, la fiesta del amor se celebrará el próximo viernes por la noche, ya que así tendrán el domingo, su único día libre, para descansar —sonrió—. Recuerden que para esa fiesta deberán llevar una pareja, no importa si es una mujer con mujer, hombre con hombre o una pareja de hombre y mujer, la cosa es que tienen que tener pareja, sino no se les dejará pasar —dijo, sentándose en su escritorio—. Eso es toda la información. Saquen sus cuadernos y libros.
Todos obedecieron. La clase pasó con normalidad, Hyun había quedado enganchada con la idea de la fiesta del amor, nunca había asistido a esa fiesta antes, porque no dejaban que los menores de quince asistieran, y ahora porque no sabía con quién ir.
