Black Soul [ SeHun y Tu ]

De miedos y revelaciones pt.2

White Soul : De miedos y revelaciones.

-No te hagas la inocente, desde un principio sabia que tu y mi Hun salían, también lo de tu matrimonio con Yeol… no puedo creer que tengas tanta suerte, primita- sonrió con malicia - hoy nos vamos a divertir.

Me sentía mal, no sabía cómo describir este sentimiento, era repugnante ver los que ahora estaba viendo; era, a su vez, doloroso. Intenté buscar su mirada, aquel par de ojos que me observaban con cierto toque de molestia, de pena y sobre todo de odió. Como si se tratase de la peor de las escorias, así me sentía yo y ahora entiendo a aquellas personas al ser juzgadas.

¿Cual era el motivo de todo esto?

— ¿Que es lo que quieres? — pregunté a pesar del dolor y nudo de mi garganta —

Se acercó amenazante, su pálida mano se posó en mi mejilla con una delicadeza, como si un escultor estuviera admirando su más preciada obra. La acarició y el tacto me dio todo un escalofrío, algo estaba mal y eso era más que obvio, la tensión del lugar era más que palpable y aún así mis piernas, como si estuvieran plantadas en el suelo como si fuese un árbol y ellas sus raíces, nunca se movieron de su lugar sabiendo perfectamente que tenía que retroceder y huir de ahí.

Terminó su caricia casi efímera y posteriormente me regaló una sonrisa que podría describir con sorna y arrogancia, ¿Que es lo que quería Irene de mí? ¿SeHun?

Como si pudiera leer mis pensamientos sonrió nuevamente sólo que esta vez más ampliamente, ¡Santo Dios! ¿¡Que es lo que sucede!?

— Supongo que ya sabrás de mis encuentros con SeHun. — comenzó a narrar— pero… ¿Ya sabías de nuestra relación? ¡Si! — se limitó a responder ella sola — Lo debiste por lo menos sospechar, primita. Oh SeHun y yo salíamos, no hace mucho y mira regreso y lo primero que veo es tu bonita relación —

Esto último lo dijo con odio y dolor, se levantó de la posición incómoda en la que estaba. Yo, aún seguía en el suelo, estaba débil, tanto mental como física. Era un sentimiento extraño pero a pesar de ese sentimiento no dejaría que ella se saliera con la suya; la miré de la misma manera en la ella me miró ahora e incluso hace años. Con ese toque de hipocresía, hipocresía que estaba dispuesta a regresarle de la misma manera, dosis por dosis de odio, que ahora he llegado a comprender.

— ¡Veté al diablo, Irene! — exclamé sin más— ¡Entiende que SeHun ya no te quiere más!— me atreví a confesar.

—¡Calla! — gritó molesta — ¿Tu crees que el a ti si? ¡Ja! Que maldita ingenua. El salió contigo por despecho, _____. Todo lo que te ha dicho ha sido por despecho ¿Sabes porqué? Por qué yo no estaba ahí.

Solté el aire que no sabía que contenía, sus palabras hirientes fueron más que suficientes para empezar a llorar en mares, la frustración, dolor y tristeza, todo estaba presente. Lo peor del caso es que en ellas un pequeño rayo de razón se asomaba, veía como aquel túnel era alumbrado levemente por ella y sabiendo que era doloroso seguir, lo hice por el simple motivo de que es la verdad y la verdad siempre saldrá a la luz y fuese como fuese hay que afrontarla o, por lo menos, sobrellevarla.

— Tal vez tengas razón — dije parando mi llanto — pero ahora todo es diferente, al principio pudo haber sido eso; sin embargo, SeHun ahora me ama. Me lo ha demostrado.

Su expresión se volvió dura de una manera rápida; en sus ojos, un destello de maldad y venganza apareció y con ello mi presencia cada vez fue haciéndose mínima ante ella.

— Quiero ver como SeHun te rescatará de esto…

Con eso se marchó de la habitación, sus pisadas cada vez se escuchaban menos. Cuando ni hubo ruido alguno, por fin pude respirar aire puro, sin esa tensión en el. Me levanté del suelo con la poca fuerza y esperanza que tenía, más esperanza que fuerza.