Hiccup Es Mi... ¿¡Novia!?

CAP. O8

— Vamos a hacer una nueva dinámica, ¿te parece Hiccup? — Sugería su psiquiatra colocando anotaciones en su portafolio con esos enormes anteojos mientras el chico de cabellera castaña prestaba una atención curiosa a su propuesta — Sé que estás últimas semanas han sido difíciles

Y así era, cada día que pasaba terminaban perjudicándole tanto física como emocionalmente, suficiente tenia con seguir buscando abogados para luchar por la custodia de Toothless, pero ahora tenía otra carga, sentir la terrible incomodidad de ser el amor no correspondido de su nuevo amigo peliblanco

Porque cada día había sido toda una mierda, pero siempre había una pequeña luz de esperanza que mantenía con vida a Hiccup, gracias a esa insignificante persona podía sentir la poca felicidad que le quedaba, las buenas emociones que aún permanecían, le hacía olvidar los comentarios de asco e incluso ya no era necesario pararse frente a un espejo horas y horas sin derramar lágrimas y tener deseos de no existir

Astrid era la persona que lo trataba como alguien normal... Y eso le fortalecía

— ¿Qué clase de dinámica es? — Admitía que estaba harto de ello, sabía que ningún intento lograría la completa y absoluta aceptación de su cuerpo y persona. Porque sabía que no importa que tan feliz u optimista pudiera volverse, con un simple insulto sentía que era debido por el fenómeno que era

— ¿Alguna vez... Te has mirado al espejo con ropa masculina?, quiero decir, camisetas, chaquetas de cuero, botas militares, ese tipo de estilo

Hiccup comenzó a reír con ironía, odiaba en lo más profundo de su alma ese tipo de ropa, era esas prendas que su padre lo obligaba a usar, ropa de hombre, pero nunca confesó que mientras sus padres estaban en el trabajo el castaño se escabullía al guardarropa de su madre y se colocaba hermosas prendas rosas jugando como si estuviera en una pasarela de modas

Porque usando ropas femeninas se sentía libre y cómodo, demostrando la persona que realmente es...

— No realmente, de hecho, me dan asco ese tipo de ropa — Confesó añadiendo una sonrisa traviesa

— ¿Hay alguna razón por la que lo odies? — Inmediatamente viene los recuerdos, entrando a bares con tan solo dieciséis años, su padre incitándolo a beber hasta el punto de estar ebrio y besar a varias chicas de una forma sucia y pervertida

Estuvo haciendo esa rutina hasta que una noche la ebriedad del castaño era tan extrema al punto de perder su sano juicio, que no se dio cuenta que estaba coqueteando con un lindo chico besándolo apasionadamente mientras su padre miraba la escena horrorizado sacándolo del bar casi a rastras y con la ira hecha fuego

(...) "¡sabía que eras un puto marica!" "no tienes vergüenza al besar un hombre" "¡mi hijo no será un jodido homosexual!" (...)

Desde ese momento se dio cuenta que no importasen las prendas tan masculinas y varoniles que usara, su padre jamás iba a olvidar la "repugnante" imágen que vio en el bar aquella noche

— Simplemente me dan asco... Con suerte puedo ver mi cuerpo desnudo sin vestidos, faldas, maquillaje y esa peluca

— Eso es un gran avance, ¿y qué piensas cuándo te ves de esa forma?

Hiccup recuerda las veces que termina de ducharse, al quedarse de pie en el espejo y quitar la toalla que lo cubre de la cintura para abajo

— Nada... No pienso en absolutamente nada, no hay odio, no hay asco... Simplemente me veo y no se encuentra nada

La psiquiatra seguía escribiendo en su archivo mientras Hiccup miraba el reflejo del espejo, pensativo, cuestionando qué es lo que había salido mal, qué clase de desorden tuvo su vida para que hoy en día sus padres tengan que odiarlo tanto al punto de ni siquiera pronunciar su nombre

— Ese es el problema Hiccup, tu cuerpo no te molesta, lo único que te molesta son las críticas de las personas... De tus padres, de lo que dirá Toothless cuando crezca y se entere lo que realmente sucede, ¿no es así?

En un principio incluso las extrañas miradas que le daban era suficiente para caer en una leve depresión, pero Hiccup creía que ya lo había aceptado, había decidido ignorar aquellos maltratos y señalamientos para llevar una vida estable, pero no importa lo fuerte que se ha vuelto, el dolor seguía ahí... El tan solo imaginar lo que su pequeño hermano pudiera pensar seguía ahí, y eso le aterraba, tenía el temor en cada fibra de su cuerpo, la mirada de rechazo proveniente de Toothless...

— ¿En qué consiste su nueva dinámica? — Hecha un rápido vistazo al reloj colgado en la pared, no faltaban más de cinco minutos para que la sesión de hoy acabase. Por lo menos debía escuchar la propuesta de la psiquiatra Wang, tal vez, solo tal vez, la estabilidad vuelva a su vida diaria, tal vez si cumplía sus indicaciones al pie de la letra le daría la seguridad de enfrentar todas las cargas que se han acumulado esta semana e inclusive toda su vida

— Soportas verte a ti mismo, con ello no tienes ningún inconveniente. Pero se te es difícil mostrarte a los demás de esa forma

— ¿Qué es lo que pretende? — Hiccup deseaba llegar al punto de ello, tocar fondo lo más pronto posible, incluso cuando comenzaron a hablar del tema le causaba un mal presentimiento, sabía desde un principio que su idea no le gustaría del todo. Sin embargo, por lo menos escucharía

— Te estoy dando la propuesta de mostrarte como te ves al espejo con ropas masculinas frente a la gente, por un día...

Antes de salir se mira de nuevo al espejo de su habitación, al final había decidido tomar la propuesta de la psiquiatra Wang y ver el resultado de ello. Sus ojos conducen hacia su cabello teñido, a pesar de no provocar una gran diferencia de color, juraría que su tío Bocón no lo reconocería, su cabello había pasado de ser un lindo color castaño a un atrevido caoba rojiza, notó que el maquillaje hacia su piel más pálida pero ahora era de un lindo tono acaramelado que hacía resaltar más las pecas de sus mejillas, eso provocaba que sus ojos brillaran más en su hermoso color verde esmeralda a la luz de la luna

Lo que más llegó a impresionarle fue su vestimenta, era cierto que se sentía extraño, tener ese incómodo pantalón de vestir negro, una camisa de vestir blanca remangada hasta sus codos y unos cuantos botones desabrochados dejando a la vista parte de su cuello y pecho

Era completamente diferente a lo que pudo imaginar, su psiquiatra había recomendado observarse de pies a cabeza, primero reconocer que no había cambiado, que seguía siendo el mismo Hiccup de siempre

Que no solo por usar lo que la sociedad decía que era correcto ya podía ser una persona normal, porque siempre lo ha sido...

Al salir de su habitación guarda sus llaves y celular en el bolso de su pantalón tomando la tarjeta del restaurante donde trabajaría esta noche con esas prendas, mostrándose como la persona que siempre ha sido, con la actitud y emociones que siempre ha demostrado

Porque ya no quería ser tratado como una basura...