48

343 20 1
                                    

Narra Simón.

Todo fue demasiado hermoso, hasta que ella llegó.

Al escucharla entrar, tanto Matteo como yo nos sorprendimos, así que con un intento fallido de colocarnos lo que era nuestra ropa, logramos tapar nuestras partes intimas. 

S: ¿Que haces aquí?. 

Ms: Yo vivo aquí.

S: No, yo vivo aquí. 

Ms: Yo pago este departamento, que bien lo decoraste y amueblaste, ¿Conque dinero lo hiciste?. Miro directo a mis ojos, me estaba desafiando, a una guerra que yo no lograría ganar. Con el mio, ¿No es así?.

S: Si, todo esto es tuyo, da igual. Me levante del sofá y comencé a caminar en dirección a mi habitación. Encontrare otro lugar, tarde o temprano. 

Al llegar a mi habitación comencé a guardar todo en una maleta, planeaba abandonar este lugar, como lo hice en España. 

M: ¿Simón?, ¿Puedo pasar?. Por un momento olvide que Matteo se encontraba aquí. 

S: Claro. Retire el seguro de la puerta y entro.

M: ¿Estas seguro de esto?. 

S: Sabes lo que paso, ella ya no es nadie para mi, bueno yo no soy nadie para ella, así que me iré, ¿Crees que Pedro pueda ayudarme?. 

M: No es necesario, iremos a mi casa, también tengo que a reglar las cosas con ella. 

Matteo termino por ayudarme a guardar mis cosas, al salir de la habitación ella estaba ahí, con lagrimas en los ojos, quería abrazarla, necesitaba hacerlo pero no lo hice, le dirigí una mirada fría y con la frente en alto salí del departamento. 

No tardamos mucho en llegar a la antigua casa de Matteo. 

S: ¿Estas listo?.

No respondió, su mirada se encontraba concentrada en esa casa, tenia miedo, lo sabia pero yo estoy aquí para el. 

Sujeto mi mano en forma de respuesta, comenzamos a caminar, toco el timbre y no tardaron mucho en abrir la puerta. 

Narra Matteo.      

Estaba ahí, parado en frente de aquella casa. 

La puerta se abrió y ella estaba ahí, mi mirada se unió con la suya, mis ojos se cristalizaban y un abrazo mis brazos formaron, ella no tardo en corresponder el abrazo y ahí pude sentirlo, su dulce calor de madre, mis problemas desaparecieron por un memento, me sentía feliz y liberado. 

Mm: Lo siento, debí haberte contado la verdad. 

M: Yo lo siento, debí haberte entendido, todos cometemos errores y uno de los míos fue haberme ido por tanto tiempo.

Mm: Lo bueno es que ya estas aquí. Miro a Simón y su sonrisa se hizo aun mas grande. Y veo que no vienes solo, ven aquí. Eso ultimo se lo dijo a Simón, añadiéndolo al abrazo. 

Y aquel momento de liberación se hizo aun mas grande, las dos personas que yo mas amaba en el mundo estaban a mi lado. 

M: Mamá tengo que pedirte un favor. 

El abrazo termino, entramos con las cosas de Simón y tomamos asiento.

M: Se que puede sonar un poco repentino, pero quería preguntarte si Simón podría quedarse aquí un tiempo, en lo que encuentra un lugar donde vivir.

Mm: Simón, ¿Que paso con tu departamento?. 

S: Es una larga historia. Desvió su mirada al suelo. 

Mm: Pues creo que tendremos mucho tiempo, ya que vivirás aquí. 

S: ¿¡En serio!?, gracias. Una sonrisa se formo en su rostro, un problema se logro solucionar.     




Te extraño | (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora