22

648 24 0
                                    

Narra Matteo.

Simón y yo pasamos toda la tarde jugando un poco la consola y la noche callo.

S: ¿Matteo tienes hambre?.

M: Ahora que lo dices si, ¿Que te gustaría comer?, Yo lo hago.

S: ¡Como crees!, Eres mi invitado, déjame atenderte.

M: Simón, deja las formalidades, quiero prepararte algo.

S: ¿Que te parece si ambos lo hacemos?.

M: Me parece genial. Dije mientras reía.

Ambos nos dirigimos a la cocina, la cual estaba muy equipada y llena, comencé a buscar todo para preparar una pasta, ya que es lo que mejor se cocinar, pero lo que necesitaba estaba en la parte de abajo, al incarme Simón me dijo que necesitaba una cosa que se encontraba en la parte superior de dónde yo estaba, así que se colocó detrás de mí y se estiró para poder sujetar lo que necesitaba, solo que se colocó de una forma en la cual su miembro rozaba con mi trasero, eso solo hizo que me empezará a poner de un color más rojizo, no dije nada, solo me quedé quieto y dejé que siguiera, al fin y al cabo creo que en verdad me gustaba la sensación.

Seguimos cocinando y más de una vez Simón pasaba por detrás de mí agarrando mi cintura y diciendo "paso" o "permiso" solo que cada ves que lo hacía sentía su miembro muy cerca de mi trasero y hacía con más entusiasmo la comida.

Terminamos de comer y estábamos poniendo la mesa, para poder comer.

S: Matteo ahora vengo iré a cambiarme, ya que después de cenar hare los deberes del colegio eh iré a dormir.

M: Creo que haré lo mismo.

Simón salió primero de la habitación para que yo pudiera cambiarme sin nada de vergüenza, solo que cuando abrí la maleta y busque mi pijama, solo que no la traje, solo traje lo que me había dejado mi madre, ya que cuando revise su tenía todo anoté que ya llevaba una y me confundí con esta.

Pues bueno es lo único que tenía y no quería pedirle nada a Simón, al ponérmelo todo me quedaba bien, solo que ahora parecía que quería provocarlo.

Salí de la habitación para buscar a Simón, el cual estaba colocando una rosa en un florero en el centro de la mesa, como si fuera una cena romántica.

S: WoW Matteo, encerio que te ves muy bien. Dijo recorrido su vista por todo mi cuerpo.

M: Gra–Gracias, tu tampoco te ves nada mal. Simón llevaba puesto un pequeño short el cual era tapado por una camisa larga.

S: Bueno ah cenar.

M: Claro.

Cenemos y después comenzamos a hacer los deberes que nos habían dejado, nos ayudamos mutuamente y terminamos aún más rápido.

S: Bueno hora de dormir.

M: Como dormiremos, si quieres yo duerme en el sofá y así no te molesto en tu cama.

S: Mi cama es lo suficientemente grande para los dos, no te preocupes, no es necesario que tú duermas en otro lugar.

Nos acostamos y quedamos dormidos...






Te extraño | (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora