AMOR EN LA FRIEND ZONE

02. El Caso de Jasper

Cuando al final concluí de leer la carta, vi que Jasper tenía plantado los ojos en el piso, entonces no dudé en preguntarle:

— ¿Ahora qué te pasa, eh?

No me hizo caso, intenté insistir a que me respondiera algo...

— Entonces, ¿no quieres decirme ninguna cosa...?

De pronto se paró bruscamente y se acercó a su ordenador con un extraño comportamiento y se puso a escribir sin dejar de mirar la pantalla, siempre supe que era muy veloz escribiendo, pero no tanto como para que lo hiciera sin siquiera mirar ni una sola vez el teclado del computador y a gran velocidad, lo hacía como lo haría un robot inteligente programado para escribir lo que le dictan, de verdad, todo me parecía extraño, empecé a asustarme mucho; así que esperé un buen rato a que vuelva en sí y no le interrumpí, prácticamente me quede paralizada, no supe qué hacer.

Luego de que Jasper estaba atrapado en el espíritu robótico, por fin volvió en sí, su semblante se normalizó y soltó un suspiro ligeramente profundo como si hubiera estado aguantando la respiración por algún tiempo. Su comportamiento tan extraño duró algo de media hora, cuando al fin acabo, dejó de escribir y lo elimino el archivo de su computador luego de enviarlo a su impresora, no dejó ningún rastro de lo que escribió en su bloc de notas, ni siquiera en su papelera de reciclaje.

Al final se levantó con toda normalidad, cogió las hojas impresas, lo metió en uno de esos sobres amarillos y después lo introdujo en su caja fuerte, de la que sacó la carta de Mila. La gente normal usa esa caja fuerte para guardar su dinero, pero él lo usaba para guardar escritos en sobres amarillos, también habían algunas hojas sueltas. Esto no está nada bien, las cosas van de mal en peor a medida que transcurre el tiempo, Jasper tiene que ocultar muchas cosas, a tal punto de asegurar todo lo que escribe en una caja fuerte, aunque no hay ningún riesgo en dejarlos suelto, porque nadie viene a su casa aparte de mí, yo sería el único peligro para él, aún así, era muy estricto en asegurarse de que nadie más tenga acceso a su caja fuerte, "¿Qué tiene que ocultar incluso de mí?" me pregunté intrigada.

Comprobó que todo estaba seguro y se acercó a sentarse donde estaba inicialmente y con toda calma, como si no hubiera pasado nada me dijo:

— ¿Me decías algo...?
— Ah, este, la carta, terminé de leer— dije titubeando, estaba atónita, en ese momento no tuve el valor de preguntarle sobre qué le había pasado, así que le seguí la corriente como si no hubiera pasado nada.
—Ah, ¡sí! ¿Que decía al final?— me respondió.
— Dijo que te escribió porque había perdido su cel y por eso es que no te llamó antes, ¿ya lo has contactado, cierto? supongo que...
— Ummh, la verdad es que no, no sabía que había perdido su cel, y como tampoco termine de leer su carta, no le he escrito.
— ¿Estás de broma? ¡Ya han pasado como un mes! ¿En serio no le has contactado ni por las redes sociales?
— Si, lo sé, esto merece una gran explicación, y lo haré, solo porque eres tú.
— ¡Claro que lo harás!
— Está bien, solo, no te pongas histérica.
— Estoy bien, ya cuéntame...

Empezó a contarme:

Cuando dije que el tiempo y la distancia no acabe con nuestra relación, de verdad, era mi más sincero deseo, pero me miraba a mí mismo y sabía que solo era una estúpida frase, era una utopía; por eso es que es un deseo, un anhelo de cómo quieres que sean las cosas, no de cómo son las cosas, porque si lo deseado fuera real, dejaría de ser deseo. Deseamos lo que no tenemos, deseamos lo que no existe, deseamos imposibilidades, siempre es así; porque lo que está a tu alcance, lo obtienes y ya no es más un deseo.

Pero saben todos, incluso los corazones más fríos, que de los deseos emana la vida, que creer que lo imposible puede ser posible construye un mundo fantástico, aun con esta conciencia, me niego, me resisto tajantemente vivir con base en una ilusión utópica. Si alguna vez algo imposible fue posible, es que en realidad no era imposible, porque los imposibles siempre son imposibles, sino, no serían imposibles ni hoy ni mañana ni ayer, solo que erróneamente llamamos imposible algo que aún no se ha podido hacer por ahora.