10. Nuestros Amantes

59 1 0
                                    

La ilusión del destino. Significa que si bien una mente superior tiene previo conocimiento de todas nuestras elecciones libres en el futuro, para nosotros el futuro sigue siendo incierto. Nada se ha establecido definitivamente, de tal manera que ya no podamos hacer lo contrario; nuestro destino aún no está escrito desde nuestra posición, tenemos que escribirla. También significa que si has fracasado trágicamente tu eres el responsable, no el destino; que si has caído en el desamor tu eres el responsable, no el destino; que si has quedado atrapado en la Friend Zone tú eres el responsable, no el destino; que si has quedado enamorado de la persona incorrecta irremediablemente tú eres el responsable, no el destino; que si te has enamorado de la persona correcta y eres feliz tú eres el responsable, no el destino. Sólo tú. El destino no tiene una persona ideal preparada para ti, sólo es cuestión de elegir la persona correcta o incorrecta. No te engañes, no existen las "almas gemelas"; el destino es una ilusión.

Si hay algo malo en lo que estoy haciendo es violar la privacidad de Jasper, pero algo bueno es que siempre aprendo de sus escritos, de sus reflexiones, de sus experiencias, de su vida...

Hoy es viernes y empieza el fin de semana. Mi novio y algunos amigos más de la universidad acostumbran ir a la discoteca "Free Night" si no es que organizan una fiesta en la casa de alguien. Yo me colaba en sus fiestas de vez en cuando.

Estábamos yo y Jasper tomando descanso en nuestro tiempo libre en el cafetín de siempre (en la universidad) cuando Carter se nos aproxima. No quería enrrollarse con nosotros así que fue directo al punto.
—¿Vamos a la Free Night esta noche?— preguntó sin tratar de persuadir.
—Aún no estoy listo, tal vez en la próxima— respondió Jasper.
—Qué dices tú— se dirigió a mí.
—No lo sé, por qué no vamos todos en la próxima— respondí, refiriéndome a Jasper más.
—Ok, voy a tener que hacerlo sin ti, querida —dijo con una sonrisa maleada— ¿todo está bien? —preguntó antes de irse.
—Sí, está bien— respondí con una tierna pero falsa sonrisa. Y se fue.

—¿Todo está bien?— preguntó, esta vez Jasper.
—Sí creo, ¿Por qué?— respondí.
—O sea, sólo digo que si ha preguntado que si todo estaba bien, es porque en realidad nada está bien.
—Ah, puede ser— respondí incrédula.

Jasper es una persona que siempre reflexiona en las relaciones sociales; además de sospechar que nada estaba bien entre Carter y yo, me advirtió que es probable que cuando dijo que lo haría sin mí, podría ser que aún que estaría sin mí, no estaría sólo, sino, rodeado de varias chicas. Eso era obvio, si mi novio me permitía estar con alguien más, es porque él también se daba esos lujos.
—Si no vas a ir a la fiesta, qué harás esta noche— preguntó Jasper mostrando interés.
—No tengo ni la menor idea— respondí desinteresada.
—¿Una maratón de películas?— propuso.

Pero de verdad que esta vez estaba sin ganas de hacer nada, así que le dije —de acuerdo, pero en mi casa— porque así sería menos esfuerzo para mí.

Debo admitir que últimamente prefería quedar bien con Jasper que con mi novio. Y por cierto, a estas alturas él no puede ser sólo mi amigo, será mi amante, aunque él aún no la sepa; si mi novio tenía sus amantes, porque yo no puedo si tengo esa misma libertad.
Aunque al principio consideré algo justo su propuesta de tener libertad para salir con alguien que no fuera mi novio, ahora lo veo algo injusto; porque al darme esa libertad, él también se hacía libre para salir con otras. El punto es que mi novio explotaba al máximo es libertad mientras que yo siempre le era fiel. Cuando empezamos nuestra relación me dijo que era libre para salir con otros más; ahora entiendo que se trataba de su libertad, no de la mía.

Entre clases y exámenes se iba la semana y cada vez se aproximaba la noche gris del viernes. Entonces vino Jasper a mi casa; todos estaban emocionados porque volvía de mucho tiempo, de alguna manera él era más amado que Carter por mis padres.
Le había dicho que venga antes para poner mi sala en modo cine, pues, yo no quería hacer sola todo el trabajo. Ya casi estaba listo, sólo faltaba preparar palomitas; mi hermano Tim se apuntó a nuestro maratón de películas, así que le mandamos para que compre inca cola, con esto quedó listo para una noche de cine clásico.

Nuestra primera película lo vimos todos mientras cenábamos; fue algo familiar, pero a cada rato le hacían preguntas a Jasper como si fuera un interrogatorio. Ya que era el único invitado, no había a quién más molestar; además estaba de tiempo en casa, así que le caía una lluvia de preguntas empezando de Tim y terminando en mi padre que ni siquiera le importaba saber algo de su vida, pero igual, no se quedaba sin sus preguntas. Por eso pienso que en su primera película apenas habrá disfrutado de su comida, pero del cine, nada. Luego nos quedamos los tres, porque mis padres se fueron a dormir; lo que seguía era una película de ciencia ficción. Terminando eso, mi hermano también se fue; aunque en realidad le hemos botado a la fuerza, porque ya estaba cabeceando.

En la siguiente película que era de terror, sólo quedamos yo y Jasper; naturalmente empezamos a hablar de asuntos más personales. Me preguntó de cómo lo veía el hecho de que de vez en cuando mi novio salía con otras.
— Es raro— le dije. Al principio se siente como si no fuera suficiente para él y por eso tendría que buscar en alguien más para llenar algo que no encontraba en mí. Pero luego se ve como algo natural.
— Mientras dure, tienes que lidiar con eso— dijo Jasper.
— ¿Por qué?— le respondí.
— Desde el principio sabías que iba a ser así —me explicó— tu elegiste estar con él y sabías que sería así, porque te lo dijo desde el principio; no es que de pronto haya empezado a salir con otra a tus espaldas. Eligieron tener ese tipo de relación.
— Sí, yo acepté estar con él; y sí, lo sabía— asentí con la cabeza, soltando ligeramente un suspiro.

En la pantalla había terror, en mis ojos un destello de asombro, en mi cabeza confusión, pero en mi corazón calma. Así estaba recostado sobre el hombro derecho de Jasper bien abrigada; la película me mantenía asombrada, pero a la vez mi mente estaba merodeando por ahí, ocupado en las cosas que he vivido, pensaba sobre mi relación, sobre mis elecciones y estaba confundida. Pero muy dentro de mí estaba tranquila, me sentía segura, porque no estaba sola. De pronto, una llamada interrumpió mi sala, ya era más de media noche, y no quería salir para responder la llamada; sólo le pedí que bajara un poco el volumen del televisor.
— ¡Hola!— respondí el celular.
— Zia, ¿sigues despierta?
— Sí, algo así.
— Haciendo qué.
— No importa, dime, cómo está la fiesta.
— Un desmadre, como siempre.
— ¿Y Carter?
— Ah, tu hombrecito estaba, primero, con su pareja de fiestas, ya le conoces. Luego se separó de ella y ahora está con otra, es nueva, así que no le conozco. ¿Quieres foto?
— No, está bien. Gracias.
— No hay de qué. Adiós.
— Ok.

Mientras hablaba, Jasper estaba escuchando todo.

— ¿Quién era ella?— preguntó algo natural.
— Mi compañera— respondí.
— O más bien tu informante— dijo algo sarcástico.
— Sí, ella nunca se falta a las fiestas, es ideal para ese fin.
— ¿Siempre te cuenta todo?— preguntó.
— Si, le he pedido que sea mis ojos y mis oídos cuándo no esté.
— ¿Por qué haces eso? Carter te contaría todo si le preguntaras cómo estuvo la fiesta.
— Seguro que sí, a veces le pregunto para ver si me miente y siempre me cuenta todo.
— Ya ves, entonces por qué lo haces.
— Me gusta tener información de fuente confiable e independiente —le expliqué— además, si le pregunto cada vez por todos los detalles, le daría también el derecho de que él me pida todos los detalles cada vez, y eso no me gusta; entonces cuando surge el tema, sólo preguntó lo básico, sólo para mostrar algo de interés en él, sólo por ser cumplida.
— Veo que te gusta saber todo de otros, pero no quieres que sepan todo de ti— dijo luego de analizar.
— Ah, creo que si— respondí sorprendida y con cierta duda.
— Mírate.
— No. Pero lo que me molesta es que me pregunten todo, no que sepan todo de mí; pueden averiguar todo de mí y no me molestaría, siempre que no sea una mentira— corregí.
— Sí, claro— dijo con sarcasmo.

Habíamos terminado de ver nuestra película de terror y empezamos con otro de acción, para que luego no tengamos pesadillas.

Y de nuevo sonó mi celular, era Carter, seguramente ya estaría ebrio. 

Dijo que quería brindar y lo pensé bien; brindamos por nuestros amantes, por las amantes fiesteras de mi novio, por mi amante que aún no era mi amante pero que para mí ya lo era. Por la amante de Jasper, que a la vez era su novia, solo que con diferente nombre y en otro tiempo (Julie), también por sus otras amantes que solo eran personas imaginarias. 

AMOR EN LA FRIEND ZONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora