07. Llamando a Paris

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"No es solo una, ni dos, sino tres; la primera versión de Mila es increíble, a tal punto que debo ser perspicaz al emitir algún juicio, pues podría estar subestimándola; al final, solo me quedo pensando en que, tal vez, es la perfecta combinación de belleza e inteligencia. En cambio, en su segunda versión se desprende de sus dotes y se vuelve común. En su tercera versión, no lo sé, lo único que sé es que hay una tercera versión de ella, que por alguna razón no está en mis manos conocer."

Así escribió Jasper sobre Mila.

Me queda claro que Mila no es solo una persona, hay tres referencias con el mismo nombre, podría ser tres personalidades o tres personas reales. Pero cuando describe a la primera referencia de Mila, coincide con los comentarios que hace Jasper sobre la chica del siglo XV; evidentemente, no es una persona real y, curiosamente es la única referencia con adjetivos positivos. La segunda referencia de Mila destaca su trivialidad, eso da una probabilidad de que sea real; sumando a eso, el hecho de que tengo una carta a nombre de Mila, hace aún más probable que sea real. Pero, no hay nada de la tercera referencia, incluso el mismo admite no saber nada de ella, pero asegura que hay una tercera persona.

Tal vez haya parecido paranoica cuestionando la carta de Mila, pero mi sospecha fue una acorazonada, y a veces me funciona eso para descubrir algo. Hay un posdata que no mencioné, no pensé que sería necesario, pero ahora es lo único que tengo; se trataba del número de celular que envió Mila para Jasper, si quiero averiguar de qué se trata, no tengo opción, tengo que llamarla aun que implique un riesgo, porque no sé cómo va a resultar todo esto, no es posible predecir las reacciones de alguien cuando ni siquiera sabes de quien se trata, y luego no sé qué más sigue.

Estaba segura de que el número era de España, pues, empezaba con +34. Pero también quería asegurarme de que Mila este desocupada para que hable conmigo. La hora de almuerzo o de la cena sería genial, pero es que hay una diferencia de seis horas entre Perú y España, además, en España acostumbran almorzar tarde, como a las tres, y no cenan antes de las nueve. Mi fijé la hora y era una de la tarde; esperé que sea las tres de la tarde, para que en España sea las nueve de la noche, hora de la cena.

Llamando a París:

- ¿Bueno?
- Hola, me gustaría hablar con Mila, ¿Es ella?
- No, perdona, ¿Quién es?
- Es de parte de Jasper, soy Zia...
- ¿Zia?... No es cierto, ¡Joder! Soy Julie.
- ¿Cómo?
- Que soy Julia, joder, ¿No recuerdas?
- Claro que recuerdo, pero, cómo es posible, ¿Eres dos personas a la vez, Julie y Mila?
- ¿A qué viene todo esto? ¿Está Jasper?
- No, él no está. Le robé información... es una larga historia.
- ¿Para qué?
- No sé, quería saber más de él.
- Zia, eres una paranoica ¿Sabes?
- Tal vez, pero tú eres una sádica, Julie.

Fue la conversación más rara que he tenido, estaba sorprendida a la vez que confundida. Éramos amigas muy unidas, pero nos distanciamos poco después de que se fue a Madrid; creo que a ella también le pareció extraño nuestra conversación, se supone que el único que sabía su nuevo número era Jasper, así que, tenía que explicarle por qué le había llamado a ese número. Pero era ella la que tenía que dar más explicaciones, cómo es que Mila, en su segunda referencia que presenta Jasper, era la mismísima Julie.

Resulta que, aproximadamente un mes atrás, Julie estaba en Cusco, yo no tenía ni idea de eso; según me cuenta ella, estaba como una semana aquí, quería encontrarse con Jasper, pero a estas alturas, él ya le había superado; ella me contó que le dicho "Tú, ya no existes para mí; tu estas muerta". Y naturalmente, ella se sorprendió, pero tenía que aceptar esa realidad, y sobre todo, el hecho de que fue su culpa. Sin embargo; cuando le dijo que ella estaba muerta para él, lo tomó como algo simbólico, como una broma; mientras que para Jasper era algo muy serio.

Jasper estaba decidido, no quería saber nada más de mí -Cuenta Julie- a pesar de ello, nos reunimos un par de veces, le dije, "si yo no existo más para ti, ¿Quién soy?" Entonces me respondió, "Te llamaras Milagros, te llamaré Mila; será como un bonito sueño del que voy a despertar cuando te vayas". Me pareció interesante, así que, le seguí el juego. Entre espejismos, fingimientos y sonrisas construimos una historia que estaba condenado a terminar otra vez mal, otra vez por mi culpa, porque tenía que regresar otra vez a España. Lo más hermoso de este espejismo, fue que Jasper se lo tomaba muy en serio y me trató, de verdad, como a una nueva persona, sin prejuicios, sin resentimientos, sin rencor; lo más triste fue que se lo tomó demasiado en serio; yo, Julie, ya no existía más, la persona a la que trataba sin prejuicios era otra, no yo, al menos no mi verdadero yo. Entonces entendí que la oportunidad que me dio era un espejismo, al igual que la breve historia que construimos auto engañándonos.

Créeme -me dijo Julie- si de verdad me daba oportunidad de volver con él, habría renunciado mi vida aquí (en Madrid) y me hubiera quedado en Cusco, ¿y tú me dices que soy sádica? Ok, lo era, pero la gente cambia, ya no lo soy más. Lo dijo con mucha seguridad.

A juzgar por sus palabras, tiene razón; pero en su propia ley, tiene que aceptar que si ella cambió, también lo hizo Jasper, porque las personas cambian. Si ella era muy fuerte, fría y calculadora, ahora es Jasper el de corazón de piedra, el frío, el calculador; mientras que ella con sentido humano y sensibilidad siente lastima por sí mismo y arrepentimiento por el pasado.

También me dijo: yo le miraba a los ojos y era la misma persona a quien alguna vez amé; él me miraba a los ojos y no veía a la misma persona a quien alguna vez amó. Lo sé, porque no había resentimiento en sus pupilas; si esto viera en sus ojos, sabría que para él soy la misma persona, entonces tendría oportunidad. ¿Crees que cuando lo dejé hace dos años fue fácil para mí? No lo fue, tampoco lo fue la última vez (hace un mes); la diferencia es que hace dos años era fuerte, entonces hice como si no me afectara, en cambio hoy estoy obligada a serlo, aunque ya no sea tan fuerte. Todavía tengo retumbando en mi cabeza aquella frase que me dijo la última noche en el aeropuerto, me dijo la misma frase en las dos ocasiones que tuve que despedirme de él, me dijo "que el tiempo y la distancia no acabe con nuestro amor" ¿Dónde está ahora esa promesa? Claro, no era una promesa, solo era un deseo; el tiempo pudo más que nuestro amor, la distancia fue más que nuestro amor. Solo fue un deseo, y los deseos son solo deseos.

Creerás que me auto compadezco -siguió contándome- pero escúchame, tienes que saber que lo que me convenció de que se lo tomaba demasiado en serio considerarme completamente otra persona, fue cuando empezó hablar de mi mismo en tercera persona, me contó cómo era yo, cómo éramos nosotros hace dos años cuando todavía estábamos juntos, todo esto me contó como si yo fuera otra persona. No soportaba cuando él hablaba conmigo de mí mismo en tercera persona, era con arrancarme el corazón, filetearlo en mil pedazos y dárselo a los perros. Era como si atravesara la daga por mi pecho, buscar la vena cava inferior de mi corazón, luego la vena cava superior, cortarlo y luego arrancarlo; todo esto frente a mis ojos y sin ninguna anestesia, sostenerlo en sus manos, inspeccionarlo, luego voltear su mirada e irónicamente con una dulce sonrisa y con mucha amabilidad pedirme que filetee, para que finalmente alimente a los perros salvajes muertos de hambre. ¿Puede existir una persona así? Tal parece que sí, pero se trata de mi tan amado Jasper, ¿Así era él? Claro que no, ¿Así será? A lo mejor solo conmigo; ni con Julie, quien supuestamente murió; ni con Mila, quien supuesta mente soy ahora; así será solo con mi verdadero yo, quien ni soy Julie ni Mila de su imaginario, pero que las dos personas son solo uno y soy yo, esa persona que no existe ante los ojos del muy misterioso Jasper.

Ahora dime ¿Quién es el sádico? -Me preguntó- su voz se había quebrado y finalmente calló esperando por mi respuesta.

Así de sádica eras Julie -Le respondí- tú lo has dicho, las personas cambian y qué curioso, es como si hubieran cambiado sus personalidades, es como si el karma no hubiera esperado otra vida, sino que les atrapó en esta misma vida. No le culpo, tampoco te culpo, no le culpo ni al karma ni al destino, no estoy buscando culpables; simplemente quería comprender a mi viejo amigo y me vi obligado a llegar a estas circunstancias que me confunden más.

AMOR EN LA FRIEND ZONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora