Aenar golpeaba el muñeco de prácticas una y otra vez, furioso como la ira del Guerrero. Susurro del Halcón arremetía con tanta fuerza que el maniquí acabó partiéndose por la mitad.
Aenar apretaba la empuñadura azul de su espada mientras maldecía al Rey Robert, señor de los putos Siete Reinos y protector del reino ¿Cómo osaba ese cerdo asqueroso? ¿No restaurarle el título de Guardián del Oriente hasta que fue mayor de edad? Aenar deseó dejar al Rey como el maniquí del suelo.
Bran y Rickon observaban a su primo, patidifusos ante la vorágine de violencia desatada por el joven señor.
-Te has dejado un trozo- Murmuró Bran.
-No es que me importe, Bran.
-¿Por qué estás tan enfadado? Llevas así desde tu audiencia con el Rey.
El señor del Valle suspiró.
-Me ha negado una cosa que es legítimamente mía, no lo entenderías.
-¡No soy un niño bobo!- Protestó Bran, acompañado de un aullido de su lobo huargo.
Aenar suspiró, envainó a Susurro del Halcón y puso los brazos en jarra.
-Desde hace trescientos años mi familia ha ostentado un título y el Rey se niega a concedérmelo hasta que sea mayor de edad.
-¿Y cuándo será eso?
El Arryn tragó saliva.
-Hasta dentro de dos años o hasta que...me case.
Rickon se rió y la cara rechoncha de Bran se iluminó.
-¡Una boda! Hazlo. Padre podrá encontrar una novia en el Norte ¡Sé que podría!
Aenar apretó con dos dedos la nariz de Bran y la sacudió con cariño.
-No es tan fácil, Bran. En mi familia las bodas se concertan en base la pureza de sangre ándala. Lamentándolo, nadie del Norte podría ser mi esposa ¿Por qué, tenías pretendienta para mí?
-¡Podrías haberte casado con Arya o Sansa!- Puntualizó el niño- Así yo sería el mejor con arco y podría comerme todos los pasteles de limón durante la cena.
-Mirándolo así...creo que pediré la mano de alguna a vuestro padre.
-¡¿En serio?!- Gritó Rickon, jubiloso.
-¡No!- El Arryn sacó la lengua y sus dos primos saltaron sobre él.
Los tres cayeron al suelo y los lobeznos saltaron sobre el joven halcón, haciéndole cosquillas y lanzando un grito de guerra "¡Invernalia!"
Aenar reía sin parar hasta que otra risa llegó a sus oídos.
Jaime Lannister, con esa sonrisa de brabucón, estaba frente a ellos junto a un par de soldados de Lannister.
Los dos niños se levantaron velozmente y lo mismo hizo Aenar.
-¿Qué hacéis aquí?- Inquirió el joven ándalo.
El Lannister se encogió de hombros.
-Veía a unos niños ser niños.
-A uno no tan niño- Rió la gracia uno de los soldados.
Aenar apretó los puños. No pensó con claridad. Tenía la mente nublada y la visión empañada pero su rabia habló por él.
Desenvainó a Susurro del Halcón.
Los Lannister hicieron lo mismo.
-Venid- El Arryn lanzó su espada al aire y la cogió al vuelo- Y aprended a respetar a un señor.
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As High As Honor
FanfictionEl destino de Aenar era la grandeza, era hijo de uno de los hombres más poderosos de los Siete Reinos y el descendiente de una de las familias de sangre ándala más pura, pero él no sabía la verdad, la verdad sobre su nacimiento y del por qué de su...