Lysa gimió levemente cuándo pisó la rama y estuvo a punto de caer. Su marido la sujetó. El viejo rostro de Jon Arryn relucía aún más pálido bajo la luz de la luna que atravesaba las ramas de los árboles. El señor del Valle llevaba un jubón azul y una capa blanca. Lysa sentía el tacto de las manos arrugadas y huesudas en torno a su antebrazo.
-Jon...deberíamos volver- Musitó mientras miraba hacia todos lados- Pueden atraparnos, los clanes de las montañas...
El señor acarició la mano de la joven Tully.
-Tranquila, amor mío. Falta poco, muy poco.
Lysa asintió, apretando sus gruesos labios y forzando a sus piernas a seguir avanzando en aquél infecto bosque perdido de la luz de la Madre.
Vieron la cueva tras un buen rato andando.
La entrada era oscura, su acceso era limitado, Lysa pensó que caería al atravesar aquél estrecho saliente que llevaba hasta la entrada llena de bagatelas, colgantes y objetos de brujería.
Jon entró primero, Lysa le siguió.
La cueva estaba a rebosar de objetos destartalados, las paredes mohosas estaban llenas de grabados y pintadas, todas ellas con formas de rostros con sonrisas, algunas afables, otras jubilosas y otras tantas melancólicas como el susurro de un amante perdido.
-¿Quiénes sois?
Una tenue luz brillaba en el interior de la cueva. Era una mujer, estaba recostada contra la pared al tiempo que sus piernas descansaban sobre un montón de paja y heno.
-¿Eres la hechicera de la Cueva de los Niños?
-Vos sois el señor del Nido, opresor de los oprimidos y señor de los poderosos. Jon Arryn.
El anciano titubeó.
-De tu magia se dice que es poderosa y antigua.
-Antigua, mas no poderosa. Puedo daros algo, pero lo mismo he de recibir yo. Los dioses han de ser saciados ¿Qué venías a pedir, aquí, al lugar más sagrado para los Antiguos Dioses?
El matrimonio se miró entre sí, fue Lysa quien tuvo que dar el primer paso.
-Mi vientre está maldito, es el tercer hijo malogrado en dos años, señora mía.
-Vida por Vida- La figura hizo un leve movimiento, agazapada por la oscuridad y entregó una daga a lord Arryn- Déjame probar tu sangre, señor.
Arryn pinchó su dedo. La mujer tomó la mano del anciano he introdujo el dedo en su boca, lo lamió con celo, dejando que la sangre se mezclase en su lengua.
-El vientre de vuestras esposa volverá a florecer y de vuestra próxima unión germinará un fruto sano y fuerte, varón y con sangre de halcón.
Lysa rió y puso las manos sobre la tela que cubría su estómago.
Jon, en cambio, quedó cayado y alerta.
-Y...¿Qué precio habremos de pagar?
-Algún día, lord Arryn, vuestro vástago derribará todo lo que habéis creado y amado. No hay vuelta atrás. El pacto está sellado, la tinta seca y el invierno se acerca.
Jon extendió la mano hacia Lysa y ambos salieron a paso apresurado de la cueva pero entonces la voz de la mujer, suave y fría como el viento, volvió a resonar entre las paredes.
-Espero que os complazca el trato- La oscura risa de la mujer resonó en toda la cueva- ¿No queréis saber algo más...Jon Arryn?
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As High As Honor
أدب الهواةEl destino de Aenar era la grandeza, era hijo de uno de los hombres más poderosos de los Siete Reinos y el descendiente de una de las familias de sangre ándala más pura, pero él no sabía la verdad, la verdad sobre su nacimiento y del por qué de su...