II

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Aenar se levantó de la cama. La luz entraba por el ventanal, las pieles acariciaban su torso desnudo, la vista se le iba aclarando y consiguió discernir a la chica que le observaba tímidamente desde el dintel de la puerta.

-¡¿Pero qué...?!

-Lady Stark me envía, mi señor- Dijo la chica, cabizbaja- No creía que le iba a encontrar aun durmiendo- Estaba claro que mentía.

El Arryn se incorporó.

-¿Qué desea lady Stark?- Preguntó el joven.

-No lo sé, mi señor- Se disculpó la chica- Os espera junto a mi señor en el bosque de dioses.

-Vete- Ordenó el joven.

La muchacha se retiró y el Arryn se levantó. Se aseó levemente, se peinó el rebelde pelo castaño y se puso un jubón negro y una larga capa de abrigo. Tomó su espada, que era lo único que poseía desde siempre, y salió del aposento.

Recorrió los pasillos de Invernalia al mismo tiempo que ataba la espada a su cinturón.

Salió al patio y atravesó la muralla para llegar al Bosque de Dioses, allí estaban los señores del Norte. Lord Eddard estaba sentado sobre las raíces del Árbol Corazón, con el mandoble Hielo sobre su regazo. Su señora esposa estaba de pie, a su lado. Lady Catelyn, la tía de Aenar, sostenía un rollo de cuervo que apretaba con fuerza, su rostro era triste.

-¡Oh, mi niño!- Dijo la mujer, abrazando al chico con fuerza contra su cuerpo.

Lord Eddard también se levantó.

-Aenar- Pronunció el señor de Invernalia con voz queda- Ha llegado un cuervo de Desembarco del Rey...tu padre ha muerto.

Aenar tragó saliva, sintió como sus piernas flaquearon y decidió sentarse en el suelo, dejando que su mente y su alma asimilasen la información recién adquirida. Se sentía...extraño, no lo conocía mucho pero de alguna manera se sentía tan dolido como si una espada hubiese perforado su pecho.

-Murió por la noche- Dijo la tía del Arryn- A parecer...no sufrió demasiado.

-No tienen que inventarte noticias falsas para tratar de animarme, tía Cat. Mi padre está muerto, es la única verdad. Ahora soy el señor del Valle y el Guardián del Oriente.

El matrimonio intercaló una mirada.

-Sí...en la práctica.

El muchacho levantó la mirada.

-En la...práctica ¿Cómo que en la práctica? El Rey Robert cree que eres demasiado joven para ser el guardián del Oriente, al menos de momento.

-¡¿Demasiado joven?! Durante trecientos años ese ha sido el honor de lo Arryn ¡¿Cómo puede siquiera pensar en arrebatarme el título?!

Catelyn estaba extrañada ¿Qué entristecía más a su sobrino, haber perdido a su padre o uno de los títulos? La mujer le entendía, siempre le habían educado para ser señor del Valle, en todos sus aspectos y no en solo la mitad. Lo entendía pero lo reprendía.

-El Rey Robert viene hacia Invernalia, junto a toda su corte. Cuándo llegue, podrás pedirle una audiencia privada y rogarle por el título.

-No le rogaré- Respondió Aenar, apretando los puños- Se lo exigiré. Sin los Arryn él estaría...

-Muerto, como yo- Terció Eddard- Pero un señor nunca reprende a su Rey por una decisión que no sea de su agrado. Le ruega y el Rey decide. Así son las cosas.

Aenar hizo un mohín pero aceptó.

-¿Y mi madre y mi hermano?

-El cuervo no trajo más noticias- Lady Catelyn bajó la mirada- Escribiré a Lysa de inmediato. Después de la llegada del Rey querrás...volver al Valle.

As High As HonorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora