XIII

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Nido de Águilas:

La situación era insostenible para Lysa. Todos los nobles del Valle se habían congregado en el Nido y clamaban a viva voz el nombramiento de Robin como señor y que Hardyng, que no estaba presente, fuese jurado como el heredero de su hijo menor.

Lysa observaba en Valle. Algunas figuras, muy por debajo, hacían su vida en las pequeñas granjas entre los prados verdes.

— Señora. Los nobles esperan — Dijo una de las sirvientas.

Lysa miró atrás. Estaba harto de esas chiquillas tan chismosas que no paraban de gemir "mi señor", como si fuesen perritos falderos.

— Tráeme el vestido caro, el regalo de lord Baelish. Dime, Marillion ¿Pretendes dejar mi lecho en algún momento?

El bardo bravucón se alisó la melena rubia y siguió a las jóvenes doncellas con la mirada.

— Claro, señora mía.

El hombre se levantó. Había dado placer a Lysa, él era bueno en eso. La había hecho gemir toda la noche sin parar pero cuando llegaba el alba el condenado siempre se demoraba demás en irse. A veces le aburría.

— ¡Márchate, ahora!

El muchacho tuvo que asentir y se marchó desnudo.

Lady Arryn se vistió. Se sintió excitada al tener de nuevo ese traje puesto. Se lo había regalado Petyr, su Petyr. Todas las noches soñaba con tenerlo de nuevo entre sus piernas, sustituyéndolo por Marillion, pero todavía no, en ese instante le esperaban los pesados nobles.

— Señores del Valle — Murmuró mientras las criadas la adornaban con sus mejores joyas — ¡Solo hay un señor del Valle! Al resto que los cuelguen ¡¡Apartaos, inútiles!!

Las sirvientas bajaron la mirada, arrepentidas.

Lysa salió de la alcoba con gesto agresivo. Cuatro caballeros del Valle la esperaban en la entrada, sus miradas lo dejaban claro: La señora del Valle era una puta. Ya los tiraría por la Puerta de la Luna más tarde. La escoltaron por el patio principal hasta la sala Alta de los Arryn, blanca y azul. Decenas de caballeros soportaban el estandarte de su señor esposo mientras los nobles hacían una reverencia ante el paso de la dama.

Lysa les miró. Sonrisas falsas en testas sobrantes. Deberían colgar a todos los demás ¡Siempre molestos, siempre exigentes!

La señora subió las grandes escaleras de mármol que llevaban hasta el trono de arciano de su hijo. Lysa se sentó en otro más pequeño.

— Empecemos la sesión — Dictaminó.

Los pequeños nobles comenzaron a hablar mientras Lysa los miraba desde arriba. Estaba algo adormilada, la noche había sido larga y apenas le quedó algo de tiempo para el sueño.

— ¡Debéis acceder, mi señora! — Dijo lady Waynwood — No podemos seguir con la incertidumbre de si lord Arryn sigue o no sigue vivo.

Lord Belmore se juntó a su protesta.

— La reina Cersei ha mandado cuervos ¡Todos hemos recibido a los pájaros! Vuestro hijo está en una prisión y su ejecución seguirá muy pronto a la de lord Stark!

Lysa contuvo la rabia.

— Un hombre de confianza está de camino para liberar a nuestro señor. Vol...

— ¡¿Qué hombre, mi señora?! — Inquirió Horton Redfort, separándose de su joven hijo, Mychel y de su nuera, lady Ysilla Royce — ¡La Sombra Furtiva es solo un mercenario, no es leal a nada!

As High As HonorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora