Epílogo

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El 12 de diciembre Alice logró de alguna manera hacer llegar la carta a los amigos de Bruley, pero al ver la visión de aquello, intentó ser feliz por ella,  por aquella joven chica que había sido parte de la familia.

Los Cullen pidieron disculpas a Sam y a Quil marchándose por tiempo indefinido. Poco después Quil parecía más solitario, era vigilado por Sue y el viejo jefe de la manada. Quienes habían dicho que haber sobrevivido a la muerte de su impronta era un milagro.

—Pequeño Quil, algo mejor te espera más adelante, ella hubiese querido que vivas feliz por ustedes, por su amor... —habían sido las palabras de Sue.

Quil sólo había asentido, no tenía ganas de mirar más allá, se empezaba a volver loco sin sentir su presencia, las sonrisas y ocurrencias de su impronta, sus frases pervertidas y se extraña obsesión por la fruta del melón. Una semana pasó para empezar a distanciarse, le había afectado mucho la partida de su impronta, pero aun no entendía como seguía vivo, se suponía que la unión de la imprimación los unía para siempre.

Pero el final tan sólo era el comienzo para el joven Quileute.

En Paraguay

Elay era quién había recibido la carta por mediante un modo muy poco convencional de magia, no sabía realmente como había llegado a él, pero le importaba el hecho que le habían dicho una triste noticia, claro luego de ir al funeral de Bruley, no le había dicho nada a Vexa para evitar problemas en parto del bebé, pero la noticia de que su mejor amiga y hermana no haya soportado un poco más le partía el alma.

Ya pasado un mes, desde que la pequeña Kile había nacido, Elay acariciaba a la pequeña, curiosamente había quitado la misma risa y ojitos de picardía de Bruley, haciendo sonreír nostálgico.

—Vexa, creo que ya sabes por que ella se parece a ella... ¿no?

La pelirroja mirada a su pequeña hija de ojos marrones, pelirroja, de tez blanca, con aquellos ojos que se parecían mucho a ella. Sonríe con nostalgia, y respira hondo para no llorar.

—Creerías que estoy loca como ustedes, pero ella vino a pedir perdón en un sueño, diciendome que nos ama tanto como el amor de su vida, y que ella sería hermosa... Sentí su abrazo tan cálido que pude entender que había ido al cielo feliz, y eso es lo importante. Hielo, ella no sufrió, ella terminó siendo feliz... —dijo Vexa mientras pedía alzar a su pequeña.

Quién solo babeaba el dedo del joven, intentando morderlo. Pero cuando vio a su madre, alzó sus brazitos para ir con ella. Quedandose dormida en los brazos de su madre.

—Nos dejó una carta, ¿sabes? En vez de enviar un mensaje de texto, lo hizo a la antigua... Aunque no se cómo lo hizo con magia. Espero que su aventura la haya completado —sonríe Elay—...¿La leemos?

—Si, deja que dejaré a mi pequeña en la cuna... —dijo Vexa.

—La chica que me entregó la carta me dejó un peluche para Kile, dijo que era parte de toda la familia y Bru, toma —le entrega un peluche con forma de lobo gris.

—Aww que bonito, bien, ya vengo —se emociona Vexa, viendo como al acercar el peluche a su pequeña, esta lo abraza.

Una vez que Vexa deja a su pequeña en la cuna con el peluche, se sienta nuevamente a lado de Elay.

—Bien, veamos que escribió nuestra mermelada amiga —saca la carta de las manos de Elay, y la empieza a leer en voz alta.

├Para Ice&muffin, mi familia┤

Mi querida familia, quería decirles que desde que llegaron a mi vida han sido los mejores, me dieron la mejor calidez y vida. Nunca les pude agradecer por todo el cariño incondicional y el apoyo que me dieron,  fueron mi luz en la oscuridad, evitaron que la estrella fugaz cayera en un fondo sin salida. Por eso espero que todo lo que les pase de hoy en mas sea prosperidad y felicidad, que esa pequeña anime cada paso que de, que sea su fortaleza, y más que nada viva completa con familia.

Último deseo (Crepusculo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora