43. Un amor de ensueño-Segunda parte (Larry Stylinson )-Terminada

.21.

Ya hacía una semana que Harry y Louis habían comenzado de cero su relación pues una tarde, en la que se habían visto, el ojiazul lo sorprendió confesando lo que seguía sintiendo por él y que había decidido aceptar las consecuencias de darse una nueva oportunidad como pareja si no resultaba.

Aún así, el ojiverde no podía evitar sentirse fuera de lugar y cada vez estaba más confuso pues no sabía que hacer con su vida.

Por un lado estaba el regresar a Italia, donde le esperaba un estupendo trabajo, su piso céntrico, además de los amigos y la familia de Sam.

Además debía llevar de regreso las cenizas de Taylor a Italia, pues ella se lo pidió antes de partir, ya que amaba esa cuidad, la cual había sido su casa durante la mayor parte de su vida.

Por otro lado estaba el quedarse con Louis, con la madre de Taylor y por supuesto con su hermana, tan solo esas tres personas le planteaban dudas a la hora de irse, nada más lo ataba y aunque los recuerdos de lo sucedido en el pasado lo abordaban, ya no sentía pena, ni dolor alguno.

El ojiazul lo notaba nervioso y pensativo, estaba seguro de que Harry seguía dándole vueltas a todo y que posiblemente la decisión final no le gustaría.

—Amor, estás muy callado, ¿Te preocupa por Sam?.

—No para nada Louis, se que Gemm cuidará bien de él.

—¿Entonces por qué estás así?—insistió el ojiazul—¿Estas incómodo?, ¿quieres irte?.

—No, nada de eso pequeño. Aquí estoy muy bien, tan solo estaba disfrutando de este silencio.

Louis sonrió pícaro.

—Bueno, a mi se me ocurren otras formas de disfrutar pero...

—Eres insaciable, ¿lo sabes?...necesito un tiempo para recuperarme.

Louis fingió tristeza mediante un puchero.

—O quizás ya no tengas más ganas de hacerlo conmigo.

El ojiverde lo miró fijamente.

—Nunca digas eso, pase lo que pase, mis ganas por ti nunca se irán.

Louis entonces soltó una carcajada y entonces Harry comprendió que bromeaba.

—Eres un granuja...ahora verás.

Harry rodó a Louis bajo suya y empezó a besarlo desesperadamente por todo el cuerpo, empezando por la boca, siguiendo por el cuello, los pezones y el pecho, hasta llegar el vientre y los muslos.

Acto seguido le cogió su erecta polla y empezó a bombearla, lo que hizo que el ojiazul empezase a gemir de placer.

— Oh sí cariño... gime para mí. Dime lo mucho que te gusta.

— ¡Aaah!... ¡si Harry!. ¡Me gusta!...¡me gu-gusta mucho!.

El ojiverde entonces sustituyó la mano por la boca y empezó a chupar con entusiasmo, mientras Louis arqueaba su espalda debido al placer que estaba sintiendo

—Oh Dios Hazza... eres tan increíble.... oooh Dios, me encanta ¡Me encanta!.

Tras unos minutos, dejó de chupar y volvió a bombearla con las manos, haciéndolo cada vez más rápido, hasta que Louis empezó a jadear más intensamente, ya que estaba próximo a correrse.

— Sí cariño, córrete para mí.

Louis obedeció e irremediablemente se corrió soltando hilos de espeso y blanquecino semen en la mano de Harry, el cual luego se limpió con la camiseta que éste le indicó.

—Bien prepárate cariño, ahora sí que vas a sentir estar en la gloria y tocar el cielo— dijo Harry abriéndole las piernas para colocarse entre ellas.

Harry alineó su polla con el agujero del ojiazul y poco a poco se introdujo dentro de este, el cual pegó un pequeño chillido ocasionado por la breve molestia.

Tras esperar que el ojiazul se acostumbrase a su ancho miembro, Harry comenzó a moverse sacando y metiendo su miembro.

Poco a poco el ojiverde fue incrementando las penetraciones entre jadeos y suspiros de los dos, hasta que próximo al éxtasis volvió a cogerle la polla a Louis y se la volvió a bombear para que esté volviera a correrse.

Cuando lo hizo, el ojiverde detuvo su mano y acto seguido se derramó en el interior del ojiazul soltando un gran gemido de placer, hasta que finalmente se desplomó agotado por el esfuerzo.

Cuando recobró el aliento, se acostó al lado de Louis de nuevo, se sacó el condón y se giró para volver a besarlo y abrazarlo.

—Te amo Harry.

—Y yo a ti pequeño.