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Semanas después y en un control rutinario, descubrieron su embarazo y aunque no se lo esperaba y sabía que era muy peligroso, Taylor quiso seguir adelante.

La enfermedad y los continuos reproches de su padre y su hermano por su estado, eran un auténtico tormento para ella pero aún así no cedió, la esperanza de vivir lo suficiente para poder ver la cara de su niño, la ayudó a luchar con todas sus fuerzas.

Harry la admiraba por eso pues él nunca había tenido esa fuerza de voluntad para luchar por lo que quería y entonces quiso ayudarla.

No quería que su amiga siguiese aguantando los reproches y habladurías, en los meses que le quedaban de vida, así que se declaró padre del niño y puso un anillo en su mano.

-Harry, yo te quiero y sé que tú me quieres a mi pero no puedo permitir que condenes tu vida a mi lado y mucho menos que asumas una responsabilidad que no te corresponde.

-Yo cuidaré de ti y de tu bebé. Amo ese niño como si fuese mío. Déjame devolverte el favor por todo lo que tu me has dado. Seré un cariñoso marido para ti y un amoroso padre para Sam.

Finalmente Taylor aceptó y se casaron en una boda civil dos semanas después, Harry se licenció como arquitecto y consiguió un bien trabajo en un estudio de arquitectura.

Cuando llegó el momento, la chica sintió la necesidad de regresar a su ciudad natal pues quería estar con su madre y que esta conociese a su nieto.

Su hermano y su padre no estuvieron de acuerdo pero a ella le dio igual, sabía que su madre era una mujer humilde y que estaba sola en su vieja casa, pero recordaba como le cantaba de pequeña y le peinaba su rubia melena.

En la actualidad

Harry a pesar de no estar muy convencido accedió a regresar, dejando un estupendo futuro,en el que aunque no le ganaba mucho, en un futuro tenía posibilidades de entrar como un socio en el prestigioso estudio de arquitectura.

La madre de Taylor los había recibido con las manos abiertas y aunque era una buena mujer, Harry vio en la pobreza en la que vivía, incluso no disponían de un seguro médico para el bebé.

Sus ahorros les estaban dando para esos meses y luego ya no sabría lo que haría.

-Harry, en cuanto yo me vaya regresa a Italia, sé que aquí no eres feliz y ver a Louis te lastima. Perdóname, perdona por arrastrarse hasta aquí.

-No pienses en eso ahora querida, anda descansa.

-¿Enfermedad?, ¿Cómo que regrese a Italia con el bebé?, hija...pero ¿Qué estás diciendo?-la madre de Taylor los escuchó e irrumpió en la habitación.

Rápidamente el ojiverde se salió de la habitación llevándose a su suegra fuera.

-Por favor, no la altere con reproches... yo le contaré todo.

Harry le relató la historia hasta donde él sabía, tan solo omitió el que él no era el padre biológico de Sam pues eso ya lo habían acordado antes de su nacimiento.

Taylor no quería que su hijo fuese criado por su padre o su hermano y que tampoco pasara penurias con su madre y si estos se enteraban de la verdad, seguro lucharían en los tribunales por su custodia, así que hizo prometer a Harry, que nunca se lo revelaría.

La madre de Taylor había estado toda la noche mirando a su hija y a su nieto y se negaba a perderlos ahora que los había recuperado.

La pobre mujer sabía que no podría evitar la partida de su hija pues pronto se iría de su lado pero no quería vivir sin ver crecer a su nieto como hizo con sus hijos cuando su padre se los llevo siendo adolescentes.

Ella había sufrido mucho y había perdido todo por su adicción al alcohol pero gracias a la ayuda del centro de desintoxicación y a la de Louis, había conseguido lograr salir de eso y vivir humildemente y con dignidad.

43. Un amor de ensueño-Segunda parte (Larry Stylinson )-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora