VII. ¿Sabéis hacer fuego?

1.6K 161 23
                                    

No hemos vuelto a tocar el tema del casi beso de ayer a la tarde. Creo que no está de más decir que Neji está comprometido... Pero no puedo olvidar ese sentimiento floreciendo en mí, ni tampoco las inmensas ganas que tuve de besarle.

-Paremos un rato aquí -dice Shikamaru, líder del grupo, parándose bajo un frondoso árbol.

Ninguno de los tres nos oponemos, pues también necesitamos un descanso. De verdad que no recordaba la soba que te pegabas en las misiones...

Me apoyo contra el árbol, y dejo caer mi cabeza, hasta que pega contra el tronco.

-¡_____, pilla! -grita Naruto, mientras me tira algo.

Y como soy así, lo que hago es taparme la cabeza y lanzar el otro objeto por ahí. Oigo las risas de Shikamaru, Naruto y Neji, por lo que me descubro la cabeza y los miro. Shikamaru señala a un sitio, y en ese momento me doy cuenta de que lo que me tiraba era un bote de ramen instantáneo. Le saco la lengua a Naruto, pero me doy cuenta de que para comer ramen... ¡Se necesita agua caliente!

-¿Sabéis hacer fuego? -les pregunto.

Los tres se me quedan mirando, como si me dijesen; «es obvio que sí».

-Dos que vayan a por leña para hacer fuego. Quizás acampamos aquí, está empezando a oscurecer -comenta Shikamaru.

Como la primera orden, ninguno se opone a ella. Shikamaru nos elije a Neji y a mí para ir a por leña. Caminamos mientras reunimos palitos, en un total silencio. Sólo se escuchan nuestras pisadas y los ruidos del bosque. Siendo sincera, daban un poco de miedo.

-Oye, Neji...

Me paro y miro al Hyuga. Se ha dado la vuelta, y me mira con expresión interrogante.

-Dime.

-Quería saber... Tú y yo ya no somos esos adolescentes enamoradizos que fuimos en el pasado...

¿Cómo se lo digo? No encuentro las palabras adecuadas para definir lo que siento...lo que siento cuando lo veo agarrado de la mano de Narue y ella feliz...

-Lo que pasó ayer fue real -me sorprende que, después de todo el día mencione ahora el casi beso que tuvimos-. Fue muy real.

Pero, al decir eso, no me mira. Ha bajado la cabeza, rompiendo la conexión visual que habíamos creado. Bajo yo también la mirada. Aunque haya dicho que era real, he sentido que sus palabras no eran completamente sinceras. Había algo que me ocultaba, que no quería que supiera, y estaba haciendo de todo por ello. Y el hecho de que me ocultarse cosas, me dolió.

Oigo madera chocar contra el suelo. Neji ha soltado los palitos que había recogido, y ahora se encontraba andando hacia mí con una asombrosa parsimonia. Me coge del mentón, y lo alza. Observo las fascinantes facciones del Hyuga. Tiene el rostro menos aniñado, y sus facciones más finas. Claramente se ha convertido en todo un hombre...

Posa su mirada en mí, en mis ojos, y luego baja hasta mis labios. Siento que mis piernas comienzan a flaquear y a fallarme. Instintivamente cierro los ojos, esperando el choque de nuestros labios. Y por fin, después de cinco años, nuestras bocas hacen contacto.

Es un beso lento, amable, suave, lleno de sentimientos. Me expresan nostalgia, tristeza y agonía. ¿Todo eso sintió Neji en esos años? El castaño apoya sus manos en mi espalda baja, y yo rodeo su cuello con mis brazos.
Succiono un poco el labio inferior de Neji, consiguiendo que suelte un pequeño jadeo. Sonrío encima de sus labios, y por ende, él también.

Sus manos hacen contacto con mi piel. Siento que la zona en la que el apoya sus manos arde, su piel arde. Empieza a hacer leves caricias circulares con la yema de su dedo en mi espalda. Cierro los ojos, disfrutando de esas caricias, y me muerdo el labio inferior.

-Neji... -no puedo evitar que un gemido con su nombre salga de mi boca.

Quizás haya cambiado físicamente, pero el roce de su piel contra la mía sigue siendo igual de placentero, y sus besos siguen llevándome al paraíso. Mis sentimientos no han cambiado nada en todo este tiempo.

-No gimas mi nombre -me susurra al oído-, o no podré contenerme...

Muerde el lóbulo de mi oreja, y tira suavemente de él. Me acerca a su cuerpo, y después de darme un leve beso, me abraza fuertemente. No puedo pensar con claridad, por lo que simplemente me aferro al cuerpo de Neji, enterrando mi rostro en su pecho.

-Te eché mucho de menos -me dice después de una pausa de silencio-. No estabas a mi lado cuando más te necesitaba... Te fuiste y no pude ni despedirme de tí... -apreta su agarre en mi ropa. Sé que llora, o al menos solloza.

Me acaricia la cabeza, y me apega aún más a su cuerpo.

-Lo hice porque no podía soportar verte así..., sin vida. Pero parecías tan tranquilo, tan en paz... Quería que tú vivieses, que rehicieras tu vida sin mí...

-¿Cómo? -esa pregunta me desconcierta un poco-. ¿Cómo quieres que te olvide? -se separa un poco de mí, lo suficiente como para mirarme a los ojos. Los tiene brillosos y la nariz roja-. ______... Yo te quería, te quiero... Has sido lo mejor de mi vida, quien me ha enseñado tantas cosas, a la persona que más he amado -apreta la mandíbula-. Y no podía soportar aceptar la idea de que ya no estarías más aquí... Conmigo. Fue muy difícil, cada momento, cada segundo, todo lo que me rodeaba me recordaba a tí.

-Lo siento -es lo único que puedo vocalizar.

Se me ha creado un nudo en la garganta. Sé lo que es perder a alguien tan querido, comprendo perfectamente el sentimiento... Lo he vivido tantas veces, que ya era algo común para la ______ de diecisiete.

-Volvamos con Naruto y Shikamaru -dice después de una larga pausa, en la que permanecimos abrazado-. Se estarán preguntando qué hacemos que tardamos tanto.

-Sí, volvamos.

Recogemos la madera del suelo, y nos dirigimos al sitio donde acamparemos. El camino de vuelta es más ameno; hablamos de anécdotas graciosas, Neji me cuenta sobre las tonterías de Naruto, sus bromas... Pero no volvemos a tocar el tema de antes.

Hyuga, siempre fue Hyuga »Neji y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora