XIV. ¿Tenías que fijarte en el Hyuga, eh...?

1.3K 117 50
                                    

-¿Mamá...?

Y por fin se da la vuelta, la veo ahí, erguida ante mí, mirándome fijamente. No sonríe, tampoco hace ninguna mueca para demostrar si está contenta de verme o no. Es raro tener a mi madre de nuevo en frente de mí, hacía demasiado tiempo que no la veía, y por unos momentos pensé que se me estaba olvidando. Al hacer memoria, me di cuenta de que ya no recordaba su cara, tampoco recordaba su tacto, ni su voz.

Solo me mira, y es algo irritante y exasperante. Tengo miedo de que, si me acerco o intento tocarla, desaparezca. Pero entonces me acuerdo de algo, mi madre está muerta. No puede ser real, eso no eso real. Alguien intenta jugar conmigo. Intenta jugar con mis recuerdos, mi mente. Pero...

Al cerrar los ojos y volver a abrirlos, yo no me encuentro en la sala de reuniones de la Torre del Kazekage. Ahora estoy en Iwagakure, enfrente de mi distrito, hace diez años. Las casas están rotas, derrumbadas, y hay cadáveres y sangre por doquier. A lo lejos, veo la silueta de una niña, manchada de sangre y con la mirada perdida. Porta con ella una espada que chorrea líquido rojo, aquel líquido que tanto ha manchado mis manos y que nunca seré capaz de borrar.

Mi respiración empieza a agitarse. a mis pies, estarán los cuerpos de mis padres, sin vida y fríos. He sido yo. Fui yo quien les arrebató la vida. Quiero llorar, los ojos me arden, pero extrañamente, soy incapaz de derramar lágrima alguna. Será por los años y años que pase haciendo este tipo de cosas, o será que mi sensibilidad se fue al carajo ese día, cuando yo tan solo tenía doce años.

caigo al suelo de rodillas, sujetando mi cabeza, tratando de alejar esas imágenes de mi mente. Pero soy incapaz de hacerlo, y la tristeza empieza a invadir mi cuerpo, siendo incapaz de detener lo de hacer algo para evitarlo.

-Tú... -la gente me señala con el dedo, y me mira despectivamente.

Ya no lo aguanto más, dejarme en paz...

-¡Dejarme en paz!

Dejo de hacer fuerza en mi cabeza, y las fuerzas se van. El brillo que creí mi madre ha desaparecido, y me encuentro en la sala totalmente oscura.

NARRA GAARA

Estoy cansado...

Ordeno los papeles que acabo de rellenar, y me levanto de la silla estirándome. Las tablas de mi cuello y hombros son lo único que resuenan en la habitación, más mis bostezos de cansancio. Últimamente, estoy más cansado que de lo normal.

Me dirijo a mi habitación, mientras reviso que no haya nadie más que centinelas por la torre. Recorro el pasillo tranquilo, admirando la luna de vez en cuando, cuando de repente algo me llama la atención. La puerta de la sala de reuniones está abierta, y que yo recuerde hoy no ha habido reuniones con nadie.

Comienzo a hacer una barrera de arena y me adentro a la sala con precaución. Lo primero que hago es encender la luz, llevándome la sorpresa del siglo. En medio de la sala está _______, de pie, y no se mueve para nada. Me acerco a ella, y pongo una mano en su hombro para girarla, pero al verle los ojos me doy cuenta de que ha sido metida en un genjutsu.

-Kai -susurro, liberándola.

Al momento cae inconsciente, pero antes de que llegue a tocar el suelo, la agarro. Cargo a _______ al estilo princesa, y la llevo a mi habitación, pues es la más cercana a la sala.

Una vez allí, la tumbo en mi cama y le tapo con una manta. Me siento en un pequeño sofá que tengo en la habitación, y trato de dormir. Es algo incómodo, pero bueno, se aguanta.

Acaricio su cabeza, quitándole algunos mechones de pelo de la cara. Se ver tan tranquila...

-¿Tenías que fijarte en el Hyuga, eh?

- • -

NARRA ______

Me duele la cabeza.

Tengo hambre.

Ugh.

Me siento en la cama, sujetando mi cabeza y con los ojos cerrados. Cuando los abro, lo hago lentamente, intercalando un bostezo de por medio. Bajo los brazos, pero el izquierdo golpea algo antes de bajar completamente. Es una cabeza roja.

-Espera. Si ese es Gaara... -abro los ojos completamente, enterándome de que no estoy en mi habitación.

Miro a mi entorno, y deduzco que se trata de la habitación de Gaara. Lo último que recuerdo de ayer es que era de noche, buscaba mi cuarto y entonces vi... A mi madre...

-¿Estás despierta? -el pelirrojo se frota los ojos, desperezándose. Estira sus brazos hacia arriba, y arquea su espalda.

-Ha debido ser incómodo dormir en una silla -le comento, sintiéndome culpable-. Lo siento.

-No, no te preocupes. Estoy acostumbrado -me responde sin más.

Será que de tanto trabajo, a veces se queda dormido en la silla del despacho.

-Deberías descansar bien -digo mientras me levanto de la cama-. No es bueno para la salud hacer eso constantemente.

-Tranquila -contesta mientras me revuelve el pelo.

Pero, en vez de alejarse, se queda mirándome, bastante cerca de mi rostro. Así mismo, yo también me fijo en él. Su rostro pálido y sus notables ojeras negras, el kanji de amor, y sus labios. Rápidamente levanto la vista a sus ojos, los cuales me recuerdan al mar... Por alguna extraña razón, la respiración se me acelera, y el corazón siento que va a mil.

-B-bajemos a desayunar -digo, mientras me alejo del pelirrojo.

-Eh... Sí.

Sigo a Gaara por el pasillo hasta llegar al comedor, en el cual ya están todos, y al entrar, nos miran con caras de sorpresa y diversión.

-Buenos días pareja -nos saluda Ino-. ¿Qué tal habéis dormido? -la rubia me mira con una expresión de pillería.

-Bien.

-Bien -respondemos los dos a la vez.

No nos preguntan nada más, pero las expresiones y sonrisas en sus rostros me dijeron todo lo que necesitaba. Han malentendido las cosas... Ya hablaré con Sakura e Ino yendo al hospital.

Acabamos de desayunar, y me voy a mi cuarto a darme una ducha rápida. Mientras que el agua cae por mi cuerpo, reflexiono sobre lo que está pasando estos días. Últimamente me llevo muy bien con el pelirrojo, y no pienso tanto en Neji.

Pero... Ahora que lo pienso... ¿Qué estará haciendo? ¿Cómo le irá? Ahora le hecho de menos... Me enfada el hecho de pensar que estará a solas con Narue estos días. ¿Tengo celos? Sí, los tengo. Porque yo también estuve enamorada. Y enamorada hasta las trancas de ese Hyuga cabezón y cascarrabias.

***

¿Alguna kpoper? ¿Army?

Bueno, hoy he escuchado (nuevamente) Let Go, de BTS, y ahora entiendo bien el significado de la letra...

Y de verdad, me he sentido fatal, porque ahora sé que la letra era una forma de despedirse de las army, una forma de decirnos adiós... Y tras escuchar la letra y leerla en español, me ha sido imposible no llorar...

Me da igual que la gente diga que el fandom es tóxico, para mí siempre será mi fandom, porque con BTS conocí el Kpop, y es al grupo que más cariño he cogido...

Y estoy triste, porque no me puedo imaginar vivir sin ellos, sin su música ni sus tonterías, sabiendo que no volverán a hacer comeback, y no podré conocemos nunca en persona 😔

Hyuga, siempre fue Hyuga »Neji y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora