-¡Me encanta mi casa, es la mejor casa del mundo, amo mi habitación y mi televisor, y amo a mi perrito hermoso que se la pasa escuchando mis penas todo el condenado día! -grité a la nada.
Lamentablemente esto de hablar sólo se había salido de control, ya no sé ni lo que estoy haciendo con mi vida. Pero ahora eso era lo que menos me importaba.
-¡PERO ODIO MI TRABAJO, ES UNA MIERDA! ¡PAGAN BIEN PERO EL TRABAJO ES UNA MIERDA!
Sylvester no tardó en aparecer algo adormilado, creo que lo desperté.
-Ugh... Lo siento, chaval. Estaba... -suspiré con fuerza -. Hablando solo, como últimamente siempre lo hago.
Este sólo bostezó y se fue a la habitación a paso lento.
-¡Venga ya, sólo son las 6 y media de la mañana!
Me dirigí a la cocina para hacerme algo de desayunar, y al abrir el armario...
-Carajo... No queda comida -susurré volviendo a cerrar el armario -. ¡Sylvester, baja!
... Pero nada.
-¡Bueno, tendré que ir yo sólo a comprar! -exclamé con el propósito de que Sylvester bajara... Pero nada, otra vez -. Pff, en fin, ¡Tendré que salir yo sólo, por mi cuenta, sin nadie que me acompañe!
... Maldito perro, ¿No ve que no quiero salir sólo?
-Si bajas te compraré más comida, y puede que algún juguete.
Y al segundo se escucharon sus pequeñas patitas bajando las escaleras, se puso a ladrar como un puto disco rayado.
-Interesado.
Me abrigué y le puse la correa, agarré dinero (obviamente) y salimos.
-Carajo, que frío hace -fije cerrando la puerta para luego abrazarme a mi mismo -. Ven, Sylvester, iremos a la primera tienda o supermercado que encontremos y nos iremos a casa.
Y así fue, pero al salir de la tienda, Sylvester empezó a ladrar al ver un pequeño parque a nuestra izquierda, y aunque me estaba muriendo de frío, mi cachorro tiene todo el derecho a pasar un buen rato fuera de casa, ¿No?
Me senté en una de las bancas del lugar mientras lo desabrochaba, al instante este ya se encontraba correteando por todo el lugar.
Estuve alrededor de diez minutos ahí sentado observando a mi pequeño amigo cuando... Una persona que se encontraba en el mismo parque, se apoyó en uno de los árboles, ese largo pelo albino... Lo reconocería en cualquier parte.
Era ella, era Meg.
Estaba a punto de llamar a Sylvester para que volviéramos a casa, pero vi algo en ella que...
Me acerqué a ella y lo ví, tenía un asqueroso cigarrillo entre sus dedos. Y lo mejor de todo, es que ella ni siquiera se había dado cuenta de mi presencia.
En un movimiento rápido, le quité el cigarrillo y lo tiré al suelo para seguidamente pisarlo delante de ella.
-¿Cómo vas a querer a los demás... Si no te quieres ni a ti misma? -dije con toda la seriedad posible.
Ella me miró sorprendida, y antes de que pudiera decirme algo, me fui de aquel lugar. Sylvester me siguió por detrás al ver que me alejaba del parque, y se lo agradecía mentalmente.
Meg... ¿Qué estás haciendo?
ESTÁS LEYENDO
¿Puedo confiar... En tí? [CANCELADA]
FanfictionUn chico normal y un poco antisocial. Una chica nueva demasiado desconfiada, y con un pasado que nadie conoce. Fox intenta descubrir su pasado. Pero ella siempre cambia de tema. ¿Destinados a estar juntos? ¿Acaso ella podrá llegar a confíar en el pe...