Quinta parada: El atardecer.
El bullicio de su alrededor parecía volverse nulo cuando la risa de Hoseok aparecía y los labios de Yoongi se encorvaban en una pequeña sonrisa que mostraba sus dientes.
Ambos chicos estaban en un restaurante, comiendo toda lo comida que puedan y aprovechando el tiempo para contar anécdotas divertidas de cada uno.
Mientras los platos eran dejados en su mesa cada uno disfrutaba de la compañía del otro y de la hermosa vista que les dejaba su lugar.
Sentados al lado de un gran ventanal, cada uno tenía la oportunidad de ver cómo las luces de la noche iluminaban la bella ciudad en la que estuvieron ese día.
A lo lejos una sonada de piano comenzó y algunas parejas del restauran decidieron acercarse a escuchar y bailar.
— Tú tocas el piano, ¿No?— Hoseok miró a Yoongi con una ceja alzada y él asintió.
— Desde pequeño en realidad, mi mamá tenía uno de esos pianos gigantes en la casa, y me daba curiosidad el sonido, nunca pensé que me terminaría enamorando— Yoongi dejó escapar una pequeña risa mientras miraba el piano del lugar.— De verdad es un instrumento hermoso.
Hoseok asintió estando de acuerdo y fijó su vista en el mayor, notando la pequeña sonrisa en su rostro y sonriendo también. Nunca había visto esa sonrisa antes en Yoongi, de verdad parecía un chico enamorado si se trataba de la música.
De un momento a otro la música cambió de estilo, dándole espacio a un tema más movido, un presentador apareció entre las personas y anunció que habría una presentación especial. Dos jóvenes, un chico y una chica, aparecieron para comenzar a bailar.
Mientras la coreografía comenzaba, Yoongi se dio cuenta que Hoseok había fruncido el ceño mientras miraba la danza, por un segundo el azabache no comprendió que le pasaba, hasta que finalmente una luz pareció prender en su cabeza.
— ¿Nunca has bailado? — Hoseok le miró confundido— Profesionalmente, me refiero, así practicando una coreografía y no bailando partes al azar de canciones de chicas. — Yoongi movió sus manos de un lado a otro, tratando de dar énfasis en lo del baile profesional.
— Cuando era más joven quería ir a un taller de baile o a algún grupo— Hobi volvió a fijar su vista en los bailarines, los recuerdos de niño apareciendo en su memoria— pero ya estaba lleno de otras cosas y lo dejé de lado y... Bueno, nunca le volví a dar tiempo. — Hoseok se encogió de hombros, restándole importancia.
— Podrías intentarlo ahora, siempre te ves feliz bailando canciones de chicas, quizás si practicaras más podrías ser hasta profesional.
Hoseok alzó una ceja curioso, y asintió a las palabras del mayor, anotando mentalmente que podría volver a intentarlo, de todas formas no perdía nada.
Una vez terminada la función, los chicos pagaron su comida y salieron del restaurante, sintiendo el frío viento de la noche que le llegó a los dos de golpe, estando solo con camisa y pantalón ambos sintieron el frío llegarles hasta los huesos.
— ¿Te gustaría ir a otro lugar hoy? La noche aún es joven.
— Yoongi miró de reojo a Hoseok mientras este se subía a la camioneta, en el asiento de piloto.— ¿A dónde podríamos ir?
— Hay un bar a un par de cuadras. — Hoseok frunció el ceño.