Acantilado.

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Parada final: acantilado.

No fue un secreto que el lugar favorito para Hoseok se convirtió en la playa.

El chico pidió ir a ella en cada parada que hacían, y como ya debían volver a su hogar, Hoseok pidió que su último día fuera un día completo en la playa.

Y Yoongi se lo concedió, llevándolo a una de las playas más hermosas en Corea y disfrutando de ver la felicidad en el rostro del menor.

Primero que todo decidieron ir a una piscina cercana para bañarse sin problemas, la piscina no estaba tan llena y lo primero que hicieron al llegar fue ir a uno de los baños y cambiarse de ropa.

Y mientras Yoongi instalaba las cosas en un lugar con sombra, Hoseok ya había corrido dentro de la piscina, donde feliz había saltado dentro del agua, para luego gritar de molestia por lo fría que estaba. Yoongi en su lugar se comenzó a reír de su pareja.

Una vez todo puesto en su lugar, Yoongi se puso bloqueador solar y finalmente fue al agua, donde Hoseok le esperaba de brazos abiertos para que él saltara.

Divertido el azabache le sonrió antes de saltar a sus brazos, riendo al sentir como el pelirrojo lo hacía girar y asustándose al sentir como los dos caían dentro del agua.

— ¡Hoseok! — Grito molesto Yoongi al sentir como hasta su polera se mojaba y el frío lo dominaba.

El menor se comenzó a reír antes de abrazar a Yoongi y comenzar a llenar su rostro de besos.

— ¡Perdón! ¿Me perdonas bebé?

Yoongi comenzó a reír mientras recibía los pequeños besitos y negó con la cabeza.

— ¡Pero Yoongi! — Hoseok le miró con un puchero, y Yoongi no pudo evitar besar ese lindo puchero.

Hoseok finalmente le sonrió y ambos chicos comenzaron a disfrutar del agua, nadando de un lado a otro hasta que el frío los dominó y decidieron salir.

Al sentarse en sus sillas, Hoseok le ofreció a Yoongi echarle más bloqueador en el rostro (ya que el chico odiaba quemarse) y el azabache aceptó, riendo cuando de vez en cuando Hoseok besaba una de sus mejillas.

— ¿Quieres que te ponga bloqueador igual?

— Nah, me gusta estar bronceado— Yoongi le miró con una ceja alzada.

— Te vas a volver a quemar.

El azabache sonrió al ver la mirada asesina de Hoseok, y su sonrisa se amplió al ver como el menor cedía a ponerse un poco de crema.

Yoongi comenzó con el rostro del menor, y como el chico andaba sin camisa le ayudó también a ponerse crema en la espalda y en el pecho.

Bien... Yoongi no era un santo, y mientras aplicaba la crema por las clavículas del menor, se preguntó si el chico era sensible en... Bueno, en sus pezones.

Lo pensó durante muchos segundos hasta que finalmente una de sus manos se posó en el pezón izquierdo, apretándolo levemente.

Yoongi casi grita cuando sintió la mano de Hoseok sobre su muñeca.

— Estamos en público, no hagas una estupidez — Le regañó el menor, levantándose y dejándolo solo.

Yoongi se maldijo a sí mismo antes de seguir al menor. Al final los dos buscaron algo de beber y se sentaron para tomar el sol por un rato.

Una hora después los chicos bajaron hacia la playa y fueron a un puesto para poder bucear junto a un instructor que los guiara por el mar.

Un hombre extranjero los atendió con un coreano bastante fluido y con una sonrisa encantadora guió a los chicos a un barco.

Esperanza. [Y.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora